Las razones de Camilo Sesto

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camilo-sesto-30-09-10

«La gran mayoría de los temas que ha grabado han sido compuestos por él, y se ha encargado de producir la práctica totalidad de sus discos, además de colaborar en aspectos tan trascendentales en el devenir de su carrera como los arreglos»

 

Camilo Sesto se retira de los escenarios en Madrid el 1 y el 2 de octubre. Artista polémico y poco comprendido, arrastra una obra ampliamente reivindicable. César Campoy se pone a la labor y nos explica las razones de Camilo, sus cómos y sus porqués. Sí, Camilo Sesto.

 

Texto: CÉSAR CAMPOY.

 

Probablemente, una de las mayores equivocaciones que ha cometido en su vida Camilo Blanes fue dejarse embaucar por el tándem televisivo Arús-Cárdenas. Lo que debía convertirse en una reivindicación del artista alcoyano en su regreso noventero acabó degenerando en una gracia cruel que dañó (en muchos aspectos, y para muchas personas, irreparablemente) la imagen del cantante, compositor, arreglista y productor. Al menos en tierras españolas, ya que aquella reentré del 91 con “A voluntad del cielo” fue recibida en América como el retorno de un grande. Porque efectuando una revisión objetiva de la carrera de Camilo Sesto, cierto, esta está salpicada de flirteos y devaneos incomprensibles. Los mismos que se perdonan a otros muchos mitos de la canción, por otra parte. Licencias, como la de la reciente composición del himno del equipo de fútbol-sala de la localidad de Bujalance, a la cual, también es verdad, el artista cedió todos los derechos, una muestra más de las pruebas de desapego a lo material y ejercicios de desinteresado quehacer que han venido plagando la dilatada carrera de este valenciano, y, tal vez, una de sus facetas menos conocidas.

Coincidiendo con la celebración de los dos conciertos que tendrán lugar en el Palacio de Congresos Juan Carlos I, de Madrid, los próximos días 1 y 2 de octubre, publicitados como la despedida definitiva de los escenarios de Camilo Sesto, dos años después de que iniciara su última gira mundial, en Latinoamérica, trataremos de simplificar más de cuarenta años de carrera en unos breves apuntes que no pretenden otra cosa que mostrar el lado menos esperpéntico del personaje. Justo aquel con el que se quedan aquellos que siguen considerando al artífice de ‘Vivir así es morir de amor’ como una figura de la música pop hispana a reivindicar.

 

 

PRECOZ
–Con tan sólo 16 años funda y lidera, en su Alcoi natal, Los Dayson. Entre 1964 y 1965, el conjunto registró varias composiciones originales y, en la línea de la mayoría de las bandas de la época, versiones de clásicos italianos y franceses del pop, pero también recreaciones de temas de The Fortunes, The Rolling Stones (un ‘(I can’t get no) Satisfaction’ interpretado en inglés) y The Beatles, una de las referencias históricas de Camilo, algo que siguió reivindicando a lo largo de su carrera con infinitos guiños como el de los vientos que deambulan por ‘La culpa ha sido mía’. En 1965, precisamente, junto a sus compañeros de andanzas musicales viaja a Madrid para participar en el concurso de TVE Salto a la fama interpretando una versión del ‘Flamenco’ de Los Brincos. Poco podía imaginar el alcoyano que, unos años después, el despegue definitivo de su carrera tendría mucho que ver con el apoyo de Juan Pardo, y que compartiría amistad (más o menos tormentosa) con Junior y Arbex.

–Tras, como veremos, hacerse un hueco en una competitiva y alborotada escena musical madrileña, que vive su época dorada, y con tan solo 21 años, ya ha intervenido en dos películas: El flautista de Hamelin (dirigida por Luis María Delgado y protagonizada por Miguel Ríos) y, más provechosa, Los chicos del PREU, de Pedro Lazaga, donde da vida a un joven rebelde (todo lo rebelde que la mayoría del cine español de la época podía mostrar a la mocedad) que quiere dedicarse a la música moderna. Los duelos dialécticos con su padre, interpretado por el gran López Vázquez, no tienen desperdicio.

–Apenas cumplidos dos años de carrera oficial en solitario, decidió cruzar el charco. Conquistado Alcoi, el objetivo fue Madrid. Conquistada España, enseguida se planteó desembarcar, no sólo en Latinoamérica, sino en los Estados Unidos. No demasiados jóvenes artistas españoles de la época tenían tan claros sus objetivos.

