Punto de partida: Loquillo y Buddy Holly

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«Me di cuenta que había un rock and roll hecho muy al principio, que había sido una influencia decisiva para todo lo que vino luego. El sonido era más claro que lo se escuchaba entonces y comprendí que los Beatles habían sableado musicalmente a Holly»

Mientras Loquillo ultima su próximo disco, en el que cantará poemas de Luis Alberto de Cuenca, recuperamos el Punto de Partida que en su momento publicamos de él, en el que nos contaba que un recopilatorio de Buddy Holly, le cambió la vida.

 

Buddy Holly
«Rock and roll»
(¿?)

 

Selecciono este disco porque prefiero dejarme llevar por el lado emocional; podría citar otros títulos porque, como cualquier chico de barrio de los 70, yo iba a los autochoques a escuchar la música del momento y en aquel momento era el glam: Slade, Sweet, Reed, Bowie, etc. Por otro lado, en el colegio mis amigos me dejaban discos de los Beatles y de los Rolling Stones, que era lo típico. A mí me llegaba más la etapa del principio de los Beatles y los Stones, y me fijé que en esos discos salía en los créditos de algunas canciones el apellido Holly. No tenía ni idea de quién era.

Todas las mañanas cogía el metro que me llevaba al colegio y en la estación del mismo metro había un estanco donde vendían tabaco y tenían unos cajones en los que por 150 Pesetas te podías llevar LPs, de Vivaldi a Salomé, entraba de todo. Siempre miraba los cajones, tendría once o doce años, y un día veo una carpeta azul, sin foto ni nada, sólo ponía Rock and roll Buddy Holly. Me di cuenta que era el mismo Holly de los discos de los Beatles y los Stones. Era un LP español hecho por la cara, vete a saber quién lo editaba. Pero me llamó la atención ese «Rock and roll» rotulado en grande en la cubierta, era muy llamativo [ante la imposibilidad de encontrar esta portada, hemos reproducido una de un recopilatorio de Holly]. Claro, me lo compré.

Este disco me hizo darme cuenta que había un rock and roll hecho muy al principio, que había sido una influencia decisiva para todo lo que vino luego. El sonido era más claro que lo se escuchaba entonces y rápidamente comprendí que los Beatles habían sableado musicalmente a Buddy Holly. Mi lectura fue: este tipo ha influido a los Beatles en lo pop y a los Rolling en lo rock. Como el disco no tenía fotos, no sabía ni qué cara tenía el tío, pero me abrió la puerta y comencé a comprarme revistas de música o aquellos dos famosos libros de Diego A. Manrique («Historia del rock ‘n’ roll»), ahí le vi la cara. Y vi que Buddy Holly se relacionaba con los pioneros del rock and roll; de ahí salté a Elvis, que ya sabía quién era, claro. Todo esto me llevó del hilo y me hizo comprender que los grandes se dejan influir por los grandes y que hay una historia: sin Buddy Holly no habrían existido los Stones y los Beatles. Así de claro. Con este LP vi que había un hilo conductor. Un tiempo después estrenaron la película «American graffitti», que estabs en esa onda de canciones como ‘Peggy Sue’ o ‘Words of love’, ¡qué canciones!

Mi concepto de la música se fue definiendo y pensaba qué buenos eran los Beatles de Hamburgo y qué coñazo los de «Sergeant Pepper’s». Prefería a Buddy Holly y eso que a mí me gustan los superhéroes y Holly era todo lo contrario: un tipo muy normal, y con gafas. No era un Elvis. Y eso me sorprende a mí mismo. También me gustaba mucho «The freewheelin’», de Bob Dylan, el primero de Paul Simon, que eran discos que me dejaban los mayores. Pero no podía con los monstruos del momento: Pink Floyd, Tangerine Dream y Genesis.

Conservo el vinilo, pero está gastadísimo, lo recuerdo como aquellos viejos vinilos que pesaban un montón, cuando todavía eran gruesos, antes de la crisis del petróleo. Luego ya me hice con toda la discografía de Buddy Holly. Creo que cuando Holly viaja a Nueva York su música se hace muy cosmopolita y crea una manera de hacer muy especial. No era un pionero, era un avanzado, musicalmente estaba muy por delante. Él y Eddie Cochran eran dos avanzados, pero los dos mueren muy jóvenes.

Igual en aquel momento yo escuchaba más el primer LP de Paul Simon, otro álbum fundamental para mí, pero con Buddy Holly lo entendí todo. ¡Iba con el disco por la calle para vacilar! Mi madre bordó en una camisa blanca “Buddy Holly rocker”, me ponía mis blue jeans y mis calcetines blancos y aquello era un golpe, una vacilada.

[Texto publicado originalmente en EFE EME 61, de septiembre de 2004]

Anterior entrega de Punto de partida: Sergio Makaroff y The Rolling Stones.

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