Punto de partida: Paco Tamarit (Señor Mostaza) y Margo Guryan

Autor:

«Han pasado diez años desde entonces y la llama de «Take a picture» permanece intacta en mi interior. Cada vez que me viene una melodía a la cabeza y me la apropio para hacer una canción, la imagino cantada por Margo»

 

El guitarrista Paco Tamarit divide su corazón musical entre Señor Mostaza y Serpentina (su proyecto personal), pero también ha pasado por The Flauters, Doctor Divago y Una Sonrisa Terrible, y ha colaborado, con entre otros, Caballero Reynaldo, Ariel Rot o Miguel Riso. Aquí nos habla del disco que le cambió la vida.

Margo Guryan   
«Take a picture»
OGLIO RECORDS, 1968

 

 

No es, desde luego, el primer disco que cambió mi vida (antes hicieron lo propio perlas del blues, del rock sureño, del indiepop, del easy listening, del heavy metal, del blues, del noise, de la música clásica, de la contemporánea y del pop, siendo The Beatles, Simon & Garfunkel y The Mamas & The Papas, denominador común en todas ellas), ni tampoco el último (perlas, esta vez, de pop francés, italiano, de jazz vocal, del folk, etc., fueron las encargadas de volver a sacudirme por dentro, enderezándome por fuera). Fue simplemente, y no es poco, el disco que durante más tiempo ha conseguido mantenerme hipnotizado, el que siempre me apetece escuchar y el que más me ha marcado e influenciado a la hora de “soltarme” yo como compositor de canciones.

Debí comprármelo, estando ya calvo, hacia el año 2000 o 2001, que fue el momento en que el sello Siesta lanzó la reedición; y lo hice, eso sí, en la tienda Discos Oldies de Valencia. Me quedé prendado con la portada: Una chica con un jersey rojo mirando la lluvia a través de una ventana. Y fue mi querido Vicente Fabuel quien; conociendo mi pasión por The Honeybus, The Flying Machine, The Mamas & The Papas y todo lo que huela a soft pop, pop vocal, sunshine pop, o como se quiera llamar; me lo recomendó de todo corazón. Esa misma noche lo escuché un montón de veces mientras miraba emocionado las fotos interiores de Margo cogiendo un cigarrillo, haciendo un crucigrama, sonriéndole a unas margaritas. Leía una y otra vez el texto de Mike Alway, y, sobre todo, me sumergía en unas canciones que para mí tenían todo lo que mis oídos necesitaban: melodías exquisitas (‘Love songs’, ‘Can you tell’, ‘Thoughts’, ‘Take a picture’), armonías sorprendentes (‘Sunday morning’, ‘Don’t go away’), homenajes más o menos velados a J.S. Bach (‘Think of rain’, ‘Someone I know’), aires cabareteros (‘What can I give you’) y momentos sonoros más coyunturales, pero igualmente disfrutables y emocionantes (‘Sun’, ‘Love’). El disco además contaba con tres «bonus demos»: tres canciones que no desentonaban en absoluto con las demás, impactándome especialmente la maravillosa ‘Come to me slowly’ y la melódicamente juguetona ‘Timothy gone’. Recuerdo taladrar a todos mis amigos, familia y allegados con esta joya. Sé que contagié esa pasión a muchos (Luis Prado, incluido) e imagino que muchos otros deben recordarme todavía como “el pesado de la Margo”.

La escucha de este disco coincidió con mi tercer periodo compositivo serpentinesco, justo cuando mis composiciones viraron levemente de la psicodelia de juguete al pop megaluminoso. Margo fue la culpable de esta metamorfosis. En aquella sesión de grabación, en la que Serpentina dimos forma a canciones como ‘Demasiado azúcar’, ‘Te gustas’ o ‘El apartamento’, incluimos casi sin pensar una versión de ‘Love songs’. Esas cuatro aparecerían más tarde en el disco «Blancamañana» (Annika, 2004).

Han pasado diez años desde entonces y la llama de «Take a picture» permanece intacta en mi interior. Cada vez que me viene una melodía a la cabeza y me la apropio para hacer una canción, la imagino cantada por Margo, rodeada de arreglos de cuerdas, flautas, pianos Wurlitzer, sonidos 68 y, si veo que encaja, me pongo con ella inmediatamente, asumiendo como real la fantasía de que, por muchas vueltas que dé a la canción y por muchos giros de 180 grados a los que la someta, ella, Margo Guryan, estará guiñándome un ojo desde su ventana.

Anterior entrega de Punto de partida: Alfa y AC/DC.

Artículos relacionados