Matt Elliott: Tristeza revolucionaria

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«Espero que cuando se mire atrás dentro de cincuenta años, veamos este momento como el más oscuro de la Historia. Los estudiantes les preguntarán a sus maestros cómo se permitió esta locura. La misma pregunta que nos hicimos todos cuando nos contaron la Segunda Guerra Mundial en la escuela»

Matt Elliott está estos días de gira por España presentando su disco “The broken man”. Eduardo Tébar lo entrevistó y recogió su mirada sobre la actualidad política mundial.

 

 

 

Texto: EDUARDO TÉBAR [@edutebar].
Foto: CETROBO.
 

 

“Vivimos anclados en una sociedad medieval”. Es el titular que guardo de mi anterior conversación con Matt Elliott, en la primavera de 2009. Poco han cambiado las cosas. El músico de Bristol se reconoce incapaz de escribir canciones esperanzadoras. Lo comprobamos en el reciente “The broken man”, trabajo que estira la fórmula de los anteriores: folk de salmodias acústicas, atmosféricas, embadurnadas de sensibilidad baudelairiana. Durante este tiempo, el británico ha girado con Yann Tiersen –responsable de las mezclas del disco–, ha reactivado su álter ego sintético –en 2010 volvió al drum’n’bass endemoniado de The Third Eye Foundation– y continúa azotando las membranas ulceradas del sistema. Matt Elliott descansa unos días en Barcelona, antes de iniciar una extensa gira por nuestro país. Harto de desentrañar tormentos internos, se recrea en vitriólicos análisis de la actualidad política mundial.

He perdido la cuenta de las veces que te he visto en España.
Sí, he tocado mucho aquí. Y debo reconocer que, sin la buena acogida del público español cuando empecé a actuar como Matt Elliott, quizá me habría dado por vencido. Así que España ocupa un lugar especial en mi corazón. Es un país hermoso y da gusto recorrerlo conduciendo.

Filtras la pasión por la música balcánica y el influjo de los coros de la iglesia ortodoxa rusa que tanto te marcaron en la infancia. Me pregunto si esas conexiones te conducen al flamenco.
Bueno, como estudiante de música, me fascinan todos los acervos artísticos. En especial la música tradicional, que es la que sale del corazón. El flamenco me dice muchas más cosas que cualquier producto prefabricado, diseñado para salir al mercado con objetivos como la fama o el dinero. Me interesa la música popular de todos los rincones del mundo.

Leo los títulos de tus últimos discos (“Canciones aullantes”, “La oscuridad”, “El hombre roto”). Parece la evolución trágica de un personaje.
Claro, ¡y soy yo!

Desconcierta la advertencia que lanzas al final del álbum, cuando hablas del “dolor que está por venir”.
En realidad es una broma, porque el disco trata principalmente sobre un hombre destruido por un amor roto. La canción empieza con un verso (“haces un gran trabajo, como una musa”) que explica el hecho de que, aunque corremos el riesgo de acabar destruidos, nos exponemos a ese dolor por el simple goce de experimentar el júbilo inicial de una relación.

¿Es “The broken man” tu disco más amargo?
Todos mis discos son amargos. Yo soy un tipo bastante amargo, a pesar de que no tengo motivos para quejarme. Solo estoy capacitado para escribir canciones tristes.

Reflotas The Third Eye Foundation. ¿Cómo lo distingues de Matt Elliott?
Pues sí, son dos proyectos separados. Hay muchas cosas que los unen. Los dos vienen de mi alma, pero los procesos creativos de ambos proyectos son completamente distintos.

En cualquier caso, te estás alejando de la estructura pop. ¿Compones como quien crea una suite dividida en varios movimientos?
En Matt Elliott, todo empieza en la guitarra y la canción se construye alrededor de ese esqueleto. En Third Eye Foundation, todo se vuelve mucho más complejo. Entro en una lucha con mi ordenador hasta que la música sale. Después de varios meses y años de sudores, de repente, me encuentro con que tengo un disco. No es cuestión de canciones largas o cortas. En realidad, el concepto de piezas breves se ha estandarizado hace relativamente poco tiempo. Una de las razones por las que adoro la música clásica es que te lleva de viaje.