–De hecho, y pese a su acusado acento valenciano (suavizar la influencia fonética de la primera lengua que aprendió fue uno de sus mayores retos) y su peculiar y personal manera de pronunciar, enseguida optó por incorporar el uso del inglés a su repertorio. Hizo sus primeros pinitos con Los Dayson; en 1972 ya incorporó un tema en inglés, ‘To be a man’, compuesto junto a Juan Pardo, a su segundo elepé, Solo un hombre, y, a principios de los ochenta publicó un disco íntegramente en aquella lengua.

–Con la arriesgada aventura de Jesucristo Superstar, Camilo Sesto se convirtió en uno de los pioneros que contribuyeron al desembarco del musical moderno internacional en los teatros españoles.

 

 

AMBICIOSO
–Convertidos en ídolos en Alcoi, tras “Salto a la fama”, los componentes de Los Dayson (algunos de ellos, todavía menores de edad) deciden “asaltar” de nuevo Madrid; ahora, sí, de manera definitiva. Poco tiempo después, se dan de bruces con la cruda realidad, y mientras sus compañeros de andanzas optan por regresar a casa después de su aventura frustrada, el vocalista de aquel grupo de “provincias” decide quedarse en la capital para probar suerte. Allí, con tan solo 19 años, aquel “pueblerino” que apenas había visto mundo, se busca la vida como puede, duerme entre chinches, deambula de acá para allá, pinta (sobre todo, pinta), va llamando de puerta en puerta, trata de averiguar qué teclas ha de tocar para entrar en la incipiente industria musical moderna española… Se jura que no regresará a tierras valencianas hasta que no haya triunfado. Tras ver actuar a los Beatles en la capital de España, no hay vuelta atrás.

–Siendo un completo desconocido, tras una breve estancia en Cefe y Los Gigantes, en 1965 metió cabeza en uno de los grupos grandes del Madrid de la época, Los Botines, justo cuando estos se encontraban en pleno proceso de reestructuración. Varios singles, alguna aparición en la pequeña y gran pantallas, e innumerables actuaciones, pusieron a Camilo Blanes en circulación, oficialmente.

–El cantante siempre ha tenido las cosas muy claras, y los objetivos muy definidos. Uno de ellos: no llegar arriba a cualquier precio, o no emprender un proyecto si no estaba todo bajo control. En 1973, Camilo representó a RTVE en el Festival de la OTI con ‘Algo más’. Lo hizo a regañadientes, aunque aquella impactante composición, que abría su primer LP, editado en 1972, ya como Camilo Sesto (había publicado, previamente, un sencillo bajo el nombre de Camilo Sexto), y producido por Juan Pardo, le abrió las puertas del continente americano.

–En uno de sus viajes a Londres, donde tras el bombazo inicial, ya acudía a grabar regularmente, una idea obsesiva se apoderó de él: Llevar a los teatros españoles una adaptación del Jesus Christ Superstar de Rice y Webber. En 1975 lo consiguió, empeñando buena parte del dinero que había ganado en los últimos años. La empresa, sin duda, era arriesgada. El resultado final es más que provechoso para el artista, no tan solo por la repercusión mediática del evento, sino porque algunas de aquellas voces que hablaban de Camilo como un intérprete ñoño, paradigma del género melódico, vislumbran su vena más rockera.

 

INQUIETO
–Desde los inicios, siempre supo relacionarse, y arrimarse allá donde podía haber tanto posibilidades de progresar como elementos de inspiración. Experto en relaciones públicas y constante, solo así se entiende que al poco tiempo de llegar a Madrid, y pese a pasar muchas penurias económicas, consiguiera encontrar un hueco en la industria. Se rodeó de muchos de los artistas de los que debías rodearte por entonces. Junior (a Juan & Junior los conoció cuando, con Los Botines, teloneó algunas de sus giras) estuvo a punto de convertirse en su primer padrino, pero fue Pardo, siempre con la cabeza mejor amueblada para esto del negocio musical, en quien definitivamente se apoyó. Tiempo atrás, el propio Adolfo Waitzman había pretendido, para él, una carrera en solitario. Camilo, fiel a su conjunto, desestimó la oferta.

–En aquellos primeros años, también coqueteó con vips de la cultura como Lucía Bosé, con la que estableció una peculiar relación, y la cual participó en el segundo disco de Camilo, Solo un hombre, con la inquietante letra de ‘Amor, amar’. Todos ellos habían descubierto en él, no solo sus innegables virtudes musicales, sino también el magnetismo que surgía de su timidez irreverente.

–Una timidez que supo combinar, perfectamente, con otras dos características básicas para llegar a ser alguien en este mundillo: la tenacidad y la paciencia. Mientras no cesaba de presentar composiciones propias a un Juan Pardo que seguía dándole largas, realizó, para él y para otros muchos artistas, trabajos como corista en multitud de grabaciones de la época: Miguel Ríos, Marisol, Mochi, Andrés do Barro, Peret… Muchos de ellos, hoy en día, siguen sin saberlo. Mientras llegaba su hora, además, también se convirtió en batería, guitarra, bajista, e incluso go-gó, para todo aquel compañero de profesión que requiriera sus servicios.

