Joe Eceiza: Sin besar la lona

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«El rock puede despertarte, ayudar a sensibilizarte en ciertos temas, emocionarte. Lo interesante es que esté vivo, que se mueva y que incordie. Sentar cátedra es otro cantar»

 

En su día guitarrista de Le Punk y autor de parte de su más célebre repertorio, Joe Eceiza decidió lanzarse en solitario hace poco. Tras el epé “Pequeño martirio” llega “Mejor perder que huir”, su primer largo, del que ya dimos cuenta en nuestra sección de críticas. Ahora le entrevistamos. Siempre lúcido y cercano, siempre fiel a su oficio.

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.
Foto: VÍCTOR CANORA.

 

 

Joe, cuenta la historia de este disco, porque es curiosa.
La verdad es que este es un disco que en principio no tuvo intención de serlo. “Mejor perder que huir” nace como una maqueta. Al terminar con Le Punk quería grabar algunas canciones y después de unos meses viajando un poquito llego a Madrid y empiezo a grabar canciones, algunas en estudio y otras más caseras. El material grabado en formato trío –con Dani Patillas y Leiva– en Casa Dios sonaba tan bien e inspirado que rápidamente supimos que era más que una maqueta. Igual me ocurrió con ‘No están aquí’, grabada en casa de César Pop. Aunque el sonido no fuera el mejor la intención era insuperable. Lo mismo ocurre con ‘Dejé de ser’, grabada en casa de Héctor Tuya, con Garaje Jack y con ‘Martina’, grabada en Retroestudio. Así que con estos elementos y la paciencia luego a la hora de mezclar y darle coherencia a todo de Rubén Suarez nació el disco.

Es una forma peculiar de preparar un debut.
En realidad el debut fue “Pequeño martirio” [su primer trabajo en forma de epé]. Pero sí, este es mi primer disco y la verdad es que se podría decir que el debut me lo encontré.

¿Crees que tener a Leiva de batería y productor en el disco puede atraer las miradas de los que no te conozcan aún?
Seguramente consiga que alguien se acerque, pero de momento nada exagerado. Tengo la fortuna de que esto no haya sido una decisión meditada y buscada. Desde que empecé a tocar solo, Miguel [Leiva] se ofreció para tocar la batería conmigo, le gustaron las canciones y quiso colaborar. La opción de que produjera el disco fue ocurriendo a medida que grabábamos las canciones. Desde luego es una suerte para mí contar con un músico tan completo y creativo.

Podemos hacer un poco de historia. Antes de iniciar tu trayectoria solista con este disco y el epé previo la mayor referencia es que fuiste el guitarrista de Le Punk.
Sí. Le Punk es la banda que me permite empezar a dedicarme más seriamente a esto de la música, vivir el sueño de tener tu banda de rock y girar. Con Le Punk estuvimos prácticamente diez años y sacamos tres discos y un epé.  Tocamos muchísimo por toda España, llegamos a salir un poquito por Europa (Polonia y Francia), escribimos muy buenas canciones y lo pasamos casi tan bien como los Mötley Crüe.

En Le Punk componías, no eras solo un instrumentista. Entiendo que haber pasado a firmar tus propias canciones no ha sido algo raro.
La verdad es que no. Antes de entrar en Le Punk ya componía para las bandas en las que estaba. Lo más extraño ha sido defenderlas como vocalista. Antes de grabar nada hice una pequeña mili en salas como el Búho Real, a guitarra y voz, tomando confianza y probando las canciones con público. La mayor diferencia es que tú eres el responsable máximo de todo lo que ocurra con tu canción. Hasta el momento está siendo algo muy gratificante.

Te iba a decir que lo complicado habrá sido comenzar a cantar.
Sobre todo a la hora de subir a un escenario. Ahí es donde cambia el chip. Yo estoy acostumbrado a ser guitarrista, a tener otro rol. Pero, vamos, al final todo se trata de hacer música, disfrutar y hacer disfrutar. En esas estamos.

