Punto de Partida: Diego Vasallo y Vinicius de Moraes

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«Este disco me abrió la puerta para acercarme a otras formas musicales menos rock, a lo que llamamos música popular. Me amplió mucho la visión y me empezaron a cambiar las influencias: Comenzaron a venir no sólo del rock, sino de otros folclores, en un principio latinoamericanos, y luego ya me han ido gustando otras cosas»

 

Aprovechando el reciente lanzamiento de su nuevo disco, «Canciones en ruinas», recuperamos el Punto de Partida en el que, en su momento, Diego Vasallo nos habló del disco que le cambió la vida: El mítico «En La Fusa con Maria Creuza, Maria Bethânia y Toquinho», de Vinicius de Moraes.

 

 

Vinicius de Moraes
«En La Fusa con Maria Creuza, Maria Bethânia y Toquinho»
En CD: DISCMEDI, 1996

 

Lo tengo en un estuche con dos CDs, uno con Maria Bethânia y otro con Maria Creuza. Pero prefiero el de Maria Creuza, que es el primero que grabaron. Lo compré en Barcelona, quizá en la Virgin, hacia 1994 o así, en un viaje de Duncan Dhu, con Mikel [Erentxun]. No tenía ni idea de lo que era, pero me llamó la atención el estuche, porque es una edición especial en una caja muy bien presentada. No conocía a Vinicius y recuerdo que me pregunté quién sería ese tío con esas gafas y esa pinta de profesor. Así que me lo compré. Y la verdad es que cuando lo escuché fue uno de esos descubrimientos que te pasan sólo unas cuantas veces en la vida.

Me abrió mucho el campo musical, fue a partir de aquí que empecé a descubrir la bossa, Brasil y la música de Latinoamérica. De hecho, la bossa nova ha sido algo bastante presente desde entonces en mi música, en mis influencias, en lo que escucho, incluso me he atrevido a escribir algún amago de bossa nova.

Me sorprendió mucho la sencillez, la fluidez, parece que esté grabado en el salón de una casa. Aunque está grabado en un local, en La Fusa, que debía de ser un sitio muy pequeñito, en Buenos Aires. Aunque hay que recordar que es un falso directo, porque en La Fusa grabaron Toquinho y Maria Creuza, pero luego se fueron a un estudio y metieron la base rítmica, y los aplausos están insertados después, cosa que se nota porque están a otro volumen. Pero, a pesar de todo, es una de esas grabaciones que están tocadas por la magia. Me impactó esa aparente sencillez, ese tono tan coloquial y tan cercano. Y la forma de cantar de Vinicus me impresionó; esa facilidad para cantar las canciones de una forma sencilla y directa.

El CD con Maria Bethânia me gusta, pero creo que es un poco inferior; es que las canciones del disco con Maria Creuza son joyas de la primera a la última. Un disco de 10.

Acerté plenamente con la compra «a ciegas» porque es uno de mis discos de cabecera. Todavía lo escucho de vez en cuando. Luego me lo compré también en vinilo, en una tienda de segunda mano. Durante un par de temporadas hice en directo una versión de ‘Samba em preludio’, de Vinicius y Baden Powell, incluso me atreví a cantarla en portugués.

Este disco me abrió la puerta para acercarme a otras formas musicales menos rock, a lo que llamamos música popular. Yo conocía más la música mejicana, pues siempre me gustaron los boleros y las rancheras. Pero me amplió mucho la visión y me empezaron a cambiar las influencias: Comenzaron a venir no sólo del rock, sino de otros folclores, en un principio latinoamericanos, y luego ya me han ido gustando otras cosas, como el fado.

[Texto publicado originalmente en EFE EME 75, de febrero de 2006]

 

 

Anterior entrega de Punto de Partida: Alaska y David Bowie.

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