Parcels, el pelotón más engrasado y divertido del pop

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«Asaltar Madrid a golpe de funk, disco, pop o electrónica y, sobre todo, que los allí presentes no dejaran de bailar»

El conjunto australiano ofreció el pasado viernes, 13 de junio, un concierto donde perfección técnica y diversión se entrelazaron para firmar una noche memorable en Noches del Botánico a ritmo de funk, disco, pop o electrónica. Allí estuvo María Canet.

 

Parcels
Noches del Botánico, Madrid.
Viernes, 13 de junio de 2025.

 

Texto: MARÍA CANET.
Fotos: VÍCTOR MORENO.

 

Las últimas luces del día prendieron de rojo las nubes que, como bombillas improvisadas, se disponían a iluminar la pista de baile en la que se iba a convertir el escenario de Noches del Botánico segundos más tarde. El reloj marcaba puntual las 22:00 de la noche del viernes, 13 de junio, cuando los cinco miembros de Parcels aparecían sobre el escenario. Noah Hill (bajo), Patrick Hetherington (guitarra), Louie Swain (teclados) se dispusieron en primera línea de combate, a la misma altura. Solo el batería, Anatole “Toto” Serret, permanecía en la retaguardia. Distintas armas, pero una misma estrategia: asaltar Madrid a golpe de funk, disco, pop o electrónica y, sobre todo, que los allí presentes no dejaran de bailar. La del quinteto era una de las actuaciones más esperadas del ciclo de conciertos —las entradas se agotaron apenas unas horas después de ponerse a la venta—; el público, entregado desde el inicio, recibía a los australianos con las mismas ganas que al fin de semana. Parcels no hallaron enemigos, sino cómplices aliados.

La unión de este pelotón recoge lo estético —aunque con distintos uniformes, todos excepto Noah Hill (que aún conserva su rubia melena surfera) lucían idénticos peinados con corte berlinés (en la actualidad residen en la capital alemana)— y lo musical, gracias a la química entre instrumentos que fluyen en una milimetrada jam y a un juego de voces que ejecutan con la perfección técnica de un francotirador y que, a la vez, posee la grácil e hipnótica agilidad de las nadadoras de natación sincronizada. Dispares universos que, como su estilo (entre el pop, la electrónica y el disco o funk setentero), conviven, se acarician y sacuden con mucho groove.

Tras saludar calurosamente al público y calentar el ambiente con un pasaje instrumental, cargaron con un certero primer disparo, “Overnight”, el éxito producido por Daft Punk. La noche estaba destinada a ser un campo, no de minas, sino de hits. Tras un primer trallazo de pop electrónico, los australianos recurrieron a su particular artillería pesada: el funk y el disco setentero que tan bien han sabido actualizar con temas como “Lightenup” o “If you call”. No renunciaron a la sofisticación con guiños jazzísticos en “Tieduprightnow”, que abrió la veda al movimiento de hombros convertido en el movimiento de baile oficial de la noche, o a la emotividad con “Safeandsound”; un refugio musical donde las voces arropaban, abrazaban y recalcaban la comunión por la que se rige el conjunto: cinco individuos que no saben, pueden ni quieren avanzar sin el resto.

 

«Táctica infalible, perfecta ejecución, diversión, emoción y épica»

 

Una pausa que permitió a los guerreros retomar la ofensiva con el mejor ataque, “Somethinggreater”, un festín de veloces riffs discotequeros y celestiales armonías vocales heredadas de los Beatles o los Beach Boys. “Lordhennessy”, convirtió el Real Jardín Botánico de Alfonso XIII en una rave berlinesa; los allí presentes aportaron el toque verbenero al corear “Ritmo de la noche” sobre la melodía. “Gamesofluck” aportó más munición tecno, estirando las notas y demostrando que los tramos instrumentales son tan disfrutables como los estribillos coreables. El tempo nocturno, oscuro y sensual de “Theworstthing” se convirtió en el momento introspectivo de palpar la herida, un peculiar trance, con sentidos solos de guitarra con deje Mark Knopfler. Para entonar “Leaveyourlove” la banda se agrupó en el suelo, más unida aún, como la última noche de un campamento de verano frente a la fogata, al tiempo que sus voces se desplegaban como distintos colores que, a pesar de los matices, pertenecen a la misma gama cromática vocal. Entre juguetonas guitarras y sintetizadores, “Everyroad” preparó a los asistentes para uno de los momentos más especiales de la noche, el solo de batería de Anatole “Toto” Serret, arropado por sus cuatro compañeros.

Los cinco soldados iniciaron el último asalto del concierto con la divertida “Yougotmefeeling”, heredera del mejor Michael Jackson, la bailable “Hideout” y “Iknowhowifeel”, que sirvió para encarar la entrega de armas con un breve regreso a “Overnight” y la templanza soul de “Bemyself”. El disparo vencedor, “Comingback”, fue el fin de fiesta, donde las armonías vocales, grandilocuentes y emocionantes, así como los detalles de guitarras, teclas o percusión fueron los fuegos de artificio para anunciar una rotunda victoria. Táctica infalible, perfecta ejecución, diversión, emoción y épica. Parcels confirmaron en Noches del Botánico que son el pelotón mejor engrasado y más divertido del pop.

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