Libros: «Las leyes de la frontera», de Javier Cercas

Autor:

«Soberbia adaptación de la vida en los extrarradios en 1978, magníficamente tratadas las relaciones juveniles y la música»

Javier Cercas
«Las leyes de la frontera»
MONDADORI

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.
 

 

Javier Cercas se ha especializado en sus novelas en tratar hechos de la realidad reciente y transformarlos en texturas narrativas. Así las personas se convierten en personajes y las noticias periodísticas en ambientaciones. Y a partir de aquí añade causalidades, consecuencias y sobre todo –de cosecha propia– reflexiones. Así sucedió con la guerra civil y con el 23-F, y así sucede ahora con la breve etapa de delincuencia juvenil que asaltó a las grandes ciudades en las postrimerías de los setenta; en este caso su ciudad, Gerona, pero estas circunstancias pueden ser asumidas por cualquier otra capital de provincia. De hecho, es la figura de Juan José Moreno Cuenca, el Vaquilla, la que está tras el personaje del Zarco, protagonista de la novela sin llegar a ser más que un personaje aludido; eso sí, constantemente aludido.

De hecho, si hay un subgénero de cine quinqui, ‘Las leyes de la frontera’ inaugura la novela quinqui. Y cómo una narración bebe de tópicos, aparece aquí el suburbio –con la frontera del título– como rabioso espacio de identidad y, por tanto de justificación. Y a partir de éste, motines en la modelo, un Zarco tumbado en el asfalto rodeado de policías, el magreo del chico y la chica mientras el resto asalta un chalet o persecuciones automovilísticas. Y a la vez aprovecha Cercas, tras la acción, para dar un repaso a nuestra sociedad actual, ya que la historia del Zarco se relata hasta el final y por ello pueden aparecer estrellas mediáticas o políticos ineptos.

Pero la novela es, evidentemente, algo más que eso. En principio, una soberbia adaptación de la vida en los extrarradios en 1978, magníficamente tratadas las relaciones juveniles y la música y, como está construida a base de tres largas entrevistas, afín al lenguaje de la calle sin resultar forzada. Y en final, una novela de iniciación en la que uno de los entrevistados señala que “conocer al Zarco me convirtió en un adulto” a la par que una tragedia griega en el sentido de que el Zarco se transforma en un mito, es decir, en alguien creado por los demás.

Es maestro Cercas, también, en la creación de pequeñas escenas, en cautivar con el breve apunte de un episodio, excepcional, por ejemplo es la descripción del paso del tiempo sobre Tere la primera vez que se reencuentra con el también miembro de la banda del Zarco, ahora convertido en abogado. Quizás porque Tere es un personaje cautivador de por sí, desde luego el más fascinante de la novela y me atrevería a decir que de la literatura española en los últimos años; luminoso y en sombras, fuerte y herido, increíblemente misterioso, seguramente el más desvalido en una novela de por sí desvalida. Una novela triste, de sueños marchitos, pero al fin y al cabo de sueños.

Anterior entrega de Libros: “La oposición musical al franquismo”, de Roberto Torres Blanco.

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