Punto de Partida: Lucas Bauer (Bauer) y Coldplay

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«Me encanta el disco entero. Tiene algo íntimo, delicado y a la vez muy poderoso»

 

Estas semanas la banda malagueña Bauer se encuentra presentando su nuevo y cuarto disco, Si hubiéramos sido más valientes, en directo. Mientras recorren ciudades y festivales, Lucas Bauer, multiinstrumentista y fundador del grupo, hace parada en Efe Eme para hablarnos del álbum que lo cambió todo para él.

 

Coldplay
Parachutes
CAPITOL RECORDS, 2000

 

Texto: LUCAS BAUER / EFE EME.

 

«Lo compré en cedé durante un viaje a Londres, probablemente en el 2001, en una tienda del aeropuerto, justo antes de volver a casa. No recuerdo cuánto me costó, pero desde que escuché “Yellow” por primera vez en MTV supe que necesitaba ese disco cuanto antes. Me atrapó al instante, y cuando lo vi en el expositor no lo dudé ni un segundo.

Ya tenía muchos discos antes que Parachutes, y varios de ellos me gustaban muchísimo. Pero este tuvo algo especial, quizá por el momento en el que llegó o por cómo conecté con esas canciones desde la primera escucha.

Lo descubrí gracias a MTV. Recuerdo ver el videoclip de “Yellow” por primera vez y quedarme completamente enganchado. Esa canción, tan sencilla y tan emocional, me dejó con ganas de más. Desde ese momento, estuve atento a cuándo saldría el disco para poder hacerme con él lo antes posible.

Me encantan “Yellow”, “Trouble”, “We never change”, “Everything’s not lost”… incluso la canción oculta, “Parachutes”. En realidad, me encanta el disco entero. Tiene algo íntimo, delicado y a la vez muy poderoso. Es de esos álbumes que se sienten como una unidad, sin relleno, donde cada tema tiene su lugar y su atmósfera. Me impactó porque me hablaba directamente, sin artificios. Hay una melancolía bonita, una sensación de verdad en cada canción, como si lo hubieran grabado sin pensar en nada más que en hacer algo sincero. Y eso, al final, es lo que más me llega.

No sabría decir si este disco es el mejor de Coldplay, porque A rush of blood to the head también me parece una obra enorme, más ambiciosa y con canciones impresionantes. Pero Parachutes se acerca más al tipo de música que a mí me gusta: más melancólica, más contenida, más de atmósfera. Tiene una sensibilidad especial, más íntima, que me sigue emocionando cada vez que lo escucho. Me recuerda a lo que sentí la primera vez que escuché a Jeff Buckley o incluso a algunos discos de Radiohead: esa mezcla de fragilidad y profundidad.

Lo sigo escuchando. No con la misma frecuencia que antes, pero cada vez que lo pongo me devuelve a un lugar muy concreto, muy mío. Es uno de esos discos que no envejecen, que siempre están ahí cuando los necesitas».

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