Rockola, Discos. 15 de febrero de 2008

Autor:

Rufus Wainwright
Rufus Does Judy at Carnegie Hall

GEFFEN

Disparatado y excesivo, tierno y divertido, profundo y superficial, viva-la-virgen y atormentado, el hijo de Loudon Wainwright III no conoce los términos medios ni las convenciones. Rufus es un artista total, entregado a sus pasiones, locuaz en sus sentimientos, perfeccionista hasta el extremo, extraordinario se mire por donde se mire, uno de esos pocos elegidos por las musas para perdurar en la memoria de varias generaciones. Inmediatamente después de haber publicado uno de los grandes trabajos del año 2007, Rufus Wainwright se destapa ahora con el disco por antonomasia de su carrera, el que seguro que lleva años queriendo grabar, el más sincero, desgarrador y personal, que le reconcilia con su infancia y con sus deseos más primarios. El disco, al fin, donde se trasmuta en la mismísima Judy Garland, a cuya sombra creció como músico y como persona. Y lo hace como sólo él sabe y puede hacerlo, a lo grande, en una grabación en directo de los conciertos memorables que ofreció en junio de 2006 en el Carnegie Hall de Nueva Cork, recuerdo y homenaje a los de la propia Garland del año 1961. El doble CD arranca con un “medley” imbatible (donde no falta la inconmensurable “Over the rainbow”) y termina con una preciosa revisión de “Chicago”, repasando entre medias casi todos los éxitos de Judy, tal y como hizo (en formato reducido) en los conciertos de su última maravillosa gira española o, mejor, como recogen las imágenes del DVD Rufus! Rufus! Rufus! Does Judy! Judy! Judy! Live from the London Palladium. Tan sólo se echa de menos, ay, en este álbum imprescindible la versión gloriosa de “Get happy!”, que sí cantó en Madrid y que durante años recordaremos quienes tuvimos la fortuna de verle y escucharle entonces en directo, pero dicha ausencia no empaña el sobresaliente que otorgamos sin asomo de duda a uno de los trabajos más arrebatadores, deliciosos y descarados de los últimos tiempos. El gran Rufus Wainwright, palabras mayores.
LUIS LAPUENTE.

Cat Power
Jukebox

MATADOR/EVERLASTING

La norteamericana Chan Marshall, convertida en un espíritu ávido de música bajo el nombre de Cat Power, ha creado un segundo álbum de versiones que posee la rara virtud de que ninguna se parece a la original. Si acaso es el “Song to Bobby”, que dedica a Dylan y es la única canción nueva y compuesta por ella, la que aparenta ser más fiel a un original que no existe, la más ajena.
El resto, con el “New York” que popularizó Sinatra en primer plano, se convierte en un ejercicio de estilo en el que su voz es la que sabe dotar a las canciones de ese trasvase que necesita una versión. Y es en la voz donde explota un cambio mayor, del desbarre eléctrico de sus discos anteriores a un tono medio hirviente como las voces soul, medio helado como Nico.
Un tono que llega a hacerse solemne en temas como “Aretha, sing one for me” en la que los arreglos a lo Bacharach y un clasicismo nada forzado se vuelven estremecedores. O en la recreación de una de sus viejas composiciones, “Metal Herat”, mucho más melancólica, dulce y dolorosa –esa presencia del piano– de lo que nos tenía acostumbrado.
Y para los que echen a faltar cierta dosis de locura, existe también una edición especial acompañada de un segundo CD con cinco versiones extras, más deconstrucción en él incluso. Aunque incluye una delicada “Naked if I want to» de los Moby Grape, nos hace descubrir un extraño “Angelitos negros”, cantado a ritmo de saeta. Algo que la americana ni de lejos se imagina.
CÉSAR PRIETO.

Iggy and The Stooges
Escaped maniacs

CHARLY RECORDS

El nuevo lanzamiento de los Stooges de Iggy Pop recoge una de las actuaciones de su tour de reunión de 2005, capturada en un combo CD-DVD y convenientemente complementada por entrevistas y documentales. Sobra decir que se trata de un documento esencial para cualquiera que guste del rock and roll más salvaje y personal. Hay que tener en cuenta que se trata de una formación clásica que desde sus inicios mostró una actitud y filosofía ácrata, combinada con un afan experimental muy destacado. Ruidosos y distorsionados, el paso de los años no parece haberlos aplacado, siendo este Escaped maniacs una prueba ineludible de su buen estado de forma (no había mejor título posible). El poder de este grupo sobre las tablas sigue siendo primitivo y original, y es que aún continúan resultando frescos y novedosos. Temas básicos en su repertorio como “T.V. Eye” o “Down on the street” nunca sonaron tan bien como ahora, crudos pero respaldados por la experiencia de unos músicos que disfrutan de su histórico legado. La calidad de la grabación es sobresaliente, dándonos la opción de escoger entre dos filmaciones distintas del concierto, una más elaborada (el “director’s cut”) y otra bastante más directa. Fundamental, así de claro.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

