Reyno: El renacer de Nacho Campillo

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«Me parece que la libertad creativa es lo más importante que puede tener un artista. Siempre he ido cambiando de registros. Buscando un sonido, un estilo, pero quizás mi sello es no tener un sello»

Nacho Campillo, alma mater de Tam Tam Go!, toma su segundo apellido por bandera y edita “Animal Reset”, su primer disco como Reyno aunque tercero en solitario. Para saber cuáles han sido las razones tras esta nueva etapa y en qué estado se encuentra Tam Tam Go!, Juanjo Ordás ha contactado con él.

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Hay que sentir respeto por Nacho Campillo. No hay más remedio. En los ochenta fue uno de los pioneros de esa fusión mestiza absolutamente mediatizada a día de hoy, siempre ha sido un escritor de canciones sincero y consiguió firmar hits del pop español en una época en la que la competencia era brutal. Sí, pop, pero pop con contenido. Era importante girar la mirada hacia él ahora que con “Animal reset” comienza una nueva etapa.

Editas “Animal reset”, tu tercer disco en solitario. ¿En qué momento se encuentra Tam Tam Go!? ¿En el congelador o definitivamente disueltos?
Definitivamente disueltos. Comienzo una nueva etapa con «Animal reset» y bajo el nombre de Reyno, que es mi segundo apellido, el de mi madre y desde aquí hasta que me alcance la salud física y mental. Nunca lo había utilizado como nombre artístico pero me gusta porque lleva consigo una carga semántica importante, somos un colectivo en estos momentos castigado e infravalorado que está luchando por sobrevivir y debemos unirnos cada vez más para seguir haciendo llegar emociones a la gente que las necesita y no entrar en vías de extinción como algunos animales. Un «reyno» pero sin rey, una utopía, igual sigo siendo demasiado idealista.

Tengo la sensación que los últimos años de la banda fueron un tanto… Raros. Cuando regresasteis con ‘Atrapados en la red’ creo que comenzasteis a utilizar un sentido del humor que no tenía demasiado que ver con los Tam Tam Go! Más clásicos.
Siempre he tenido una vis irónica, digamos… El álbum “Nubes y claros” la tenía y en concreto ‘Atrapados en la red’ fue malinterpretada, como pasó en su momento con ‘Manuel Raquel’. ‘Atrapados en la red’ es una crítica muy sutil del momento en que nos encontrábamos y nos encontramos viviendo en estos momentos. Somos esclavos de la tecnología y de todo lo que nos intentan vender por los ojos. Hay una belleza espiritual que estamos dejando de percibir en las personas y siempre, o casi siempre, nos dejamos llevar por una fachada o unos cánones de belleza estándar o preconcebidos. Esta canción quería transmitir ese sentimiento, no sé si lo conseguí al cien por cien pero hubo muchos que sí pillaron el mensaje. De todas maneras fue un hito social que se adelantó a su tiempo y mucha gente conectó de una manera u otra con esta canción.

‘El móvil de Lucifer’, uno de vuestros últimos singles, tenía sentido del humor pero era ácida. ¡Sin embargo ‘Atrapados en la red’ era tan ligera!
Efectivamente ‘El móvil de Lucifer’ era más ácida pero ‘Atrapados en la red’ no creo que fuese tan ligera. Es una narrativa sencilla en su la forma pero el contenido sí que encierra un sentido irónico como te explicaba. A lo mejor le tienes que dar otra oportunidad y puede que descubras a qué me refiero.

Bueno, cuéntame de dónde parte este nuevo disco en solitario. ¿En qué momento decides que es hora de volver a grabar?
Este álbum tiene su origen en el nacimiento de mi hija hace dos años, y parte de una necesidad vital y de reinvención como artista y ser humano.

Dime de dónde viene el título de “Animal reset”.
«Animal reset» es un comienzo. Pero lleva un «background» detrás. A veces hay que resetear o reiniciar al bicho y borrar ciertas cosas del pasado que se pueden mejorar, como la calidad del género humano. Es un ejercicio de humildad que todos deberíamos hacer de vez en cuando. Resetearnos y decir hasta aquí hemos llegado. Abandono un poco el ego y ahora voy a compartir todo lo que he aprendido.

El sonido del disco es muy grueso. Me ha sorprendido.
He grabado con toda la libertad que me ha permitido mi tiempo. He coproducido el disco junto a Malax (pseudónimo de mi compañero de viaje). Un disco grabado en primeras tomas y que toma como referente la canción recién escrita, guitarra, voz y enseguida hemos ido añadiendo recursos instrumentales que no están tan al uso como oukelele, dobro, melódica, armonium, contrabajo… En definitiva que suene a madera para dar al disco un mayor componente orgánico y realzar un realismo inusitado. Todo está tocado, no hay programaciones y nada muy pensado. Es muy visceral y a veces llega a tener un punto folk con referentes fronterizos.

