Like the first time, de The Bablers

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DISCOS

«Canciones que surgen hermosas, plenas de belleza y de energía, sin que tenga nada que ver aquello en lo que se inspiran»

 

The Bablers
Like the first time
BIG STIR, 2025

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

The Bablers son un grupo especial por varias razones. Primero, porque vienen de Finlandia, aunque, claro, debe de haber miles de grupos en Finlandia, pero es una sorpresa que lleguen a nuestro país. En segundo lugar, por su trayectoria. En 1980 publicaron un disco, desaparecieron durante cuarenta años, regresaron en 2021 con nuevas canciones en su álbum Psychadilly circus y completan su discografía con este Like the first time. Aún hay más rarezas. Este nuevo álbum no es un álbum nuevo. Se lanzaron unos pocos ejemplares en su país natal y algunos más en Japón en 1998, evidentemente hoy agotados. Ahora, gracias a Big Stir Records se ha remasterizado y ha tenido una distribución más global.

The Bablers, pues, lleva desde finales de los años setenta en activo. Era su adolescencia, bullían de ganas de que las guitarras tradujesen su ilusión. Callaron. En los noventa volvieron con el disco que presentamos y en 2022 aparece lo que realmente es su último álbum, ya antes citado. En todo caso, Like the first time es su mejor disco por una razón muy sencilla: tiene las mejores canciones.

Canciones como la que abre el disco, “You are the one for me”, con quince segundos de introducción de armonías preciosas en la guitarra, que después acelera a piñón mientras la voz va engarzando melodías, que realmente son lo importante. Es el diamante con el que debería empezar cualquier disco. A partir de aquí, las canciones se deslizan por dos vías paralelas.

La primera es la de la energía. La hay en “One of those dreams”, con un marcado aire Beatle y una instrumentación rabiosa. O en “Holding me tight tonight”, hecha con escuadra y cartabón, y sin un solo borrón, cada segundo está medido para que la placidez del oyente sea máxima. O en la saltarina y alegre “That little something”, al igual que el inicio directo de “Here I come”, pegajosa, con un aire al Elvis Costello de la primera época por el registro de voz y los punteos juguetones. Siguen este rumbo con las guitarras esplendorosas y la electricidad a destajo de “Could it be you”, para una letra que va al encuentro del amor verdadero.

Hay otro sector que es el de las baladas. Ahí encontramos a “Together forever”, con una progresión perfecta y la emoción a flor de piel, como no ocurría hacía muchos años, o “Sometimes”, que repasa una y otra vez las cuerdas para envolver la voz en caricias. También en “In this world”, en la que el piano se alía con las guitarras para crear un sonido bamboleante y reposado, como el buen licor, que serena al ánimo.

Hay, asimismo, perlas sueltas. Empecemos por “Like the first time”, algo más oscura, cercana al “Across the universe”, de The Beatles, para después extenderse como una joya de perfecta factura, y por “Where the wind blows free”, cuya estructura está marcada por la suave caricia de un violín, acompañado por una guitarra de fondo.

Más vitaminadas son “Our love will grow complete” y “Thinking of you”. La primera, un medio tiempo lleno del espíritu de Graham Parker o Dave Edmunds, con un riff constante, inmediato, que la sostiene en segundo plano, un cimiento firme y hermoso con algo de brisa celta al final. La segunda un rock and roll de piano loco y de aire más umbrío que el resto de temas del disco. La voz se acerca al calor de Lennon y con los dibujos de la guitarra construyen su canción más sesentera.

Esto no quiere decir que sea un disco retro, es un disco actual que ni utiliza estéticas ni sonidos antiguos. Es, incluso, más simple: The Babblers compone e interpreta las canciones que le gustan. Un disco retro se apoya en el pasado. No es el caso, aquí el grupo se apoya en canciones que surgen hermosas, plenas de belleza y de energía, sin que tenga nada que ver aquello en lo que se inspiran.

Anterior crítica de disco: The book of lies, de White Magic for Lovers.

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