“Lou Reed era español”, de Manuel Vilas

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LIBROS

 “La literatura rock, la creativa, también es posible ambientada en España, insospechadamente en la España más profunda, la que también existe y tiene sueños de rock and roll”

 

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Manuel Vilas
“Lou Reed era español”
MALPASO

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

Muy probablemente, los referentes culturales que nos marcaron en la adolescencia continuarán impresos en nuestro ADN pase lo que pase. Podemos (y así sucede) evolucionar en lo ideológico y ético, y, obviamente, ir ampliando experiencias, conocimientos, cultura, e ir acumulando nuevos referentes literarios, cinematográficos, plásticos o musicales. Sin embargo, aquellos que nos sedujeron irremediablemente de jóvenes, casi con toda probabilidad, evolucionemos por donde lo hagamos, seguirán siendo especiales para nosotros, porque formaron parte esencial de nuestra construcción como personas, modelaron nuestro gusto primero y encaminaron nuestros pasos vitales. Aunque el camino de la existencia nos haya hecho deambular por lugares inesperados, allí quedarán, como parte indeleble de la materia de la que estamos hechos.

Algo así le sucedió a un niño de Barbastro, Huesca, cuando a sus 12 años, en 1975, se obsesionó con Lou Reed, sobre el que leía en las revistas musicales del momento. Cuarenta y un años después, aquel adolescente es hoy Manuel Vilas, considerado como uno de los más singulares escritores (poeta, narrador y crítico) del momento. Su pasión por Reed la ha volcado en este “Lou Reed era español” que une retazos de su propia biografía con ficción alrededor del rockero neoyorquino, hasta alcanzar un punto en el desarrollo narrativo en el que no sabes dónde acaba una y comienza la otra. Pues realidad y fábula acaban por enredarse para construir una obra literaria tremendamente original, en la que somos testigos de los pasos del adolescente que persigue los discos de Lou Reed mientras fantasea con él, embebiéndose de sus canciones, asistiendo por vez primera a un concierto suyo (rematada la noche con un también inaugural polvo), creciendo hasta convertirse en el adulto siempre fiel a las citas hispanas de Reed. Un adulto que continúa manteniendo su pulsión de seguidor y sigue queriendo saber más (¿en qué hotel se alojará esta noche?) y haciéndose las preguntas más peregrinas (¿utilizará Lou slips o calzoncillos?), embebido perennemente de su obra.

Al tiempo contemplamos a Reed en sus frecuentes visitas al país a lo largo de casi cuarenta años, desde aquel primer concierto barcelonés de 1975 hasta la última vez, entre guardias civiles, hoteles, noches de concierto y protagonizando diálogos que van de lo verosímil a lo descacharrante. Porque en “Lou Reed era español” hay mucho humor ya desde sus primeras páginas (impagables esas reflexiones infantiles alrededor de Franco, “el hombre de blanco”, censurando al “hombre de negro” su ‘Heroin’, y deduciendo que si la prohíbe, el hombre de blanco hablará inglés y ha entendido la letra), alcanzando un momento en el que el libro casi se torna delirante, un maravilloso sainete que te atrapa en su prosa directa, sin contemplaciones, con ingenio y desplegando un irrespetuoso respeto hacia La Voz (que no es Sinatra, no la liemos; para Vilas es Reed, por supuesto).

Al final, nos queda la idea de que hemos asistido a un viaje, el de dos vidas cruzadas que nunca se han encontrado, y esa sensación de que la literatura rock, la creativa, también es posible ambientada en España, insospechadamente en la España más profunda, la que también existe y tiene sueños de rock and roll.

 

 

Anterior crítica de libros: “Partir”, de Lucía Baskaran.

 

 

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