Libros: «Menta y agua. Historias de La Buena Vida»

Autor:

«Se abre a que fans activos, personas que han estado de alguna manera cerca del grupo cuenten sus impresiones, lo que ha significado para ellos»

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Varios
«Menta y agua. Historias de La Buena Vida»
LIBROS DE KIRLIAN

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

La impresión que asalta a quien llegue a este volumen de historias de La Buena Vida es la de modestia. Modesto es su tamaño, modestos los colaboradores, entre los que únicamente conocerán ustedes a Miqui Puig, y modestos los propósitos. Sin embargo, la edición hace de la necesidad virtud y la cuenta de resultados arroja unos beneficios impensables. En principio, la disposición estética corre a cargo de Javier Castro que consigue dar amplitud y oxígeno al escueto tamaño; tras ello, las reseñas ofrecen una visión del grupo que sería imposible en una obra más académica, y por último, las intenciones llegan a alcanzar el máximo grado de luminosidad.

No encontrarán aquí ni discografía, ni recorrido biográfico, ni entrevistas, ni análisis sesudos; simplemente se abre la obra a que fans activos, personas que han estado de alguna manera cerca del grupo cuenten sus impresiones, lo que ha significado para ellos. Y así consigue desvelarse lo que en un manual de carácter más ortodoxo siempre resulta imposible de alcanzar: el auténtico tejido emocional del grupo. En este caso son especialmente reveladores los primeros textos, que describen el impulso del grupo entre sus seguidores más tempranos: Luis Imperiale desvela como creó un fanzine inspirado en ellos, Alejandro Sánchez sus primeros conciertos en Siroco, y Jorge Royo y Jesús Sáez nos cuentan cada uno por su parte cómo gestionaron la primera página web. Y siendo esto revelador, aumenta su valor porque de paso da idea de cómo eran esos noventa de estreno en Madrid –efervescentes y poco estudiados–, de cómo fueron los coletazos de los fanzines en papel y de cómo los primeros seguidores utilizaron la nueva plataforma de internet para conectar entre ellos. La presencia del foro del grupo está estudiada con parsimonia y se rescatan mensajes de lo que parecía una salita de estar. Aparte de ello, se acompañan las páginas con dibujos y fotografías, prácticamente todas inéditas. Y que pronto lo volverán a ser puesto que la tirada es únicamente de 150 ejemplares.

A partir de aquí, lo que destaca es la irregularidad: varios enfoques, varias calidades. Vivencias de gentes anónimas que resultan, por ello, especialmente cercanas, que hablan sin tener nada que demostrar y que si no poseen oficio sí poseen la otra verdad, la de la emoción. Y en ella aparece como protagonista esencial Pedro San Martín, de él nace la ligazón, el cemento que cohesionaba la relación con los fans. Siempre activo, siempre atento, siempre ilusionado por cualquier mensaje. Retrato perfecto de alguien que bebe la vida para volcarla en canciones. Uno no se lo espera, te asalta al final una imagen íntima, doméstica, una recreación de Rosa Martí de lo que fue su vida con él en pareja, momentos en que uno ha de cerrar los ojos para preservar la burbuja de felicidad que los envolvía. Los textos anteriores resultan gratificantes todos, este es simplemente estremecedor.

Anterior crítica de libros: “Debo ser muy buena presa”, de Eduardo Izquierdo.

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