Libros: «Afilado como un blues a medianoche», de Javier Márquez Sánchez

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«Lo que propone es enredarnos con la trama, deleitarnos con las mejores formas narrativas del género, mientras atravesamos la Historia en compañía de personajes reales y de ficción con los que hilar un relato sólido y entretenido a más no poder»

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Javier Márquez Sánchez
«Afilado como un blues a medianoche»
SALTO DE PÁGINA

 

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

 

Hace un par de años finalizábamos la reseña de «Letal como un solo de Charlie Parker», clamando por un una nueva aventura de Eddie Bennett, su protagonista. Nuestro deseo se ha hecho realidad con «Afilado como un blues a medianoche», la nueva novela del compañero (también amigo) de EFE EME y ya consumado narrador Javier Márquez Sánchez, en la que nuestro «solucionador de problemas» favorito se las verá con un supremacista de métodos expeditivos, los Kennedy, el capo mafioso San Giancana, su amigo Frank Sinatra y un Sammy Davis Jr. que a punto está de perder la vida si no es la por intervención de Bennet.

El arranque es sencillamente prodigioso y da buena medida de lo que nos deparará la lectura: agosto de 1962, Bennett ha abandonado Las Vegas para pasar unos días de vacaciones en Santa Mónica, en la madrugada recibe una llamada del actor Peter Lawford, cuñado del presidente Kennedy, para que acuda a casa de Marilyn Monroe, donde la bella muñeca rota ha muerto tras haber estado en compañía de Robert Kennedy, hermano del presidente y Fiscal General de los Estados Unidos. El servicio secreto también interviene.

Desde ahí, el autor retrocede a Nevada en 1960 y comienza a mover el tiempo en los siguientes capítulos, cruzando a Robert Kennedy y los mencionados Giancana, Sinatra y Marilyn. Posteriormente, en 1963, es cuando encontramos a Sammy Davis recibiendo amenazas de muerte, a un grupo supremacista dirigido por un empresario petrolífero, a Dean Martin (secundario de lujo), de nuevo a los Kennedy y a la CIA y el FBI, como siempre, mezcladas en asuntos turbios y moviendo hilos ocultos. Incluso asistimos al «backstage» de la histórica Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, en realidad un marcha por los derechos civiles de los negros, con Martin Luther King como principal orador. Allí, como muestra de los muchos detalles fascinantes que nos depara la lectura, encontramos a Bennett ligando con Mary Travers, del grupo folk Peter, Paul and Mary.

Con esos mimbres y con confabulaciones de todo tipo y sus dosis de violencia, Bennett se ve envuelto en el asesinato del presidente Kennedy, momento en el que aparece en escena otro secundario de lujo: ni más ni menos que el señor Pepe Carvalho, cuya primera novela Manuel Vázquez Montalbán tituló, precisamente, «Yo maté a Kennedy»… Hay que reconocer que es un momento en que al lector agotado de tanta gastronomía (Montalbán fue culpable de ello) como salpica la novela negra actual, el corazón le da un vuelvo y se teme lo peor, pero no, estamos salvados: Márquez Sánchez no cae en la trampa de castigarnos con unas cuantas recetas de cocina. ¡Menos mal!

Poco a poco, los cabos se van atando (no hay que desvelar mucho más) en una novela que, como la anterior de Bennett, mantiene al lector en vilo y lo lleva en volandas hasta su conclusión. Al final, no ha habido un gran misterio que resolver, sino que lo que propone el autor es enredarnos con la trama, deleitarnos con las mejores formas narrativas del género, mientras atravesamos la Historia en compañía de personajes reales y de ficción con los que hila un relato sólido y entretenido a más no poder.

Y sí, Janet Baker, ahora bastante cambiada, también se deja ver en «Afilado como un blues a medianoche». Ya estamos esperando una nueva entrega de la saga de Bennett, El Gato.

Anterior crítica de libros: «Lennon», de David Foenkinos.

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