Reportaje: Así es «Working on a dream», el nuevo trabajo de Springsteen

Autor:

Reportaje: Así es Working on a dream, el nuevo trabajo de SpringsteenTras una primera escucha, analizamos lo que ofrece Bruce Springsteen en su nuevo disco, Working on a dream, que se pondrá a la venta la próxima semana y que, una vez más, lo traerá de gira este verano a España.

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Springsteen inicia año con disco nuevo bajo el brazo. Un Working on a dream que parece coincidir adrede con el inicio de la etapa presidencial de Barack Obama. Estas son las primeras impresiones sobre un trabajo que dará que hablar, pues la sonoridad del Boss parece aproximarse cada vez más a parámetros novedosos en un intento de conjugar pasado y futuro sin perder su personalidad por el camino. Esto es lo Working in a dream depara en una primera escucha.

«Outlaw Pete»
El tema más largo del disco es precisamente el que lo abre, con nada más y nada menos que ocho minutos de duración. «Outlaw Pete» se inicia con una orquestación que se mantendrá durante toda la canción e irá cobrando protagonismo por encima de las guitarras (algo que ocurrirá en varios momentos más del disco). La estructura quizá es demasiado simple para un tema tan largo, que arranca lentamente para ir aumentando ritmo e intensidad. Alguna línea vocal recuerda levemente a «Thunder road» aunque no tenga nada que ver con el citado clásico, aquí no hay amor sino la historia de un forajido tratando de escapar de sí mismo.

«My lucky day»
Teclados prominentes y base acústica para una canción en la que el Hammond ejecuta interesantes dibujos en el estribillo. Las guitarras vuelven a tener muy poco protagonismo, siendo situadas al fondo de la mezcla. La batería de Max Weinberg trata desesperadamente de marcar las emocionales de un tema que no acaba de despegar aunque en directo podría dar mucho juego. En el estribillo la guitarra solista llega a sonar incluso alternativa, lejos de los patrones clásicos del Boss.

«Working on a dream»
El tema titular sitúa, por fin, la voz en primer plano, captando los bonitos matices de la garganta de Springsteen. De nuevo discreta base acústica más a modo de detalle de producción que de elemento consistente. Es una canción inmediata, pensada claramente para crear «clímax de estadio» mediante unos coros que van creciendo a partir de la segunda mitad. La letra, pese a ser de abierta interpretación, es pseudopolítica, al estilo de «The rising».

«Queen of the supermarket»
Inicio clásico con acústicas y piano. Recuerda a la etapa setenta de Springsteen, aunque de nuevo las cuerdas se comen a unas tímidas guitarras. Tiene un toque dramático y narrativo al viejo estilo bastante conseguido. El Boss se confiesa un tanto adolescentemente enamorado. Se escucha a Patti Scialfa haciendo coros y recordándonos que es la omnipresente Señora del jefe aunque en escena siga tocando una guitarra que no se escucha.

«What love can do»
Canción que podríamos definir como una afortunada actualización de «Lucky town». Buenas estrofas e interesante estribillo. Es un tema de corte melancólico donde se cuela algún buen arreglo de guitarra clásica. De los mejores en un repertorio donde la esperanza brilla a nivel lírico, ya sea de forma sentimental (como es el caso) o en la búsqueda de la redención.

«This life»
Al comenzar recuerda al pop inglés clásico, un tanto sesentero. Mantiene el tipo, es un tema absolutamente melódico que cuenta con una gran interpretación vocal y unos bellos arreglos de saxo. Junto al anterior corte, de lo mejor del nuevo repertorio, aunque la letra no esté especialmente inspirada.

«Good eye»
Horrible tratamiento moderno para una canción cuya producción trata de enfocarse de una forma novedosa que quizás podría funcionar con bandas de música de raíces alternativas pero que aplicada a Springsteen no sólo no funciona, sino que rompe la línea del disco. Un típico blues que suena a pastiche de armónica y trucos de estudio. Está claro que Brendan O’Brien ha tenido bastante que ver con la inadecuada producción. ¿Alguien recuerda cuando el caballero se llevó por delante algún que otro tema de The rising en nombre de la modernidad?

«Tomorrow never knows»
Corte clásico, exquisita percusión de escobillas a cargo de Weinberg y profunda voz de Springsteen. La conjunción entre piano, acústicas y cuerdas funciona bastante bien. ¿Nadie se pregunta a estas alturas dónde está Steve Van Zandt? Por cierto, la lírica guarda una perla interesante: «I carried you on my back / Over the rusted spikes of that highway of steel / When no more thunder sounds» (Te llevé sobre mi espalda / Sobre los oxidados clavos de aquella autopista de acero / Donde ya no suenan truenos). ¿Habla de «Thunder road»?

«Love it self»
Potente bajo para una canción de atmósfera fantasmal y apesadumbrada. De nuevo guitarras poco crudas y enfoque moderno. Trata de resultar intensa pero no acaba de lograrlo. El tratamiento del solo de guitarra muestra un enorme fallo a la hora de plantear el futuro del sonido del Boss, exactamente igual que el de la caja de la batería a partir de la mitad del tema.

«Kingdom of days»
Medio tiempo de corte romántico y piano presente. Estribillo clásico para una canción llena de sentimiento.

«Surprise, surprise»
Guitarras ligeras para una canción… ¡excesivamente ligera! Inocente, quizá demasiado, se trata de pop bastante casual. No hay dramatismo, sólo buenas vibraciones y, una vez más, ligereza, mucha ligereza.

«Last carnival»
De nuevo quietud, desnudez acústica y alegres melodías. La voz exhibe hermosos matices. La sorpresa llega con los coros finales a modo de gospel espiritual que encajan realmente bien como colofón de obra. Muy agradable final.

«The wrestler»
Es el «bonus track» del disco, un tema intimista que se apoya en el piano, guitarra acústica y la voz. Fórmula obvia para narrar la historia de un «working class hero» para la película del mismo nombre.
En resumidas cuentas, Working on a dream se queda a medias, indica direcciones en las que no sería interesante moverse y plantea ideas vagas, poco concretas. Se comenta que ha sido grabado con la espontaneidad del directo y, sin embargo, carece de empaque. No obstante, en vivo podría brillar, aunque en lo referido al disco no se echa toda la carne en el asador.

 

Artículos relacionados