La cara oculta de las canciones: ‘Basket case’, Green Day y la línea que nos separa de la locura

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«¿Estaba Billie Joe perdiendo la cabeza o simplemente estaba colocado? La locura, la paranoia y el efecto de las drogas eran los temas centrales de los que hablaba la catártica ‘Basket case»

 

Otros se hubieran dejado dominar tras sufrir ataques de pánico, pero Billie Joe Armstrong prefirió contar lo que se le pasaba por la cabeza en la canción ‘Basket case’, uno de los singles más representativos de “Dookie”, el álbum que supuso un antes y un después para Green Day.

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

Con solo dos álbumes, Green Day no solo llamaba la atención en el circuito «underground», sino que los grandes sellos discográficos comenzaron a interesarse por ellos y querían llevárselos a su terreno. Al grupo no le importaban las condiciones que les ofrecieran. Por muchas comidas para hablar de negocios a las que fueran invitados, el trío rechazaba todas las ofertas. Ni una suculenta invitación a Disneylandia consiguió convencerles. Probablemente, intentar meterse en el bolsillo a una panda de veinteañeros llevándolos a un parque de atracciones a conocer a Mickey Mouse no era una estrategia idónea. Sin embargo, el productor Rob Cavallo les hizo cambiar de parecer. Los músicos estaban impresionados con el trabajo que Cavallo había realizado para The Muffs, así que hablaron con él, conectaron y cedieron. Así es como Green Day pasó del sello independiente Lookout! a firmar con Reprise, sello perteneciente a Warner.

Después de dejarse seducir por el reverso tenebroso de las grandes discográficas, ocurrió lo de siempre: sus fans más acérrimos les tacharon de vendidos y de haber roto el espíritu punk y Green Day sufrió todas las acusaciones con las que cualquier grupo tiene que lidiar después de firmar con un sello potente. Incluso el club de música independiente 924 Gilman Street en Berkeley (California) les expulsó por considerarlos unos traidores. Para Billie Joe Armstrong ya no había vuelta atrás: “No podía volver a la escena punk, tanto si éramos el mayor éxito del mundo como si éramos el mayor fracaso. Lo único que podía hacer era coger mi bici y seguir hacia adelante”.

Pero aparte de las represalias por abandonar el circuito independiente, Billie Joe tenía sus propios problemas. Desde hacía tiempo, el cantante sufría ataques de ansiedad y pensaba que tenía una enfermedad mental, que acabaría volviéndose loco y que, como consecuencia, le encerrarían en un psiquiátrico. Aunque esa visión era un poco exagerada, le diagnosticaron un trastorno de pánico. Pero este malestar resultó muy inspirador, lo suficiente como para que Armstrong compusiera un tema sobre todo lo que le rondaba por la cabeza: “La única manera que había de saber qué cojones estaba pasando era escribir una canción sobre ello”.

Para el título, el compositor escogió ‘Basket case’, que se puede traducir como ‘Caso perdido’. Este término era empleado durante la Primera Guerra Mundial para referirse a los soldados o a los civiles que habían perdido las cuatro extremidades, pero también se utiliza para definir a las personas emocionalmente inestables, ya que al fin y al cabo, era como se sentía él. ¿Estaba Billie Joe perdiendo la cabeza o simplemente estaba colocado? La locura, la paranoia y el efecto de las drogas eran los temas centrales de los que hablaba la catártica ‘Basket case’, cuyo ritmo bebía del ‘Canon en Re Mayor’ de Johann Pachelbel. En su letra, ni una psiquiatra ni una prostituta podían poner solución a los males del protagonista.

Mucho se ha especulado sobre los personajes de la canción, ya que Armstrong, se refiere a la prostituta como “él” y también como “ella”: “I went to a whore / He said my life’s a bore / So quit my whining cause / It’s bringing her down” (“Fui a ver a una puta / Él me dijo que mi vida es un aburrimiento / Y que dejara de lloriquear porque / la estaba deprimiendo”). Estos repentinos cambios de sexo pueden tener varias explicaciones. La primera es que el protagonista está loco y por ello su demencia no le permite distinguir los sexos. La segunda es que la mujer no es una auténtica mujer, sino un travesti. La tercera puede ser una sutil referencia a la bisexualidad que Billie Joe Armstrong reconocería poco después. De hecho, la canción ‘Coming clean’ también trata sobre este mismo tema.

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Ambas canciones se incluyeron en tercer álbum de Green Day, “Dookie”, publicado en 1994. El nombre original del disco iba a ser “Liquid dookie” (“Caca líquida”), que era como los músicos llamaban a la diarrea provocada por comer alimentos en malas condiciones mientras estaban de gira. Para no caer en la grosería, decidieron dejarlo simplemente en “Dookie”, que quedaba mucho más fino y elegante. ‘Basket case’ sirvió como tercer single del álbum, los dos primeros fueron ‘Longview’ y la nueva versión de ‘Welcome to paradise’. Además, ‘Basket case’ contó con un videoclip, dirigido por Mark Kohr, que sirvió para promocionar a Green Day en la MTV y que hacía guiños a las películas “Alguien voló sobre el nido del cuco” (Miloš Forman, 1975) y “Brazil” (Terry Gilliam, 1985).

El vídeo fue grabado en el Agnews Developmental Center, un hospital psiquiátrico abandonado en el condado de Santa Clara, California, donde los músicos encontraron desde archivos de los antiguos pacientes hasta moldes dentales. Si hay algo que llama la atención de este videoclip son sus vivos colores, aunque en realidad fue grabado en blanco y negro y coloreado después, como aquella moda de entintar los fotogramas de los clásicos del cine en blanco y negro. El efecto cromático conseguido en el vídeo musical funciona a la perfección para transmitir el sentimiento de enajenación del que se habla en la canción.

‘Basket case’ pasó a ser inmediatamente uno de los temas clásicos de Green Day y “Dookie” es el único álbum de diamante del trío. Rob Cavallo quedó muy satisfecho con el resultado: “Mi mantra como productor en ese momento fue ‘quiero que sonéis como la mejor versión de vosotros mismos’, y creo que “Dookie” es un buen ejemplo de cómo Green Day sonaban en aquel momento. Y eso es por lo que creo que funciona: porque es honesto. Y no solo fue la razón de que funcionase, sino también por la que no nos mataron. No resulté ser el malvado productor que acabó con el sonido de Green Day”. Y los propios músicos también estuvieron satisfechos con el trabajo de Rob Cavallo, ya que sería el productor de sus siguientes discos.

Cuando Green Day pasó a formar parte de los gigantes de la industria comercial de la música, el grupo perdió un buen número de fans. Sin embargo, la otra cara de la moneda fue que, precisamente, el trío ganó un número de seguidores aún mayor.

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