¿Por qué combinar inglés y castellano?
Bueno, en esto he vuelto a conectar con mis orígenes. Yo empecé cantando en inglés y en castellano. De hecho creo que fui el primer artista español que lo hizo. Me parece que hay una riqueza impresionante en mezclar ambos idiomas y la fonética de ambos idiomas funcionan muy bien juntas. Tiene un punto fronterizo que a mí me pone, y además estamos en un momento en el que la gente que escucha música en general ya no tiene tantos prejuicios como antes. Debemos sentirnos libres como creativos para hacer música. Yo este disco lo he sentido así.

¿No crees que si hubieras grabado en castellano el disco habría ganado en concreción?
Yo nunca he querido concretar. Me parece que la libertad creativa es lo más importante que puede tener un artista. Siempre he ido cambiando de registros. Buscando un sonido, un estilo, pero quizás mi sello es no tener un sello. Quizás este disco es más homogéneo en el contenido de las letras que en la forma de presentarlo en producción. Yo nunca fui metódico a la hora de escribir canciones y esto a lo mejor se refleja en “Animal reset”. He buscado otra cosa, la belleza según yo la entiendo en esta época de mi vida, en el sonido y en lo que quiero contar.

«Me adelanté al mestizaje y a hablar de temas tabú como la homosexualidad o la inmigración y el racismo ya en los ochenta. Tiene que ver con haber viajado mucho desde pequeño y haber sentido esas problemáticas en otros lugares del planeta»

Como muy bien decías, las canciones tienen a ratos una sonoridad fronteriza. ¿Cuáles dirías que son las coordenadas musicales del disco?
Es cierto que tiene un punto fronterizo que ya viene de “Espaldas mojadas”. Yo nací en la frontera entre España y Portugal y desde pequeño por circunstancias familiares viajé mucho a Marruecos. También hice un viaje de adolescente a Los Ángeles y a México. Puede que venga de entonces mi obsesión por la frontera.. Algunas canciones tienen un punto folk en la instrumentación para dar más crudeza al contenido. ‘Living in a tree’, ‘Carta desde tierra del olvido’, ‘Lo que el viento’, entre otras.

¿Crees que es un trabajo que podrían aprecias los seguidores de Amparo Sánchez o Calexico?
No lo había pensado. Puede que sí, efectivamente. Son artistas con un sonido e idiosincrasia fronterizas por excelencia. Me encantaría que lo apreciaran, o al menos lo respetaran.

En la contraportada del disco sales tocando la trompeta, ¿eres tú quien la toca en “Te esperaré”? Suena muy bien.
Muchas gracias, sí soy yo, y es todo un reto. Toco la trompeta desde hace muy poco, año y medio. Me la regalaron como una broma porque se me ocurrió unas Navidades decir que mi mayor ilusión sería tocar la trompeta. Dicen que es el instrumento más difícil de dominar. Pero sí, toco en ‘Te esperaré’, ‘You make me feel’ y ‘Carta desde tierra del olvido’. También toco el oukelele, instrumento maravilloso que he descubierto este año, guitarra acústica, eléctrica y alguna otra cosa que se me olvida.

Ya que hemos empezado hablando de Tam Tam Go! me gustaría acabar hablando de ellos también. ¿Te apetece?
Bien. No tengo nada que ocultar, fue una etapa fascinante en mi vida.

¿Hasta qué punto dirías que la banda eras tú? Quiero decir, para mi Tam Tam Go! es Nacho Campillo.
En Tam Tam Go! empezamos cuatro, luego fuimos tres y la última etapa nos quedamos solos mi hermano Javier y yo. No quiero desmerecer a nadie. Cada miembro de la banda tuvo su papel en un momento determinado y contribuyeron de manera decisiva a que el grupo funcionara. En el concepto yo llevaba un poco más las riendas, pero todos tuvimos nuestro lugar.

Creo que, dentro del pop, Tam Tam Go! tenía un dramatismo que no se le ha acabado de reconocer. Vale que no hacíais hard rock, pero letras como “Balas de cristal” me parece que recogen muy bien el desasosiego juvenil.
Algunos lo han reconocido. No me preocupa. Me siento muy orgulloso de todo lo que hice. Quizás sí estuvimos un poco en tierra de nadie o desubicados por cantar en inglés cuando nadie lo hacía o por escribir letras más dramáticas con un envoltorio más frágil, elegante o no tan contaminado. Yo pienso que a Tam Tam Go! se le recordará más por las canciones que por haber creado un estilo determinado. Si las canciones logran aguantar el paso del tiempo y no suenan anacrónicas u obsoletas, entonces digamos que hemos superado la prueba decisiva. Ponerte una canción tuya veinte años más tarde y poder seguir sintiendo las mismas emociones es un triunfo.

Además, vosotros ya utilizabais el mestizaje latino años antes de que se volviera una moda.
Yo he seguido siempre una intuición extraña que me ha acompañado a lo largo de mi carrera. Me adelanté al mestizaje y a hablar de temas tabú como la homosexualidad o la inmigración y el racismo ya en los ochenta. Tiene que ver con haber viajado mucho desde pequeño y haber sentido esas problemáticas en otros lugares del planeta. Viajar y convivir con gente muy diferente a ti te hace más tolerante y enriquece el espíritu de una manera asombrosa. Es lo más sano del mundo.

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