La cara oculta del rock: Led Zeppelin, un dirigible diabólico (primera parte)

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“Quizá no lo creáis, pero Pagey una vez me llevó aparte y me dijo ‘mira, voy a contarte el significado de esto una vez y después no volveré a mencionarlo de nuevo, o al menos, en mucho, mucho tiempo’. ¿Os podéis creer que se me ha olvidado lo que era?»

La devoción de Jimmy Page por el ocultismo hizo que se especulara con que el cuarto álbum de Led Zeppelin contaba con referencias al Diablo por todas partes. ¿La portada, la contraportada, el desplegable y la funda interior escondían mensajes oscuros? Esta primera entrega desvela los significados de los símbolos que aparecen en este disco sin título.

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

Jimmy Page estaba de mal humor. “Led Zeppelin III” (1970) no fue tan bien acogido por el público y la prensa como al grupo le hubiera gustado. Para que el zepelín no se hundiera en su siguiente vuelo, el guitarrista fue rotundo: “Acabamos hartos de que la gente dijese que solamente éramos un montaje. Así que dijimos: ‘Saquemos un álbum sin título’. De ese modo, a la gente o le gustaría o no”. El grupo se dispuso a realizar lo que la discográfica catalogó como un “suicidio comercial” al lanzar el siguiente disco sin título y sin nombre del grupo. “Decidimos que en el cuarto álbum prescindiríamos deliberadamente del nombre de la banda y que no habría ninguna información en la funda exterior. Nombres, títulos y cosas similares no significaban nada…”, declaró Page. “Lo que importa es nuestra música. Dijimos que queríamos confiar únicamente en la música”. Así recordó el bajista John Paul Jones esta decisión: “Estábamos saturados de tanta publicidad, había veces incluso que teníamos la sensación de que toda esa parafernalia estaba dejando nuestra música en segundo plano. Así que Jimmy fue tajante: que la gente escuche las canciones sin que nada les distraiga ni les predisponga en un sentido o en otro. Ni siquiera nuestros nombres, sino unos símbolos identificativos para cada uno de nosotros que los periodistas tardaron muchísimo en descifrar y sobre los que aventuraron a dar tantas explicaciones absurdas que cada vez que las leíamos, los cuatro nos partíamos de risa”.

Aunque Atlantic no estuvo dispuesta a pasar por el aro y pidió al grupo que al menos imprimiera su nombre en el lomo del disco, finalmente no le quedó más remedio que dejarse convencer por Page. Más que nada porque el guitarrista les amenazó diciéndoles que no les entregaría los masters si no cedían a sus peticiones. La música tenía que hablar por sí misma. ¡Y vaya si habló! En 1971 salió al mercado el cuarto trabajo de los Led Zep y no solo se convirtió en su álbum más exitoso, sino que también el que más misterios planteaba. Han corrido ríos de tinta para explicar todos los enigmas que ofrecen tanto el disco como su envoltorio.

 

El álbum no tiene título, pero comúnmente se le denomina “Led Zeppelin IV” para seguir la estela de sus títulos anteriores. También se le ha llamado de maneras diferentes como “Las runas”, “Los cuatro símbolos” o “Zoso”. La razón de estos nombres se debe a los cuatro iconos que aparecen impresos en la funda interior y que, como indicó John Paul Jones, tantos quebraderos de cabeza dieron a la prensa. Para Peter Grant, mánager del grupo, ésta fue una gran idea: “Los distribuidores nos llamaban para preguntarnos cómo se pronunciaban o de qué lenguaje se trataba. ¿Es árabe arcaico o algo así? Cosas de ese tipo. Fue increíble. Algo muy exitoso”. Según Robert Plant, cada músico escogió su propio icono: “Elegimos un símbolo de tipo metafísico que, de alguna forma, nos representase a cada uno de nosotros, ya se tratara de un estado mental, una opinión, algo que nos concerniera particularmente, o lo que fuera”. ¿De dónde salieron estas imágenes? El origen de la de John Bonham y la de John Paul Jones es bastante concreto, tal y como recordó el bajista: “(Jimmy Page) me enseño un libro que tenía, ‘The book of signs’, de Rudolph Koch, y me dijo que todos debíamos elegir un símbolo del libro que nos representase. Bonzo y yo así lo hicimos, y no descubrimos hasta bastante más tarde que Jimmy y Robert habían hecho diseñar por su cuenta sus propios símbolos. Típico”.