Cuando escuché tu primer epé me pareció un trabajo poco más que correcto. Sin embargo, este disco me parece un buen trabajo, inspirado y muy entretenido. ¿Qué ha ocurrido entre ambos para que hayas ganado esta seguridad?
A mí “Pequeño Martirio” me encanta, creo que tiene tres muy buenas canciones. De hecho está grabado con posterioridad a “Mejor perder que huir”. Lo que ocurre es que está grabado en directo y quizás aún no tocaba. Pero la verdad es que me sirvió para quitarme todos los miedos de un plumazo. ¿Tienes dudas de tu voz?, pues lo haces en directo y  grabado en vídeo. Yo le tengo mucho cariño, fue mi primer paso como solista.

Sí, pero al grabarlo en directo no tiene la misma solidez que “Mejor perder que huir”, ¿no crees?
Seguro. Meterte en un estudio y poder hacer varias tomas te permite ganar contundencia y seguridad. “Pequeño martirio” está trabajado en un formato que me encanta (contrabajo, acordeón, clarinete y guitarra) y que hasta día de hoy no había probado y que espero seguir utilizando. Este epé tiene posiblemente dos de mis canciones que más me gustan ‘El aire’ y ‘Nunca una canción’.

Me consta que trabajas mucho tus letras pero no impides que suenen ligeras sin ser realmente ligeras.
La verdad es que excepto a los versos primeros que salen, le doy muchas vueltas. Lo  único que intento es que sean reales y creíbles. Que tengan un poco de humor incluso en el drama. No quiero que me fagocite el personaje. Intento que sea mi película, no una que ya he visto.

No crees que quizá vivimos en una época en que se exige al rock que siente cátedra demasiadas veces.
Desde luego son dos términos opuestos. No creo que el rock deba tener esa intención. Eso será un problema de la importancia que se dé cada uno. No creo que el rock esté preparado para sentar cátedra. Puede despertarte, ayudar a sensibilizarte en ciertos temas, emocionarte. Lo interesante del rock es que esté vivo, que se mueva y que incordie. Sentar cátedra es otro cantar.

Supongo que también se puede abrir nuevos caminos, aunque innovar sea complicado. Hace poco comentábamos en plan irónico –¡y que el lector nos entienda bien!– el mal que han hecho Dylan y Young.
Yo desde luego, en principio, no me veo abriendo esos caminos. La innovación siempre saldrá de tu originalidad, de lo que solo tú puedas aportar, sea un verso o termine siendo un movimiento literario. Soy de los que sigue creyendo que con sol, re y do a parte de ‘Knockin on heaven’s door’ se pueden seguir haciendo canciones. Lo único que hay que intentar es no volver a hacerla y eso no es fácil. Dylan, junto con otros autores, han conseguido que un arte menor como hacer canciones sea comparado en ocasiones con otras artes mayores y eso que a priori es bueno, a veces creo que le da al rock y al pop una “responsabilidad” que no le hace bien.

Para orientar al lector, qué te parece si me citas dos canciones del disco para que pueda escucharlas y se haga una idea de a qué suenas.
Le recomendaría ‘El día de tu boda’ y ‘No están aquí’. Me gustan los textos y son dos buenas canciones. Este es un disco reposado y con bastante carga acústica, creo que estas dos canciones lo representan bien. Pero siempre es difícil seleccionar. ‘La reina del drama’ y ‘La noche’ también valdrían.

El disco lo autoeditas.
Sí. Es un disco autoproducido. Muy independiente… No llevo ni compañía, ni editorial. La verdad es que tampoco me he movido en exceso en busca de ayuda. Al ser canciones que iba grabando de una manera no continuada en el tiempo y todo salía de mi bolsillo, decidí continuar de la misma manera. Desde luego que se echa en falta ayuda en ocasiones, pero a cambio estoy aprendiendo un montón de cosas relacionadas con el mundillo que a día de hoy si no eres muy afortunado te va a tocar conocer. La mayor ayuda con la que he contado extramusical ha sido la de Nacho G.S, que se ha encargado de todo el tema de diseño del disco, etc. y ha hecho un trabajo fabuloso. Y desde luego todos los músicos que han colaborado en este disco, en especial Dani Patillas, que es parte fundamental de todo esto tanto a nivel artístico como personal.

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