Esta vez le entregas las canciones a Yann Tiersen.
El propio Yann me sugirió encargarse de las mezclas. Me alegro de que haya sido así, porque a mí no se me da bien mezclar. No lo disfruto. Me gustó unirme a su gira [en 2009], aunque resultó extenuante participar en sus actuaciones y hacer mis propios conciertos como telonero.

Durante aquella gira, Yann me comentó su indignación con Le Pen y Sarkozy. ¿Sigues esperando la revolución?
Pienso que la actitud de la gente está cambiando, y para bien. Espero que cuando se mire atrás dentro de cincuenta años, veamos este momento como el más oscuro de la Historia. Los estudiantes les preguntarán a sus maestros cómo se permitió esta locura. La misma pregunta que nos hicimos todos cuando nos contaron la Segunda Guerra Mundial en la escuela.

¿Qué opinas de movimientos como Ocupemos Wall Street o el 15-M?
Para mí, todos los actos revolucionarios son válidos. Las personas reaccionan de diferentes maneras, cada cual con sus habilidades, pero contra el mismo objetivo. Hay hackers, manifestantes pacíficos, saboteadores. Las tácticas también difieren según el país. En Grecia, por ejemplo, la policía es muy agresiva, muy violenta. Así que los protestantes responden de la misma forma. Esto va a suceder pronto en España si el Gobierno insiste en emplear la violencia contra el pueblo. El movimiento de los indignados arrancó hace un año y se ha hecho más grande por culpa de la respuesta policial. No aprenden. En Estados Unidos observo que todo fluye dentro de un pacifismo estricto. En Grecia ya se producen enfrentamientos entre comunistas, anarquistas y activistas de otras ideologías. Esto es peligroso, porque puede derivar en una guerra civil. El FMI se llenaría de argumentos. Les dirán a los franceses, españoles e italianos: “¿Qué queréis?, ¿otra guerra como la de Grecia?”. Casi nadie habla de Islandia, donde los banqueros y políticos corruptos están en la cárcel, que es donde deben estar.

Así que auguras violencia.
Los políticos son muy ignorantes. Cualquiera que tenga un conocimiento básico de la Historia, verá que cada vez que la brecha entre ricos y pobres es demasiado grande, se produce un levantamiento. De hecho, creo que forma parte de la naturaleza humana. Es una reacción lógica. Cuando la gente protesta, el gobierno se debería preguntar qué se puede hacer, si están capacitados para resolver tales problemas. Hay vídeos brutales en la red de la policía española atacando con salvajismo a civiles desarmados. Es un ataque del Estado a los ciudadanos. Y eso alimenta la violencia. La policía, los políticos y los ricos olvidan que siempre serán superados en número de personas. Cuando alguien no pueda dar de comer a su familia, se desesperará. Mucha gente se desesperará. Y entonces tendrá lugar una reacción masiva. No importará cuántas armas empuñen los policías contra los ciudadanos. El Estado perderá esa batalla, como siempre ha ocurrido a lo largo de la Historia. ¿Qué harán? ¿Encerrar a la mitad de la población en la cárcel? Encarcelar a alguien dos años por un comentario en Facebook le cuesta al Estado 219.000 euros. Y mientras, en España hay gente que se muere en las salas de espera del hospital por la falta de recursos.

Es que llegas en plena borrachera de recortes.
Y veo que hay recortes democráticos. Los periódicos españoles muestran con orgullo el arsenal que la policía utiliza contra la población que se atreve a hacer uso del derecho democrático a la protesta. Lo primero que me pregunté fue cuánto ha costado semejante dispositivo, cuánto gana quien comercializa esas armas, por qué nuestros gobiernos invierten en ese tipo de armas. Y finalmente, el punto más importante: nos dicen que vivimos en una democracia, que esto no es una corporatocracia. Cuando te anulan el derecho de reunión o de protesta, o el derecho de pasear por las inmediaciones donde surgen las protestas, con el riesgo de ser atacado por la policía, la democracia desaparece por completo. Creo que este año va a ser interesante. Cada vez más personas están despertando ante la realidad del sistema. Los poderosos temen el efecto de internet, que puede educar a la gente. La función de la clase política es protegernos, ayudarnos; ayudar a la humanidad a desarrollarse y prosperar. No solo económicamente, donde han fracasado, sino por el bien de toda la humanidad. Tenemos que avanzar, pero el sistema está podrido.

