Libros: «Cuentos negros» y «Cuentos blancos», de Manuel Vázquez Montalbán

Autor:

«Los ‘Cuentos blancos’ son básicos para cualquier amante de la buena literatura, pues en ellos Montalbán se muestra como el narrador excelso que en ocasiones Carvalho no le dejó ser»

«Cuentos negros»
«Cuentos blancos»
Manuel Vázquez Montalbán
GALAXIA GUTENBERG


Texto: JUAN PUCHADES.


Estos dos volúmenes recopilan relatos cortos publicados por Manuel Vázquez Montalbán (1936 – 2003) en diferentes cabeceras periódicas o antologías a lo largo de los años, contribuyendo de este modo a completar fragmentos de ese puzzle inmenso que es la obra del escritor barcelonés, quien se prodigó, con espíritu estajanovista, en el periodismo, el ensayo, la poesía y la narrativa.

«Cuentos negros» agrupa diversos textos en los que el detective Pepe Carvalho es el protagonista, directo o tangencial, con la novela corta (alrededor de 140 páginas) de 1997 ‘La muchacha que pudo ser Emmanuelle’ como eje central. En ella, el investigador se adentra en el pasado argentino, el de los desaparecidos y exiliados, aunque con Barcelona como decorado principal. Una pieza que anticipa «Quinteto de Buenos Aires», la novela porteña de Carvalho, y que no debería ser considerada menor por su tamaño, pues participa de todas las claves de la saga (con esa constante melancolía sociopolítica y las habituales referencias gastronómicas), mantiene una buena trama y, aunque la leamos después que aquella, prepara a Carvalho ante lo que será su desembarco en Buenos Aires. El resto del libro lo conforman otros cinco relatos breves protagonizados por Carvalho (‘La diosa desnuda’ es el más redondo) y un par de textos que apuntan ideas y conceptos de Montalbán sobre su exitoso detective. Desde luego, son los primeros los más atractivos, aunque los otros dos nos acercan al pensamiento de su autor sobre un par de los fundamentos de su criatura más representativa: la ciudad (Barcelona) y el papel del asesino en la narración negra.

Pero aún siendo los «Cuentos negros» una lectura esencial para seguidores del escritor (especialmente para los aficionados a Carvalho), los «Cuentos blancos» son básicos para cualquier amante de la buena literatura, pues en ellos Montalbán se muestra como el narrador excelso que en ocasiones Carvalho no le dejó ser (no olvidemos que solo «El pianista» supera a toda la producción carvalhiana, en conjunto irregular y, en ocasiones, demasiado atenazada por sus propios códigos internos), un escritor de vocación popular, armado de lenguaje diáfano (sin ínfulas de la aterradora prosa pretenciosa tan común a tantos otros), mente lúcida y rotunda imaginación. Son narraciones breves (cuentos, por tanto) en las que Montalbán incide en sus constantes habituales –voluntad social, historicista e ideológica– y en las que despliega recursos que van de lo erótico (los singulares contactos de ‘Historia de amor de la dama de ámbar’) a la paradoja de la lucha de clases (brillante ‘La polaca’), pasando por lo grotesco de las relaciones humanas en pareja cuando el tiempo lo ha erosionado todo (‘Los privilegios de la edad’ y su ingenioso intercambio de faxes), la caída del paisanaje urbano barcelonés en pos del nuevo dinero (‘Bolero o sobre la recuperación de los barrios históricos en las ciudades con vocación posmoderna’) o los tópicos lugareños (‘…y en invierno viajar hacia el sur’)… Montalbán, apasionado de la narración, nunca daba puntada sin hilo y no solo lograba armar fábulas inteligentes, sino que tras ellas hay certeras miradas sobre la realidad, sutiles apuntes morales, lecciones de comportamientos humanos tras la ruina ideológica. Son dieciocho años de escritura lo que agrupa este volumen –comenzando con ‘Bestiaro’, cuando todavía arrastraba el peso de sus primeros «escritos subnormales». Relato que quizá resulte poco comprensible para los lectores más jóvenes dados sus protagonistas: presidentes de clubes de fútbol en 1982 y políticos del momento–, permitiéndonos contemplar su evolución literaria, siempre apegada a la realidad, con el periodista alentando al fabulador. Una obra sensacional que invita, tras su lectura, a repasar el índice para recuperar mentalmente algunas de las historias leídas.

Anterior entrega de libros: “Vaclav y Lena”, de Haley Tanner.

SIGUE EFE EME EN FACEBOOK.

Artículos relacionados