Punto de Partida: Leo Mateos (Nudozurdo) y Bob Dylan

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«Hay un magnetismo en su voz completamente desbordante. Creo que se le seguirá escuchando como se lee ahora Shakespeare»

 

El 2024 fue el año del regreso de Nudozurdo. Lo empezaron publicando el disco Clarividencia (Sonido Muchacho, 2024) después de un tiempo en silencio, y lo terminaron lanzando el epé No te puedes rendir. Ahora, en este 2025 que acaba de comenzar, se encuentran en la carretera girando con ambos trabajos, siendo sus próximas citas este mismo sábado 25 de enero en Gijón, el 7 de febrero en Córdoba y el 8 de febrero en Málaga. A mitad de camino, Leo Mateos, líder de la banda, se sienta en Efe Eme para hablarnos del disco que lo cambió todo para él.

 

Bob Dylan
The freewheelin’
COLUMBIA, 1963

 

Texto: LEO MATEOS / EFE EME.

 

«Lo compré en el Madrid Rock de la Gran Vía. Recuerdo la tienda como un templo musical. Era inabarcable. El casete venía con la clásica pegatina de Madrid Rock. Ya no recuerdo su precio, pero es posible que estuviera rebajado. Tampoco la fecha, pero debió ser a principios de los noventa.

Debió ser de los primeros discos que compré, junto con alguno de Hendrix, La Credeence y alguno de la Velvet. Tenía otros casetes, pero eran todos piratas. Estas fueron mis primeras compras que yo recuerde.

En mi casa, mi padre ponía mucha música. Principalmente de los sesenta, aunque también de los ochenta. La primera vez que escuché “Blowing in the wind” fue porque mi hermana estaba haciendo un ejercicio para una clase de inglés. Es probable que antes hubiera sonado en casa, pero esa fue la primera vez que me cautivó.

Es un disco que me impactó por su crudeza. Está suspendido en el tiempo. La personalidad de Dylan en estado puro. Guitarra y voz. Hay un magnetismo en su voz completamente desbordante. Un trovador cósmico. Creo que se le seguirá escuchando como se lee ahora Shakespeare.

Es cierto que Dylan tiene discos más redondos, más complejos y más salvajes, pero este tiene una desnudez y una pureza que no tiene ninguno. Y lo sigo escuchando solo en mi cabeza».

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