DISCOS
«Le tiene tomado el pulso a una fórmula infalible y que aquí vuelve a funcionar, expandiéndose a través de las colaboraciones con otros músicos»
Purple Disco Machine
Paradise / Club Paradise
COLUMBIA / SONY, 2024
Texto: XAVIER VALIÑO.
Tal y como ha encauzado su trayectoria, el alemán Tino Piontek (el productor, músico y DJ detrás del nombre Purple Disco Machine) acabará oteando el éxito antes o después. Eso si no consideramos que sonar ya en unas cuantas pistas de baile no sea precisamente lo que va buscando. Para su tercer álbum, Piontek se ha tomado su tiempo, firmando quince canciones que definen perfectamente lo que se ha dado en llamar nu-disco.
Le tiene tomado el pulso a una fórmula infalible y que aquí vuelve a funcionar, expandiéndose a través de las colaboraciones con otros músicos como Nile Rodgers, Metronomy, Jake Shears (Scissor Sisters), Chromeo, Sophie and the Giants, Nothing But Thieves, Roosevelt o Dabeull, con quien más se emparenta y quien el año pasado presentó también un disco en una vena similar, Analog love.
Para quien lo haya venido siguiendo anteriormente, la sorpresa es relativa, ya que nada menos que diez de estas quince canciones fueron lanzadas como singles previamente. Sin embargo, el álbum logra mantener la tensión en todo momento, comenzando con la introducción de “W.T.P.”, que fácilmente podría vestir los títulos de crédito iniciales de una película de superhéroes de los años setenta. Después de dos minutos de preparación, somos bienvenidos al paraíso y los ritmos disco marcan el tono durante el resto del álbum. Ahí está “Honey boy”, con guitarras funky del propio Nile Rodgers, “Paradise”, con la voz de Sophie and the Giants, o “Substitution” con una melodía pegadiza a cargo de Julian Perretta.
En algún instante se concede una pausa, como en “Contact”, “Can’t stop loving you” o “Paradisco”, momentos en los que puede apetecer sentarse al borde de una piscina con un cóctel en la mano para otear la puesta de sol como la que reviste su portada. Piontek se lo podía permitir porque sabía que a finales de diciembre, tal y como así ha sucedido, editaría Club paradise, un disco de remezclas de este tercer trabajo, con treinta y dos canciones en más de dos horas y media. En este caso, sí, sin tregua alguna; o sea, puro baile.
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