Libros: «Debo ser muy buena presa», de Eduardo Izquierdo

Autor:

«Se comprende la elección del protagonista por ciertas similitudes con el mismísimo Johnny Cash»

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Eduardo Izquierdo
«Debo ser muy buena presa»
EDICIONES LUPERCALIA

 

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

 

Sí, Eduardo Izquierdo es uno de los colaboradores habituales de EFE EME, así que lógica y ética recomiendan que servidor no escriba crítica alguna de su primera novela. Pero lo bien cierto es que, más allá del colegueo, «Debo ser muy buena presa cuando tengo tantas pistolas apuntándome» (ese es el largo título completo) merece la pena ser leída y, por supuesto, recomendada.

Reconozco que me llevé tremenda sorpresa al adentrarme en el libro y comprobar que el argumento principal giraba alrededor del cantaor flamenco El Cabrero. Sobre todo porque uno hace a Eduardo tan próximo al flamenco como, pongamos por caso, al trip hop o al trash metal. Porque lo suyo, en lo musical, tiene más que ver con los sonidos de raigambre estadounidense, el country, el blues, el rock guitarrero… También, por supuesto, con el rock español. Pero nada que ver con el flamenco. Sin embargo, una vez acomodado entre sus páginas (las de la novela), se comprende la elección por ciertas similitudes (en las que nunca hubiera reparado) entre El Cabrero y el mismísimo Johnny Cash. Pero tal cual. Y no es broma.

El personaje que sirve para tirar del hilo argumental es un periodista de «Rolling Stone» (la original, la de Estados Unidos, no la franquicia hispana) que quiere «venderle» a sus jefes el relato de ese cantaor profundamente de izquierdas y libertario crecido entre cabras, curtido al sol de Andalucía y de personalidad férrea e inquebrantable. Desde ahí, mezclando ficción y realidad, Eduardo levanta con soltura un relato en el que se cruzan las dos historias, la del periodista y la del propio cantaor, resultando de ello una novela breve puesta en pie con excelente pulso que atrapa de tal modo que hasta te entran ganas de escuchar la música del Cabrero, aunque tal cosa jamás se te hubiera pasado por la cabeza.

Eduardo Izquierdo, en suma, sale más que bien librado de su estreno como novelista, logrando lo más importante: dejar tan buenas sensaciones que estaremos atentos a sus próximos pasos literarios.

Anterior crítica de libros: “Una historia violenta”, de Antonio Soler.

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