En cierto modo, Matt Elliott fue un profeta de la crisis.
Es cierto que predije el derrumbe económico hace tiempo, de la misma forma que lo pronosticaron otras personas. La crisis está diseñada en gran medida para succionarnos con más impuestos. Luego, todo va a parar a instituciones financieras como el FMI o el Banco Mundial, donde habitan muchos amigos de Goldman Sachs. Estas mismas instituciones nos están robando y amenazando. Nos obligan a jugar a su juego. Existe una conspiración tremenda. Trabajan de manera conjunta porque, esencialmente, son las mismas personas. Me extraña que no se abra una investigación al respecto. Pero así funciona toda la política moderna. Por ejemplo, muchas personas que se dedican al control alimenticio y de medicamentos han trabajado para Monsanto o para farmacéuticas. Lo mismo puede decirse del sistema bancario. Los que mueven esos hilos han tenido puestos de responsabilidad en nuestros gobiernos en algún momento. Otro problema que angustia a la gente de la calle es la especulación. Nos sentimos exprimidos por los que suministran bienes de primera necesidad. Un agricultor cultiva productos para que los demás podamos comer. Pero luego hay personas que no han intervenido en el proceso y que se llevan parte del beneficio en las transacciones. Estos especuladores deberían ser gravados con el 90%. Sería un buen comienzo y disuadiría esta práctica de inflar los precios. Al final, cada año hay una crisis. Una crisis alimentaria. Una nueva gripe o una nueva recesión. Se trata de inventos para que la gente trabaje más por menos. Otra excusa para chupar de nuestros impuestos, para pagar por las vacunas que llegan demasiado tarde para ser útiles. Básicamente, estamos siendo robados. Y sabemos a quién a que pedir cuentas por todo esto.

Pienso en tu epílogo con The Third Eye Foundation: “Si nos tratan como terroristas, nos convertimos en terroristas”.
Cuando se pasa de cierto punto, la población se rebela. Es un principio de filosofía política. Me molesta que puedan supervisar mis correos electrónicos y mis llamadas. Todo en nombre de la prevención del terrorismo. Todavía hay graves preguntas sin respuesta en torno al 11-S, los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres y el 11-M en Madrid. Siempre se habla de un personaje misterioso con una bomba, que luego desaparece. Y por ese tío que probablemente nunca existió nos someten a todos a rayos X cada vez que nos subimos a un avión. ¿Cuánto va a ganar el tipo que fabrica esos escáneres? Personalmente, creo que todo eso es una mierda. Al Qaeda no existe: es un término acuñado por los servicios de inteligencia occidentales. La mayoría de las personas involucradas en esa organización, incluyendo a los presuntos autores del 11-S, han estado relacionados con la CIA en el pasado. Esto se podría investigar. La mayoría de ellos fueron entrenados y armados por Estados Unidos en los ochenta. Otro hecho que podría ser objeto de investigación. Y no hay que olvidar que la CIA se ha entrometido en Oriente Medio durante décadas. La historia de la revolución iraní implica a la CIA. Sadam fue auspiciado en el poder por Estados Unidos y Occidente. Nos olvidamos de estos hechos. Sin embargo, la gente se está volviendo cada vez más escéptica. La gente se está asomando al abismo. Nos asustan lavándonos el coco con la idea de que les necesitamos, y así vivimos felices, con nuestras vidas controladas por sus tentáculos. Además, anulan nuestro derecho democrático a la protesta. La legislación antiterrorista aprobada en todos estos países sirve como excusa contra todo tipo de protestas legítimas y pacíficas. Es solo cuestión de tiempo. El ciudadano está muy jodido por las corporaciones e instituciones financieras que realmente gobiernan nuestras vidas.

PRÓXIMOS CONCIERTOS DE MATT ELLIOTT:

04-VI Pontevedra. Bar Labranza.
06-VI Zaragoza. La Lata de Bombillas.
07-VI Gijón. Casino. + Elle Belga
08-VI Madrid. Clamores. + Elle Belga
09-VI Vic. Jazz Cava. + Elle Belga
10-VI Barcelona. La 2. + Elle Belga
12-VI Manresa. El Vermell.
14-VI Granada. Planta Baja.

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