Main offender, de Keith Richards

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DISCOS

«Los músicos disfrutan, tienen una pureza que les conduce al duende, no a la perfección»

 

Keith Richards
Main offender (1992 – Reedición)
BMG, 2022

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Reedición del segundo disco solista de Keith Richards, publicado en 1992, es decir hace treinta años ya. El contexto es importante. Cuando sacó Talk is cheap (1988), su debut en solitario, los Stones llevaban mucho tiempo sin girar, cubriendo el expediente con discos discretos que nunca tenían gira de presentación y que Mick Jagger había intercalado con dos trabajos en solitario bastante más interesantes que los del grupo. Pero con Talk is cheap, Keith le pulverizó. No solo era mejor que los álbumes de los Stones en barbecho, sino que era mucho más excitante y real que cualquiera de los del Jagger solista. Tenía las canciones, los músicos (a los que bautizó los X-Pensive Winos) y también disfrutó de una gira que llevó de vuelta a Keith ante su público.

Cuando llega Main offender todo ha cambiado. Los Stones habían editado el notable Steel wheels (1989), vuelto a los escenarios con una lucrativa gira de retorno y, tras esta, tanto el cantante como el guitarrista deciden darse el gusto de editar nuevos trabajos solistas antes de regresar de nuevo con una banda que, definitivamente, volvía a ser su prioridad. Aquí las tornas cambiaron y el pulso lo ganó Jagger, que con Wandering spirit parió un álbum irreprochable producido por Rick Rubin. Keith, sin embargo, optó por este Main offender que parte exactamente de las mismas bases que Talk is cheap, pero que se ejecuta con una intención más descuidada. Y a lo mejor ese defecto es en realidad también una virtud, un no hay mal que por bien no venga. Porque es conocedor de la dinámica especial que se da cuando los Winos tocan y decide plasmarla directamente en el álbum, aunque ello conlleve que las forjas no aprieten y que los nudos no se cierren del todo.

Esas son las premisas con las que encarar un disco en el que se nota que los músicos disfrutan, aunque no estén atentos al detalle porque tienen una pureza que les conduce al duende, no a la perfección. De nuevo ahí, están bárbaros de la talla de Charley Drayton, Ivan Neville, Waddy Wachtel y, por supuesto, Steve Jordan, alter ego de Keith en sus aventuras en solitario; todos trabajando para generar magia y capturarla. Si Talk is cheap se explicaba solo, Main offender también lo hace; hablamos de rock and roll, pero es interesante tener en cuenta estas consideraciones para disfrutarlo, entenderlo bien y darse cuenta de que quizá el pulso con Jagger estuvo más igualado de lo que en principio pareció.

Aquí tenemos la inicial “999”, en la que Angus y Malcolm Young seguro habrían estado encantados de hacer coros; la diabólica “Wicked as it seems”, la romántica “Elileen” (con Keith triturando su corazón de bucanero) y la hermosísima “Hate it when you leave”, una de las más bellas composiciones de Keith. Buen material con el que se volvió a lanzar a la carretera para disfrute de sus acólitos.

Anterior crítica de discos: Earthling, de Eddie Vedder.

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