La cita y otros cuentos de terror, de Emilia Pardo Bazán

Autor:

LIBROS

«Una maestría al narrar y una precisión en la esencia de los cuentos que nadie, por lo menos antes que ella, ha conseguido»

 

Emilia Pardo Bazán
La cita y otros cuentos de terror
NÓRDICA LIBROS, 2021

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Que Emilia Pardo Bazán es una de las escritoras —incluyo a escritores— europeas más importantes de la frontera entre el siglo XIX y el XX no hay nadie que lo dude hoy en día. No, no se me ha ido la mano: europeas. Su producción es de una calidad sin parangón y de una fuerza irrebatible, sobre todo en Los Pazos de Ulloa —tan dulce y tan cruda a la vez— y en sus cuentos, que abordan diversos ambientes: policíacos, gallegos, humorísticos o, como en el caso que nos ocupa, de fantasmas. A la par, desbordaba personalidad y podía escribir tratados sobre las nuevas experiencias literarias del continente, separarse de su marido, gestionar ella misma su agencia literaria antes de que nadie lo hiciera, viajar y aprender idiomas en tres sesiones de tertulia y ser candidata eterna a la Real Academia Española, que le era vetada sistemáticamente por unos colegas masculinos que no dudaban en insultarla hasta llegar a la grosería. Ella se revolvíatambién contra ellos, no se vayan a creer.

Care Santos, una de nuestras novelistas más asentadas, escoge diez relatosque se inscriben en el género del terror, tan poco desarrollado en nuestras letras pero con algunos ejemplos de extrema maestría. De hecho, algunos de sus relatos se han conservado refulgentes hasta la actualidad, con una modernidad que sobre todo se basa en un uso del lenguaje natural y una acción que neutraliza en contexto para fijarse en trama y sensaciones. Así, el relato que da título al volumen, “La cita”, relata la peripecia de un don Juan que recibe cartas de una dama a la que no conoce, que lo emplaza para acudir a su apartamento. No desvelo más, pero si las cartas se sustituyeran por mensajes de Tinder, solo con esta actualización, podríamos tener un cuento rabiosamente moderno.

Si bien la segunda parte de “Las dos vengadoras” ha perdido modernidad en su encaje simbólico, la presentación del protagonista, un perdedor al que sus hermanos despojan de la herencia y al que su mujer le engaña y consigue encarcelarlo por falsario, es de la más pura escuela Bruguera o digno de un capítulo televisivo de Jaime de Armiñán. Hay casos, más que de terror, policíacos; hay timos a lo película de Hollywood; hay terror clásico con vampiros o enterradosvivos. Hay, en definitiva, una maestría al narrar y una precisión en la esencia de los cuentos que nadie, por lo menos antes que ella, ha conseguido.

Para el aficionado a la literatura en general, sin prejuicios y abierto, es esencial leer estos relatos. Es también esencial leer Los Pazos de Ulloa, donde el terror, a la manera de la novela gótica inglesa, va deslizando sus garras al llegar la conclusión, y donde el tema de esta antología se despliega en forma de novela. Es esencial leer otros terrores como el del estremecedor cuento “Las medias rojas”. Y es esencial porque, además del placer estético, descubriremos que en nuestra lengua siempre hemos estado conectados a la Europa de más hondo calado.

Anterior crítica de libros: Todas las canciones tristes, de Summer Pierre.

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