–Podrán gustarnos más o menos algunas de las aventuras y devaneos del de Alcoi, pero resulta innegable su espíritu curioso y la necesidad continua de experimentar con nuevos ritmos. En la transición entre el Camilo rockero y el netamente melódico, encontramos algunos ejemplos dignos de mención, aunque sea, simplemente, por desconocimiento popular. Tanto insistió nuestro protagonista a Juan Pardo, que este, al final, decidió publicarle un sencillo. Con el nombre artístico, en aquel momento, de Camilo Sexto (con X), aquel joven pasaba a formar parte, oficialmente, del numeroso elenco de artistas que grabaron para el sello Piraña de Pardo. En 1970 veía la luz un vinilo que pasó sin pena ni gloria. Compuesto, arreglado y producido por el propio Pardo, incluía los temas ‘Llegará el verano’ y ‘Sin dirección’. No resulta forzado afirmar que en él se vislumbran ciertos elementos rítmicos soul, como tampoco lo resulta si nos fijamos en algunas composiciones de sus primeros discos, ya como Camilo Sesto. La precoz línea de bajo de ‘Ay, Ay, Rosseta’ (la canción dedicada a la hermana de Fernando Arbex), y la estructura y arreglos de ‘Yo soy así’, ambas firmadas por Blanes, e incluidas en su primer elepé, Algo de mí, tan solo son una muestra. Mención aparte merece, en esta línea soulera, la magníficamente construida ‘Fresa salvaje’. ¿Que no? Analícenla objetiva y detenidamente, y se sorprenderán.

–Posteriormente, Camilo siguió mostrando algunas de sus inquietudes musicales menos populares. El ‘To be a man’ antes mencionado, firmado junto a Pardo, y también editado en 1972, es una curiosa muestra de esencia rockero-mística, a golpe de fuzz guitarrero. ‘Day after day (Aleluya)’, ya producida por el propio Camilo, de 1973, engancha a partir de unos riffs llamativos y unos ritmos y arreglos netamente anglosajones. ‘Nunca me amaron así’, del 74, tira de wah-wah y vientos de manera digna. Un año después, en 1975, además, Camilo Sesto ya mostró su interés por elementos netamente disco: ‘Háblame de amor’, del elepé Amor libre, no es demasiado original, pero sí un buen producto para la pista de baile, apoyado en un bajo y unos arreglos embriagadores. Tres años después, volvió a intentarlo con ‘Ángela’, un movido tema repleto de aires orientales.

 

POLIFACÉTICO
–Los seguidores más acérrimos de Camilo Sesto lo consideran un artista global. No solo porque haya dedicado buena parte de su vida a la pintura (otra de sus grandes pasiones), ni tan siquiera por sus pinitos cinematográficos, sino porque ha buceado, prácticamente, en todos y cada uno de los entresijos de la industria musical. Si bien sus dos primeros discos son producidos por Juan Pardo, a partir de 1973, tan solo un año después de su bautismo profesional como Camilo Sesto, el artista alcoyano toma las riendas de su carrera. La gran mayoría de los temas que ha grabado han sido compuestos por él, él mismo se ha encargado de producir la práctica totalidad de sus discos, y colaborar en aspectos tan trascendentales en el devenir de su carrera como los arreglos.

–Al poco de iniciar su carrera profesional compuso la música del montaje teatral Quédate a desayunar, de Marisol.

–Ha compuesto y producido para numerosos artistas. Entre ellos, Ángela Carrasco, José José, Miguel Bosé, Marisol, Federico Cabo o Manolo Otero.

–Se ha lanzado muchas veces al vacío. Lo hizo, en 1975, cuando apostó por la adaptación española de Jesucristo Superstar, y lo hizo de nuevo, veinticinco años después, cuando se obsesionó por revisionar El fantasma de la ópera. Esta última aventura no tuvo un final feliz, ya que finalmente le fue prohibida la distribución de la grabación, tras años de trabajo.