Pat Metheny with Christian McBride & Antonio Sánchez
Day trip

NONESUCH/WARNER

Day trip es el primer trabajo que Pat Metheny graba con su nueva formación de trío después de llevar varios años actuando con estos músicos: Christian McBride al contrabajo y el mexicano Antonio Sánchez a la batería. Este trío –muy diferente al que ya lideró con Larry Grenadier al bajo y Bill Stewart a la batería– dejó muy buena estela a su paso, por ejemplo, por el III Festival Internacional de Jazz de Peñíscola. Se trata de uno más de esos respiros que el jefe suele darle de tanto en tanto a su famoso Group –aunque de hecho Antonio Sánchez también forma parte de él– y que le permite foguearse en campo jazzístico menos exigente en términos sonoros (aunque sí interpretativos), y en los que, una vez más, brilla su genio demoledor. La grabación fue realizada en Nueva York en una única sesión el 19 de octubre de 2005, cuenta con diez piezas escritas exclusivamente por Metheny y sólo él sabrá por qué ha decidido que sea ahora cuando se publique.
Comienza con cuatro o cinco canciones frugales de eso que podríamos llamar “jazz sin paliativos” –sonido ortodoxo (si es que esta expresión puede valer alguna vez para cualquier cosa hecha por él)–, de las que hay que destacar sus ganas de improvisar; sin indagaciones ambiciosas ni maquinaciones sonoras. Puede haber más swing (“Calvin’s keys”) o rozar la bossa-nova y el bolero (“Snova”), pero sin mayores alteraciones estructurales o narrativas. El cambio de tercio llega con “Is this America? (Katrina 2005)”, bella pieza, bucólica y delicada como no pocas de su etapa en ECM. Le sigue “When we were free”, lo más cerca que llega a estar aquí de lo que él llama “composiciones continuas”, referido obviamente a los famosos desarrollos de su Group, con ese leit motiv melódico que va entrando y saliendo según lo pide la pieza. “The red one” es la única del disco en la que le mete decibelios a la eléctrica, con una base de reggae bien resultona –entre Jeff Beck y The Police– y ese lirismo “in crescendo” tan suyo, del que resulta imposible no imaginar mentalmente su expresiva cara cuando toca. El álbum en general tiene hallazgos más que suficientes para no considerarlo un mero disco de transición. Pero los fans del Pat Metheny Group pueden contentarse, de momento, con las jugosas reediciones remasterizadas de alguna de sus obras que acaban de ponerse a la venta con extras y añadidos.
GERNOT DUDDA.

Mother Superior
Grande

KICKING RECORDS

Hace tiempo que Mother Superior son una de esas formaciones imprescindibles para cualquiera que guste del rock inteligente. Basicamente estamos hablando de un grupo que maneja con soltura cualquier recurso que el rock and roll haya exhibido a lo largo de su existencia, desde los años 50 hasta la actualidad, jugando con su amplia cultura musical y creando canciones con vocación de clásicos. Tras consolidarse con dos discos imprescindibles como Moanin’ (2005) y Three headed dog (2007), el trío americano se marca con este Grande, un recopiltario de inéditos, versiones y temas en vivo. Obviamente no se trata de un trabajo que vaya a ser fundamental en su carrera, para ello están los dos LPs anteriormente citados, pero que resulta francamente interesante, pues permite observar al grupo en distintas vertientes. Así, podemos contemplar la colisión entre la comercialidad y la crudeza del rock setentero en una nueva remezcla analógica de su clásico “Get that girl”, disfrutar de una nueva versión de ese hit en potencia que es “Let it go” o de su lectura del “Happiness is a warm gun” de los Beatles. Clasicismo, voces que cargan con influencias rock y soul y tres músicos en plenas facultades dispuestos a ganarse a cualquier audiencia a la que se enfrente cada noche. Uno de los pocos tríos de la actualidad capaz de sonar con elegancia y potencia.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.