“Love club”, de Joel Sarakula

Autor:

DISCOS

“Canciones sin aire nostálgico, de sonido contemporáneo y con personalidad, pasión, maestría”

 

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Joel Sarakula
“Love club”
LÉGÈRE RDS

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Australiano, aunque residente en Londres, Joel Sarakula se ha hecho un nombre entre los artistas de inspiración retro, y en este tercer elepé se afianza. El título no puede ser más significativo. En entrevistas señala que el disco le produjo la sensación de compartir su trabajo sobre el amor con los músicos en los diversos estudios donde está grabado —Berlín y Londres— formando así un club, pero también se puede entender como la banda sonora de una boîte de los setenta, recogida y oscura, propicia para los arrumacos y con la excitación lenta del soul más sentimental.

No es otra cosa, pura efusión setentera. Ya desde la apertura, ‘Understanding’ se revela como un baladón de terciopelo, sin el vozarrón de Barry White pero con sus arreglos y fondos y con toda la elegancia de Marvin Gaye. Todo coloreado y medido para que sea cálido y sensual, no en vano está grabado con equipos analógicos de la época. Una dulzura que aparece también en ‘Baltic jam’, de exquisita sensualidad, o en los toques jazzy y swing de los vientos que completan ‘We used to connect’. Porque los arreglos son los protagonistas escondidos en muchos casos, cuidados al segundo, pero sin que ocupen primer plano. Casi al final, el décimo corte —penúltimo— vuelve a ser una de esas canciones sentimentales de metrónomo y caramelo.

Otra dirección del disco es la proto música disco, esas producciones que entre el sonido de Philadelphia y “Fiebre del sábado noche” aliaron un ritmo bailable con capas orquestales aromáticas. ‘Dead heat’ es aún discosoft versión norther soul, pero ‘Coldharbour man’ es fuego llenapistas, con una guitarra que juega con los wah wah y un ritmo funky que un poco más acelerado podría ser perfectamente una canción de Chic, en ‘Parisian woman’, sin embargo, el falsete roza la manera de hacer de Tavares.

Así y todo, si alguna canción se destaca del resto —usando, eso sí, los mismos parámetros— es ‘Theme from the love club’. La ambientación perfecta para una noche en penumbra, una pequeña sinfonía plástica —se ve cine a través de ella— con pequeños crescendos, valles, precisión sensual en los arreglos. En esencia, se trata de un perfecto ejercicio de estilo, no un remedo, canciones sin aire nostálgico, de sonido contemporáneo y con personalidad, pasión, maestría.

Anterior crítica de discos: “Poptone”, de Poptone.

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