Live and dangerous super deluxe edition, de Thin Lizzy

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DISCOS

«El disco que mejor representa la potencia de Thin Lizzy y uno de los más leales embajadores de la herencia que nos dejaron los setenta»

 

Thin Lizzy
Live and dangerous super deluxe edition
UMC/MERCURY, 2022

 

Texto: SARA MORALES.

 

El impacto con el que cayó en el mercado Live and dangerous, en 1978, resucita con nervio intacto cuarenta y cinco años después; y no es para menos. Aquel fue el primer álbum en vivo de la banda de Phil Lynott, con aquellos temas descarnados con los que habían travestido el rock de la época a partir de sus ocho primeros álbumes, pero paseándose por los escenarios de Londres, Toronto y Filadelfia al calor de la batalla.
Siete conciertos que tuvieron lugar entre noviembre de 1976 y marzo de 1978, reunidos en un álbum doble que, ya en su momento, logró la segunda posición en las listas británicas y fue elegido como el mejor disco de directo de la historia por algunas revistas especializadas. Un momento sonoro del siglo veinte, perteneciente a un tiempo ciertamente convulso en la banda por la marcha del segundo guitarrista, Brian Robertson, poco después de este lanzamiento, que regresa como un boomerang a este 2023 de la mano de una edición de lujo compuesta por ocho cedés, notas, entrevistas, fotos y demás recuerdos.

Ahora, todas aquellas grabaciones originales han sido mezcladas por Ben Findlay y masterizadas por Andy Pearce; eso sí, bajo la constante supervisión de Scott Gorham, el legendario guitarrista de Lizzy. Un sonido fiel, o por lo menos más fiel al vigor sudado sobre las tablas que el Live and dangerous original, puesto que en su día recibió algunas críticas por el excesivo tratamiento de las sesiones en producción.

Aquí, en esta caja, ya no hay dudas. Se derrocha la fuerza térmica del show en vivo en canciones como “Jailbreak”, ejerciendo siempre de apertura, “Masacre”, “Warriors”, “Sha la la” o “The boys are back in town”.

 

 

Ay, “The boys are back in town”…, con esa extraordinaria fusión de las cuerdas de Gorham y Robertson, con esa voz y esa interpretación de Lynott… Mayúscula composición que, desde que vio la luz en su álbum de 1976, Jailbreak, se convirtió en un himno para Irlanda. Y más allá también.

Ha pasado casi medio siglo desde que este álbum aterrizó en el mundo. Y eso que, en primera instancia, Live and dangerous nació con la idea de ser un disco de estudio más, pero por las prisas, los tiempos y la apretada agenda del productor Tony Visconti, se transformó en un álbum de directo, casi a todo correr. El que mejor representa la potencia de Thin Lizzy en todo su esplendor, sin duda; y uno de los más leales embajadores de la herencia que nos dejaron los setenta.

Anterior crítica de discos: Teatro lúcido, de La Femme.

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