Operación Rescate: Los Gatos

Autor:

Los Gatos
«Los Gatos»
RCA, 1967

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

El primer y homónimo LP de Los Gatos fue el que dio el pistoletazo de salida al rock argentino en su vertiente moderna (la que lo entiende como género con entidad propia, cantado en castellano y con fuerte poética personal, alejado de las letras pop), antes habían grabado los Beatniks un sencillo y los mismos Gatos habían roto el mercado unos meses antes con el single inicial que presentaba ‘La balsa’, canción que también acabaría en el disco grande y que en alguna reedición daría nombre al álbum. Detrás de Los Gatos estaban Litto Nebbia (voz y guitarra) y Ciro Fogliatta (órgano y piano), dos rosarinos que habían probado fortuna con Los Gatos Salvajes (grupo de adolescencia, claramente enfocado al beat), a ellos se sumaron Kay Galiffi (guitarra), Alfredo Toth (bajo) y Óscar Moro (batería), pero el peso musical recaería en Nebbia, compositor y alma de la banda.

Este debut, de sonido un tanto rústico –por entonces los estudios no estaban demasiado avezados en esto de capturar a un grupo de rock–, muestra a una formación con maneras propias, siempre tan imprescindibles, pero sin terminar de definirse, orientada hacia dos mundos: por un lado el beat del que provenían y que había marcado la música de los primeros años 60, y por otra parte impregnados de la sonoridad que más tarde conoceríamos como «sonido Nebbia», ante la imposibilidad de etiquetarla de otro modo, ese personal punto de convergencia en el que cabe la música en el más amplio sentido y que aquí queda retratado, especialmente, en ‘Qué piensas de mí’, donde su autor se fuga hacia Brasil (una de sus debilidades, como el tiempo confirmaría), algo bastante inédito, en aquellos días, para una agrupación netamente rock.

Para la historia dejan, desde luego, ‘La balsa’, el himno por excelencia, el que escribió Nebbia tirando de un arranque compositivo del luego mítico Tanguito. Una canción que es un canto de libertad, casi existencialista, y cuya magia sigue incólume; en los arreglos cabe destacar el trabajo de Ciro Fogliatta con el órgano, y esos riffs de guitarra, tan netamente sesenteros. Otras canciones, pese a una escritura todavía demasiado ingenua, ya muestran al Nebbia humanista, al pacifista, al que analiza la sociedad desde el inconformismo (‘Ya no quiero soñar’, ‘Ríete’) y se ofrecen algunas gemas: ‘Madre, escúchame’, sobre la emancipación, pero también una tonada al amor filial, con una gran melodía; y, claro, ‘El vagabundo’, con sus seductores arreglos orquestales, con un Ciro fantástico al piano en una canción eterna, la gran joya del disco (que en España conocimos por la versión de Moris de 1987). También destacan temas como ‘Lo olvidarás’, donde se muestra el Nebbia más lírico tras una intro blues, los apuntes psicodélicos de ‘Ríete’, la fábula de ‘El rey lloró’, la melodía de vodevil, recurso tan Beatle, de ‘Ciudad’ o el gran ‘Ayer nomás’, escrito por Moris y Pipo Lernoud y que luego grabaría el primero.

Tras este disco, la banda, y hasta 1970, registraría cuatro LPs más, con los que se fueron alejando del sonido inicial en paralelo al crecimiento de Nebbia como compositor. La entrada del guitarrista Pappo también sería esencial para reformular la propuesta, más orientada hacia el blues-rock, pero esas ya son otras historias, otros discos. En estos surcos iniciales lo que dejaron grabado fue parte del decálogo esencial de una forma de entender el rock, única en el mundo.

 

Anterior entrega de Operación Rescate: Gipsy Kings.

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