El símbolo de John Paul Jones, un círculo con tres óvalos entrelazados, representa la confianza y la competencia. Ésta es la descripción en “The book of signs”: “Este signo se usa para exorcizar los espíritus malignos. En el caso de este signo, así como en el del pentagrama y el octograma, es interesante notar que requieren una cierta destreza y que una persona torpe sería incapaz de dibujarlos”. Page confirmó el significado al decir que este símbolo representa “a una persona que está segura de sí misma, dada la dificultad que requiere dibujarlo”.

De acuerdo con el libro de Koch, el símbolo de John Bonham, tres círculos entrelazados, “es un símbolo temprano de la Trinidad”. Estos tres círculos representarían la trilogía hombre, mujer y niño o la unión entre padre, madre e hijo. Sin embargo, otras teorías más divertidas aseguran que a Bonzo le gustó el símbolo porque le recordaba al logotipo de la cerveza norteamericana “Ballantine” o a las marcas que deja un vaso de whisky sobre la barra de un bar.

La pluma dentro de un círculo de Robert Plant representa a la pluma de Ma’at, la diosa egipcia de la justicia y la equidad. El propio Plant le otorga otro significado: “Mi símbolo procede de la antigua civilización Mu, que existió hace unos 15.000 años como parte de un contenido perdido en alguna parte del océano Pacífico, entre China y México. Hay muchas cosas que pueden atribuirse a la civilización Mu, incluso las estatuas de la isla de Pascua”. En cuanto al significado de la pluma, el guitarrista lo tiene claro: “La pluma es un símbolo sobre el que se han basado todo tipo de filosofías y que tiene una herencia muy interesante. Por ejemplo, representa el valor para muchas tribus de indios americanos. Me gusta que la gente diga la verdad. Sin gilipolleces. De eso trata la pluma dentro del círculo”. Además, tiene sentido que el guitarrista eligiera una pluma, ya que fue autor de la mayoría de las letras de las canciones.

Como no podía ser de otra manera, el símbolo más enigmático y al que más vueltas se le ha dado es el que representa al oscuro Jimmy Page. Se podría hacer un extenso ensayo solo sobre el símbolo “zoso”. Se ha barajado como un símbolo relacionado con la alquimia, con una sociedad secreta llamada Dragón Rojo y con la demonología del ocultista Aleister Crowley y el 666. También se comentó que estaba formado por el martillo de Thor y el rayo de Júpiter. Por otro lado, se supone que la primera aparición de este icono fue en la obra “Ars magica arteficcii” de J. Cardan, que data de 1557, donde se dice que es el símbolo de Saturno. Esto tiene cierto sentido ya que el signo del zodiaco de Jimmy es Capricornio, que se encuentra regido por el planeta Saturno. Y estos son solo unos ejemplos de todas las hipótesis. Jimmy Page nunca reveló a nadie el significado, excepto a Robert Plant: “Quizá no lo creáis, pero Pagey una vez me llevó aparte y me dijo ‘mira, voy a contarte el significado de esto una vez y después no volveré a mencionarlo de nuevo, o al menos, en mucho, mucho tiempo’. ¿Os podéis creer que se me ha olvidado lo que era y ahora Pagey no me lo cuenta?”.

Es una pena que Plant no recuerde lo que Page le confesó. Aunque si se acordara, no se hubieran escrito tantas teorías. Eso sí, los mensajes ocultos de este álbum no han hecho más que empezar.

[CONTINUARÁ LA PRÓXIMA SEMANA]

Anterior entrega de La cara oculta del rock: Buddy Holly, el día en que la música murió.

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