Operación rescate: “Fool’s paradise”, de The Head Cat

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“Lemmy no canta como Holly, ni como Johnny Cash, Carl Perkins o Lloyd Price, otros de los homenajeados. Pero tampoco lo pretende. Su voz supura autenticidad y valor. Sabe de lo que habla y, sobre todo, siente lo que hace. Y así se entiende un disco amable que se torna adictivo escucha tras escucha”

 

En 2006, Lemmy se desmarcaba de Motörhead publicando un homenaje a Buddy Holly con su grupo paralelo, The Head Cat. Su aventura, compartida con Slim Jim Phantom, batería de los The Stray Cats, y Danny B Harvey, guitarrista de Lonesome Spur, no no fue muy bien recibido por la crítica, y que Eduardo Izquierdo reivindica diez años después.

 

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The Heat Cat
“Fool’s paradise”
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Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

Reconozco que cuando me enteré de la muerte de Lemmy Kilmister corrí a la estantería en busca de un disco con el que homenajearle. Curiosamente no cogí ninguno de Motorhead ni de Hawkind. Quizá inconscientemente quise enfrentarme a todos aquellos desinformados medios informativos que no habían dudado en definir su música como heavy metal y opté por “Fool’s paradise”, el primer disco de The Head Cat, puro y genuino rock and roll.

Cuando Slim Jim Phantom (Stray Cats) y Danny B. Harvey (The Rockcats) pusieron en marcha el homenaje a Elvis Presley titulado “Swing cats, a special tribute to Elvis” (2000), Lemmy fue uno de los vocalistas a los que recurrieron. Eso hizo nacer entre ellos una profunda amistad que les llevó a plantearse un proyecto común cuyo primer resultado discográfico vio la luz en 2006.

 

 

Fool’s paradise” no fue entendido por la crítica en su momento. Calificado de burdo disco de versiones, en esa apreciación se concentran diversos errores. El primero hablar con ese desprecio de un disco de revisiones ajenas, y el segundo, y más evidente, descalificar el trabajo de Phantom, Harvey y Lemmy intentando dotar a una reunión de amigos de un injusto carácter solemne. Y es que el rock and roll no solo hay que tocarlo, hay que vivirlo, sentirlo. Y en ese aspecto Lemmy le llevaba varios cuerpos de cabeza a la mayoría de los miembros de la prensa.

 

 

¡Claro que las versiones originales de Buddy Holly (hasta ocho se incluyen) son mejores en la voz original del gafotas de Lubbock! Pero no se trata de eso. La cosa va de tres tipos que llevan el rock and roll en las venas rindiendo tributo a alguno de sus ídolos. Desde el respeto, pero también desde la diversión. Lemmy no canta como Holly, ni como Johnny Cash, Carl Perkins o Lloyd Price, otros de los homenajeados. Pero tampoco lo pretende. Su voz supura autenticidad y valor. Sabe de lo que habla y, sobre todo, siente lo que hace. Y así se entiende un disco amable que se torna adictivo escucha tras la escucha. Porque son canciones eternas, como ‘Lawdy Miss Clawdy’, ‘Big river’ o ‘Not fade away’, interpretadas con una honestidad que tira de espaldas. Y eso, desgraciadamente, no abunda.

 

 

Anterior entrega de Operación rescate: “Heaven or Las Vegas”, de Cocteau Twins.

 

 

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