Lo Que Hay Que Tener: Elvis Costello and The Imposters

Autor:

«Es uno de esos discos que ganan con los años, de los que no aspiran más que a divertir, de los que parecen haber sido preparados pensando en la inmediatez del pop de otros tiempos»

Elvis Costello and The Imposters
“Momofuku”
LOST HIGHWAY, 2008


Texto: LUIS LAPUENTE.


En tiempos de guerra contra la belleza, conviene aprovisionarse de productos no perecederos, alimentos energéticos e instantáneos, como esa sopa de tallarines empaquetada que inventó el taiwanés Momofuku Ando, por lo que se ve, una de las delicias gastronómicas favoritas de Elvis Costello (imprescindible en cualquier despensa). Acostumbrados a sus guiños y requiebros, los viejos seguidores de Costello recibieron con cierta melaconlía, por no decir desgana, la primera edición de esta indómita colección de piezas de resistencia, tan fascinante y fugaz como lo fue siempre el pop, destilado a la manera artesanal que alumbró vinilos luminosos como «Get happy!!!» (1980), «Imperial bedroom» (1982) o «Spike» (1989), tres de las cimas creativas de nuestro querido gafapasta. Porque hay que aclarar que hablamos de vinilo, el formato natural del género que nos ocupa, el único (download aparte, claro) inicialmente previsto por su autor para la edición de «Momofuku», luego también disponible en CD por servidumbres del mercado. Vinilo, pues, con sus dos caras y sus doce temas de rigor. Vinilo preñado de guitarras orgánicas, teclados sinuosos (bendito Steve Nieve) y textos que alternan el vitriolo con la ternura. Vinilo que huye de conceptos y estilos ajenos, un rompe y rasga inesperado en la trayectoria de este camaleón exquisito que andaba picoteando en el jazz, la música clásica y el pop camerístico, un puñetazo directo y contundente, sin concesiones a la galería.

Ya escucho las protestas: “¿’Momofuku’?, pero si es un disco menor en la trayectoria de Costello y blablablá”. Vale, pero también es uno de los que ganan con los años, de los que no aspiran a más que a divertir, de los que parecen haber sido preparados pensando en la inmediatez del pop de otros tiempos, de esos que uno recuerda cuando asiste, atónito, a uno de sus conciertos de los últimos meses, con esa banda rescatada de las catacumbas de la hillbilly music, cuánto placer. Hay que escuchar, pues, «Momofuku», como se escuchaban los discos cuando se amaba la música desde las entrañas, con la emoción de descubrir canciones tan hermosas como ‘Mr. Feathers’ (donde aparece el espíritu de Ray Davies), ‘Harry Worth’ (donde asoma el Paul McCartney de ‘Sgt. Pepper’s’), ‘My three sons’ (donde sonríe el John Lennon de ‘Beautiful boy’) o ‘Go away’ (puro Costello, pura energía instantánea). ¡Qué rica, qué chula la sopa de tallarines!

Anterior entrega de Lo Que Hay Que Tener: Mungo Jerry.

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