La Semana Bizarra 31 marzo – 7 abril 2009

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De un tiempo a esta parte, Michael Jackson se gasta más dinero en abogados que en cirujano plástico (que, por cierto, teniendo en cuenta el estropicio que le hicieron en la cara, tampoco es que el hombre visitara al mejor del ramo). Lo último ha sido su intento para frenar por vía judicial la venta en una subasta de más de 2.000 objetos de su propiedad, entre ellos, desde la verja de entrada a Neverlanda a fotografías, trajes y muebles. El abogado de Jackson, en la demanda, decía que eran objetos de «valor incalculable e irremplazables». Ni por esas, el juez ha desestimado la demanda y la subasta seguirá su curso. Dos cuestiones resultan llamativas: ¿En qué líos andaría Jacko para que una subastera se hiciera con todos esos objetos y un juez no le dé la razón? Y, por otro lado, vemos que elige abogados con el mismo tino que cirujanos plásticos…

Otra de quirófanos. Kylie Minogue confiesa en Elle que se ha sometido a diversas intervenciones quirúrgicas para mantener el rostro sin arrugas y está encantada con el botox. Definitivamente, la eterna juventud no existe.

Fergie, ex Black Eyed Peas, asegura ser la propietaria de más de 500 pares de zapatos: «Soy una chica y me encantan los accesorios». En plan Imelda Marcos dice que no puede parar de comprar nuevos pares. Quizás por la pasta que se deja en ellos ha decidido, cómo no, lanzarse al ruedo y diseñar una colección de zapatos. Ay, qué cosas, si a algunos les diera por leer más igual nos evitaban tantas tonterías y el gremio de la moda no padecería tanto intrusismo desleal.

No tenemos más datos, pero aquí les ofrecemos este notición: Enrique Iglesias asistió con Ana Kournikova –su ya supuesta ex– a un partido de tenis. Kurnikova miraba tiernamente a nuestro Iglesias. Los titulares hablan de amor renacido. Ohhhhh… ¡y todo esto en primavera! Qué tierno.

Natalie Cole asistió al programa televisivo de Larry King y confesó que tras serle diagnosticada el año pasado una hepatitis C, sus riñones dejaron de funcionar debido a la quimioterapia que le aplicaron, lo que la obliga a asistir a diálisis y que para abandonarla necesitaría un trasplante. A los diez minutos, llegaron docenas de emails de seguidores de la cantante ofreciéndole sus riñones. Un poquito de moderación, que por muy bien que nos pueda caer un artista, tampoco hay que hacer barbaridades. Meditemos las cosas antes de hacer este tipo de ofrecimientos, que en esta situación, por muy penosa que sea, hay mucha gente anónima. Además, se empieza con un riñón y se acaba ofreciéndole una nariz nueva a Michael Jackson.

El culebrón vital que protagoniza Amy Winehouse [en la foto tomando el sol] contabiliza un nuevo capítulo. Ahora quiere irse a vivir con su marido –sí, el que presentó una demanda de divorcio y pedía un montón de pasta– a su nueva casa de las afuera de Londres porque «Ahí no pueden acampar tan fácilmente los paparazzi y vigilar cada paso que dé. Me parece que es un lugar más sano para vivir». Además, quiere dejar las drogas y respecto al tipo con el que estuvo de vacaciones en el Caribe dice: «Vale, me lo he pasado bien con un tío guapo, pero eso sólo fue un romance de vacaciones. No quiero a ningún otro más que a Blake. No permitiré que se divorcie. Es la versión masculina de mí misma. Estamos hechos el uno para el otro». Esta muchacha es tan fantástica que estamos por pedirle a los lectores neuronas humanas en buen estado para un trasplante urgente.

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