La Columna Metálica ¡Calientes y sin romperse!

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Una sección de JUANJO ORDÁS.

No, no se separan. Cada miembro de los RED HOT CHILI PEPPERS [en la foto] se dedica a sus actividades complementarias pero el batería Chad Smith asegura que no se trata de una ruptura, sino que simplemente han ampliado su periodo de descanso. Y francamente, eso esperamos. Stadium arcadium, el último trabajo del grupo editado en 2006, fue un doble CD notable, el punto culminante de la nueva juventud que la banda vive desde que en 1999 el guitarrista John Frusciante retornara a su seno para grabar el también fundamental Californication. Entre medias parieron un difícil By the way, editado en 2002 y lleno de medios tiempos que disfrutados por separado encantaban y en conjunto empalagaban.
Son muchos los que continúan cometiendo la torpeza de continuar midiendo a Red Hot Chili Peppers por el magistral Blood, sugar, sex magik, pero quizá es más interesante comprender y asimilar el nivel de madurez que la banda alcanzó con su citada última obra, el brillante y ecléctico Stadium arcadium, disco a revisitar de cuando en cuando pues la enorme cantidad de canciones que lo componen así lo demandan… ¡Y es que no sobra ninguna de las 28 que lo conforman! Hasta su nuevo trabajo, que presumiblemente se editará el año que viene, no es mal sustitutivo.

Por fin tenemos entre manos el primer disco en estudio de HEAVEN AND HELL. El grupo no deja de ser la segunda formación más mítica de Black Sabbath, pero quizá para no ensuciar las relaciones con Ozzy Osbourne (vocalista original) una nueva denominación haya sido lo más conveniente. En cualquiera de los casos, The devil you know deja las cosas claras desde su monstruosa portada: El cuarteto formado por Iommi, Butler, Appice y Dio ha parido un disco majestuoso, a la altura de las tres obras que en su día facturaron en estudio. Juegan con la mitología propia del grupo, el gótico romanticismo y la potente voz de Dio vuelve a encajar a la perfección con los gruesos riffs de un Tony Iommi pletórico, que sorprende con acertadas evoluciones de su sonido (“Rock and roll angel”) y emociona con sus solos a las seis cuerdas (¡que buena “Bible black”!). Por su parte, el firme bajo de Geezer Butler intimida (¡qué seguridad y libertad a la hora de ejecutar!) y la pegada lenta y robusta de Vinnie Appice late y late a lo largo del disco. El nivel de todos los temas es parejo, pero junto a las ya citadas es importante no dejarse en el tintero “Double the pain”, una canción con estrella. La carencia de un productor –ellos mismos se encargan de la labor– permite que el disco suene como un bloque, claro, nítido pero duro. Quizá la mano de un profesional en esas lides habría dotado de más aristas a las canciones, pero creedme, no hacen falta. Suenan duras y pétreas, sin concesiones. The devil you know juega en parte con estrategias ya utilizadas en sus discos de principios de los años ochenta: imaginería diabólica de postín y un par de temas veloces desperdigados entre el espesor. Mucha garra, mucho empaque, estructuras pensadas e inspiradas. Apabullante, no hay otra palabra.

Finalizamos con la noticia de una nueva reunión. Esta vez son los metaleros FEAR FACTORY, aunque quienes girarán bajo tal nombre serán simplemente el vocalista Burton C. Bell y el guitarrista Dino Cazares, quienes parecen haber arreglado sus diferencias (las cuales incluían la expulsión de este último en su día y la grabación  de un par de discos sin él). Pese a que Fear factory llegaron a quemar su fórmula, es justo reconocer que durante la segunda mitad de los 90 ayudaron a definir lo que hoy denominamos nu-metal, gracias a unos riffs y juegos percusivos que, literalmente, ametrallaban al oyente deseoso de técnica y brutalidad. Además, Burton C. Bell fue de los primeros vocalistas en conjugar guturales estrofas con estribillos melódicos bastante inspirados. También fueron los primeros en atreverse a editar remezclas bailables de sus canciones, dando lugar a violentas diatribas escritas en los medios de la época. No lo dudéis, habría sido mejor una reunión de la formación clásica al completo, pero trabajos como Demanufacture y Obsolete demuestran que fueron unos pioneros absolutos. Dedícales una escucha.

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