 

MOMENTOS ÉPICOS
–A estas alturas de la película (filias y fobias aparte), pocos podrán poner en duda las cualidades de nuestro protagonista, tanto para fabricar hits, como para interpretarlos. Las posibilidades vocales de Camilo Sesto han sido ilimitadas. Su facilidad para desenvolverse, tanto con los graves como con los agudos, es asombrosa. A todo esto hemos de añadir su buena comunión con una faceta clave en el desarrollo profesional de cualquier artista: la puesta en escena. Aunque algunos hayan vislumbrado el desfase en alguna de sus ejecuciones, la trayectoria de Camilo está repleta de esencias interpretativas épicas que rozan lo grandilocuente, pero que no llegan a rebasar esa línea peligrosa. Muchos llegaron a definirlo, incluso, como el Scott Walker hispano. Su personal manera de transmitir sus composiciones, no obstante, le han dotado de un sello personal. En su andadura, de esta manera, podemos toparnos con algunos momentos épicos. Ésta es sólo una pequeña muestra:

–’Me marcharé’: Grabada con Los Botines, al más puro estilo de los primeros The Moody Blues y aquel mágico “Go now”.

–’Algo de mí’: Inmejorable carta de presentación. Los registros vocales e instrumentales conseguidos con el tema que abría y daba título a su primer elepé llegan a desconcertar.

–’Amor… amar’: Camilo se ayudó del solvente John Arthey a la hora de definir los arreglos de buena parte de sus primeros temas. El sello inconfundible del británico contribuyó, de manera inevitable, a acentuar las cualidades interpretativas del artista valenciano.

–’Jamás’: Su incontestable crescendo, apoyado en los arreglos de Alejando Monroy, facilita el lucimiento vocal de nuestro protagonista.

– ‘Getsemaní’: La de Jesucristo Superstar es una pieza de ejecución más que complicada. Quien no sienta escalofríos escuchando la versión que nos interesa, la verdad, no tiene alma.

–’Vivir así es morir de amor’: Sin duda, uno de los hitos interpretativos de Camilo Sesto, aunque la excesiva popularización del tema ha restado valor a su esencia primera. Pese a esa posible banalización, hemos de admitir que los astros se alinearon para hacer, de esta compleja composición, un producto prácticamente perfecto: los arreglos de Pérez Botija; la colaboración (en el estudio y musical) del mítico Joaquín Torres; los coros de Linda Wesley, Andrea Bronston y Sergio Fachelli, y, obviamente, una interpretación inspiradísima de Camilo Sesto.

–’El amor de mi vida’: Los dos últimos minutos provocan la congoja en el más duro oyente. La instrumentación lograda por René de Coupaud es de un efectismo espeluznante.

 

SUPERVENTAS
–Tan solo un año después de iniciar su carrera en solitario, edita su primer disco, Algo de mí, que se convierte en uno de los trabajos más vendidos de ese año. El sencillo que da nombre al elepé es su primer gran éxito, y uno de sus temas más recordados.

–A lo largo de su carrera ha recibido innumerables galardones y premios que le confirman como uno de los artistas hispanos más populares de todos los tiempos.

–De sus más de veinte discos editados, ha vendió más de cien millones de copias en todo el mundo.

–’El amor de mi vida’ está considerado el single más vendido en España en toda la década de los setenta.

 

PROYECCIÓN INTERNACIONAL
–En Latinoamérica, Camilo Sesto está considerado un verdadero mito. No solo para el público más maduro, sino también para las nuevas generaciones, que ven en él una figura indiscutible del pop en español.

–Seguidores de varios equipos de fútbol sudamericanos han adaptado la letra de ‘Jamás’ para animar a sus jugadores en los estadios. Tan solo dos ejemplos: Los seguidores de Peñarol cantan: ‘Jamás, jamás, podrán tener la hinchada, que en las buenas y en las malas, siempre está con Peñarol’. Algo parecido entonan los hinchas de Estudiantes de la Plata: ‘Jamás, jamás, podrán tener la hinchada, que en las buenas y en las malas, siempre está con el León’.

–El propio Andrew Lloyd Weber reconoció que, tras la original, la adaptación española de Jesucristo Superstar era la mejor, y la más conseguida.

–Camilo Sesto ha grabado algunos de sus temas en lenguas como el alemán, el italiano, el portugués y, por supuesto, el inglés.

–Ha actuado en Estados Unidos, México, Argentina, Venezuela, Chile, Ecuador, Puerto Rico, Colombia, Perú, Honduras, Costa Rica, Guatemala, Italia, Alemania, Argentina, Holanda, Gran Bretaña, Japón… Ya a finales de los setenta reunió a más de 40.000 personas en el Madison Square Garden de Nueva York, escenario que ha pisado en diversas ocasiones. De hecho, ha recorrido los mejores escenarios de Norteamérica.

–A principios de los años ochenta grabó, con Audrey Landers, una de las protagonistas de “Dallas”, el tema ‘My love’, que se convirtió en un éxito internacional.

–Tras finalizar las representaciones de Jesucristo Superstar, la multinacional Gillette le ofreció cincuenta mil dólares si aceptaba afeitarse la barba en uno de sus spots. Camilo aceptó, y donó la cantidad, íntegra, a un asilo de huérfanos.

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