Quique González: conversaciones, de Arancha Moreno

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LIBROS

«Los principales méritos de la autora son crear un clima de confianza y plantear las preguntas adecuadas»

 

Arancha Moreno
Quique González: conversaciones
EFE EME, 2022

 

Texto: JAVIER ESCORZO.

 

Dice Leiva al comienzo del libro que Quique González se encuentra en el momento perfecto para encarar un proyecto como este. De un tiempo a esta parte, el madrileño parece estar más tranquilo y centrado que nunca, disfrutando de un período de plenitud en su vida. También es un momento idóneo para Arancha Moreno, añadiría yo, después de tantos años escribiendo sobre música y de tres maravillosos libros dedicados a Iván Ferreiro, Coque Malla y José Ignacio Lapido, ahí es nada. Es precisamente este último el que, también en las primeras páginas, la anima a «sacarle las tripas» a Quique. Y ella lo hace. En el buen sentido, claro. Que nadie busque en esta obra amarillismo, cotilleos ni el hedor nauseabundo de los trapos sucios mal aireados o las heridas que no llegaron a cicatrizar. La periodista plantea la entrevista como un diálogo amable y no como un interrogatorio de la Gestapo. Sus méritos principales son dos: crear un clima de confianza entre entrevistadora y entrevistado, y plantear las preguntas adecuadas.

Quique cumple su parte del trato explayándose, hablando con sinceridad y, en ocasiones, mostrándose crítico con algunas partes de su pasado. Respondiendo a las cuestiones que le lanza Arancha, el cantautor repasa su vida y los principales hitos de su carrera. El día que descubrió su vocación, con dieciséis años y todavía en su primera banda, Dick Turpin. Sus influencias musicales, tanto naciones (Antonio Vega, Enrique Urquijo, Joaquín Sabina…) como internacionales (Dylan, Petty, The Band, Lucinda Williams…). Todos y cada uno de sus discos, así como sus respectivas giras. Sus fuentes de inspiración, sus aspiraciones artísticas, sus bloqueos creativos. Y una constante que se repite desde los inicios de su andadura: la obsesión febril por preservar la pureza de su creación, algo que le ha originado sonados conflictos con discográficas y agencias de management. Lo que haga falta por no apartarse de su camino y por mantener el respeto absoluto hacia sus seguidores.

Tratándose de un artista que vuelca tanto de su vida en sus canciones, quedan asuntos sin tratar, y es que hubiese sido materialmente imposible abarcarlos todos en un solo libro. Queda así el camino abierto a otras posibles obras centradas en desmenuzar más en profundidad épocas o discos concretos. Pero este Quique González: conversaciones es un magnífico acercamiento a la figura de uno de los artistas más relevantes de la música nacional de las últimas décadas. Sus casi doscientas cincuenta páginas nos ofrecen una visión general bastante exhaustiva de su carrera y, a nada que uno esté mínimamente interesado en la trayectoria de Quique, disfrutará mucho de su lectura, hasta el punto de que resulta complicado dejar el libro una vez empezado. Un ejemplo real: cuando me encargaron esta reseña, me dieron casi un mes para prepararla; al cuarto día había terminado el libro y tenía el artículo listo.

Anterior crítica de libros: Una ciudad entera bañada en sangre humana, de Jorge de Cascante.

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