Libros: «La historia del rock and roll en diez canciones», de Greil Marcus

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«Entre los eruditos del rock, ocupa un importante lugar Greil Marcus, una de las más lúcidas mentes sobre el fenómeno»

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Greil Marcus
«La historia del rock and roll en diez canciones»
CONTRA

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Entre los eruditos del rock, ocupa un importante lugar Greil Marcus, una de las más lúcidas mentes sobre el fenómeno junto a Lester Bangs o Dave March, todos procedentes de la mejor época de “Rolling Stone”. Marcus, constante en su defensa del carácter de cultura popular de la música y clarividente para ponerla en conexión con otras manifestaciones humanas y sociales, nos entrega aquí el análisis de diez canciones a partir de las cuales se teje un laberíntico entramado que abarca la historia de casi cien años de pulsión del pop en sus diferentes apodos, de Robert Johnson a Beyoncé, casi nada.

Su primer libro, “Mistery train”, fue un revulsivo a la historia oficial al encauzar la evolución de rock en artistas que se habían considerado hasta entonces espléndidos acompañantes, no principales impulsores; y aquí también recorre los vericuetos pasando por insospechados caminos, por canciones que han quedado relegadas, por otras sancionadas por el canon y por fenómenos de masas. Otra historia de la música en la que conviven The Brains, Joy División y Amy Winehouse en los vericuetos escondidos del rock and roll, aquella que dice que el presente no existe y que, por tanto, hemos de buscar que todo parezca nuevo, un enfrentarse al abismo.

También es cierto que trabaja con parámetros subjetivos como valor; cualquier aficionado tiene ya construida su historia, su festival, su traspaso de espíritus entre bandas, sus líneas de conexión. Estas son las de Marcus. Así se dedica a obnubilarse con los trucos de Maurice Williams al cantar ‘Stay’ o cómo el ‘Shake Some Action’ parece demostrar que el rock and roll puede reinventarse en cualquier momento y cualquier lugar.

El estilo sensiblemente lírico pero directo, claro pero ensoñador, relata cómo Leonard Chess saca lo más rastrero de la voz de Etta James, pasa de la naturalidad de Buddy Holly –más auténtica que los gritos de celo de otros– a Dylan o el Tin Pan Alley, recorre las canciones que tratan sobre el dinero y los mecanismos del punk. Bien, se centra en diez canciones pero devela cientos de misterios, de Doc Pomus a Lou Reed.

Cabe decir también que es un libro que requiere otra dimensión, que se ha de leer con una pantalla al lado y con una conexión con la que acceder a cada una de las canciones. Marcus analiza con escalpelo, acude a cada nota, da noticia de los silencios, define esencias. Es imposible aprovechar el texto sin pulsar un play. Es más, en alguna ocasión analiza actuaciones televisivas –todas disponibles– y es imposible leer sobre una puesta en escena de Joy Division o de Phil Spector cantando ‘To know him is to love him’ sin sentir el imperioso deseo de comprobar si ese leve movimiento o esa mirada en espera de la que habla dan sentido a toda la canción. Quizás estemos asistiendo a otra generación de libros sobre rock en la que estos no tienen sentido para desvelar sino para acompañar en el recorrido, para ver juntos las mismas imágenes, escuchar los mismos sonidos y hablar sobre ellos.

Anterior crítica de discos: “Hablamos de nosotros”, de Oviformia Sci.

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