La cara oculta de las canciones: ‘Shake it out’, o la resaca de Florence and the Machine

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“Fue una de esas canciones que se te ocurren en media hora y cuando estás de resaca”

 

Para Florence Welch, una resaca no es el castigo de la noche anterior sino una peculiar fuente de inspiración. La mañana siguiente podía haberse quedado en la cama, pero en su lugar compuso ‘Shake it out’, una reflexión sobre la lucha contra los demonios internos.

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ

 

Florence Welch estaba satisfecha con el productor Paul Epworth después del trabajo que había realizado en “Lungs” (2009), el álbum con el que debutaron Florence and the Machine. Epworth había participado en la composición y la producción de varias de las canciones del disco, como ‘Rabbit heart (raise it up)’, ‘Howl’, ‘Hurricane drunk’ o ‘Blinding’, pero un tema en concreto hizo que la cantante se planteara la incorporación total del productor en el segundo trabajo: “El resultado de ‘Cosmic love’ me hizo querer hacer el siguiente disco entero con él”.

 

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Paul Epworth se encargó por completo y en exclusiva de la composición del segundo largo de Florence and the Machine, “Ceremonials”, publicado en 2011. El título del disco se le ocurrió a Florence Welch por un viejo recuerdo: “Hace muchos años, vi una exposición donde había una pieza de videoarte titulada ‘Ceremonials’. Estaba rodada en los setenta y fue grabada con Súper-8”. Aquel vídeo estaba relacionado con un documental titulado “Coquette”, que hablaba sobre una compañía de teatro del San Francisco de los años setenta y la cantante se obsesionó con él: “El vídeo trataba sobre esas procesiones, basado en el color, y todo el mundo llevaba máscaras. Había muchísimos colores diferentes, globos de colores y extrañas ceremonias. Esa palabra, ‘ceremonias’, se me quedó grabada en la cabeza. Y por eso acabó en este disco, que está influido por himnos, poemas y sonidos de campanas de iglesia. Hay muchas influencias y aspectos ceremoniales en él, así que todo parecía encajar”. Aunque Welch hablara de su álbum de forma tan trascendental, reconoció que muchas de las canciones surgían casi de la nada: “A veces, cuando estás escribiendo, una canción florece y no tienes ni idea de dónde han salido las palabras o de lo que estás hablando hasta que la acabas. Así es como escribo la mayoría de mis canciones favoritas. ‘Shake it out’ surgió de esa manera”. Este tema sirvió como primer single de álbum y, según su autora, trataba sobre “conseguir algo o ver la luz al final del túnel”.

Lo que Florence Welch pretendía con ‘Shake it out’ era algo elevado: “Quería sacudir algo fuera, sacudir los remordimientos, sacudir esas cosas que te obsesionan”. Sin embargo, el origen del tema es mucho más prosaico: “Fue una de esas canciones que se te ocurren en media hora y cuando estás de resaca”. Cuando la cantante llegó al estudio, todavía tenía un poco de resaca de la noche anterior. Algo rondaba en su cabeza y se encerró en una pequeña habitación del estudio. Otros se habrían quedado durmiendo la mona, pero Florence Welch salió a los treinta minutos con la canción escrita. Para la composición del tema, la cantante contó con el apoyo del productor del disco: “Paul tenía unos acordes de órgano que sonaban optimistas y tristes al mismo tiempo. Y pensaba en arrepentimientos, como cuando te sientes atrapado en ti mismo, repitiendo algunos patrones de comportamiento, y te gustaría eliminar esa parte de ti y reiniciarte. (…) Así que la canción dice: ‘Sacúdete a ti mismo, las cosas irán bien’”. Para Welch, la colaboración de Epworth fue clave para lograr el sonido del álbum: “Siempre tuve esa idea de un sonido enorme que viene de un estrépito, y él me ayudó a capturar eso en el disco de la mejor forma posible”.

Según la compositora, el tema funcionaba como una especie de mantra: “Cuando estás de gira y las cosas pueden preocuparte, esta siempre es una buena canción”. Para Florence Welch ‘Shake it out’ no solo era un tema más del disco “Ceremonials”, era también una canción de autoayuda: “A veces tengo que escribir canciones para mí misma, para recordarme que debo dejar pasar las cosas. Pero el final del estribillo en plan ‘¿Qué coño?’ es muy importante también, porque en algún momento bailarás con el diablo otra vez y quizá te diviertas. He oído que se le da muy bien el foxtrot”.

El diablo también tuvo su papel en el videoclip, que la cantante describió como “una fiesta de vestidos psicodélica de 1920 con un toque demoniaco. Como si ‘La posesión’ se encontrara con ‘El Gran Gatsby’”. El vídeo fue dirigido por Dawn Shadfourh y Welch lo pasó bien durante la filmación: “Estábamos como en una fiesta del estilo del ‘Gran Gatsby’ en West Egg, pero un poco ritualista y con un trasfondo satánico y con sesiones espiritistas. El rodaje del vídeo fue muy divertido, sobre todo para mí, porque todos mis amigos estaban ahí y todos estábamos vestidos y haciendo una improvisada sesión espiritista en una preciosa mansión de art-decó”. Además de en “El Gran Gatsby”, el vídeo también estaba claramente influido por la orgía y la mascarada de “Eyes wide shut” de Stanley Kubrick.

‘Shake it out’ es, junto a ‘Dog days are over’, el tema más popular de Florence and the Machine. No está nada mal para haberla escrito de resaca. Para que esta anécdota no llevara a error, la cantante se defendió: “¡No quiero que todo el mundo piense que siempre escribo canciones de resaca! Porque no lo hago. Pero en este caso, debo decir que estaba acechándome en mi mente y la escribí. Fue como si intentara escribir una cura para la resaca”. Una buena cura, mucho mejor que el clásico café con sal.

Anterior entrega de La cara oculta de las canciones: ‘Don’t stop believin’’, de Journey, la canción favorita de Tony Soprano.

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