Joe Eceiza, la introspección en código acústico

Autor:

joe-eceiza-19-05-16

“Alcanzar un trance épico en directo sería glorioso”

 

 

Quien fuera guitarrista de Le Punk, Joe Eceiza, regresa con su segundo disco en solitario, “Tu luz danzando”. Un trabajo producido por Toni Brunet que presenta este jueves en Madrid. Antes, habla de sus nuevas canciones con Sara Morales.

 

Texto: SARA MORALES.

 

Vuelve Joe con su segundo trabajo en solitario, «Tu luz danzando». Un disco que ha nacido desde el aplomo de la moderación y la serenidad, para alzarse como el gigante de una arquitectura sonora que acoge cuando te adentras en ella e invita a darte rienda suelta. Porque cada palabra y cada nota de estas diez nuevas canciones vienen desde dentro, desde el final del pasillo, desde ese hábitat intimista de quien conocimos como guitarrista de Le Punk, que hoy vuelve a poner en nuestras manos por segunda vez para perfilar nuestro paisaje.

Con Dani Patillas al bajo, Alejandro Riquelme a la batería, Angie Sánchez al piano y hammond y Toni Brunet a las cuerdas de la guitarra –también productor del disco–, Joe ha encontrado en el dominio acústico el lenguaje perfecto para hablarnos de ‘Viejos fantasmas’, del ‘Apocalipsis’, de tratos canallas y despedidas. Unas historias, estas y otras tantas, que en su medio tempo se paladean delicadas entre aromas a soul y jazz, pero que en directo amenazan con tornarse en encantadores monstruos de corazón de rock and roll. Es precisamente la esencia con carácter transformador de estas canciones lo que detalla Joe en esta entrevista, al borde de su estreno sobre las tablas madrileñas.

 

«Tu luz danzando», interesante y bonita sinestesia para bautizar tu segundo trabajo en solitario. ¿Qué te llevó a elegir este nombre?
En realidad ni el título ni los versos de la canción son míos. Los hizo un conocido del barrio. He trabajado muchos años en un bar y uno de los parroquianos venía todas las mañanas a charlar y a enseñarme los poemas que escribía. Desde el principio me encantaron tanto los versos como el título. Le pedí que me los cediera para hacer una canción y esa misma tarde salió de un tirón. Me encanta la imagen que plantea.

 

En Le Punk también componías y desarrollaste tu faceta letrista, pero imagino que dar vida a canciones para tu propio proyecto debe tratarse de un ritual mucho más íntimo, ¿lo vives así?
El ritual no cambia mucho, lo que cambia es el enfoque. Al componer para Le Punk, a pesar de lo heterogéneo del repertorio, lo que buscaba era una sintonía común con el resto del grupo, tanto musical como lírica. Da igual quién la escriba si suena a Le Punk. Escribir para uno mismo hace que esos códigos desaparezcan y tengas que crear otros, aunque finalmente sigues siendo tú frente al papel.

 

¿Cuál fue el estado de ánimo con el que fueron concebidos estos diez nuevos temas?
Son temas compuestos en diferentes momentos. No llevan un orden cronológico. Al formar el disco se han ido imponiendo las canciones con un tono más calmado, acústico. Las canciones más «rockeras» que tenía no encontraron su sitio. Me apetecía grabar un disco agarrado a la acústica más que a la eléctrica.

 

Aunque el álbum destila un asentado aire introspectivo, guarda la esencia perfecta para evolucionar en el directo y alcanzar un trance épico. ¿Veremos esa conversión o estamos asistiendo a la etapa más serena de JoeEceiza?
Es cierto que el disco tiene ese aire relajado. Entrar a grabar te permite ser mucho más fino, regodearte en los detalles, obsesionarte con un arreglo, etc… Pero en directo buscaremos darle un plus de energía y nervio. Que las canciones ganen en intensidad. Alcanzar un trance épico sería glorioso.

 

 

Para ponernos en antecedentes, ¿qué tienes pensado para tu concierto de este jueves en Madrid, en El Perro de la parte de atrás del coche?
Estoy muy ilusionado. Será el primer concierto con la banda que grabó el disco. Tengo muchas ganas de tocar las nuevas canciones y mostrarlas. Tocaré canciones de los dos discos, alguna de Le Punk y traeré invitados.

 

¿Te acompañarán en estos directos todos los músicos que han compartido contigo esta aventura desde el estudio?
Sí. Esa es una de las mayores novedades para mí. Desde que empecé a tocar en solitario siempre he tocado en formato trío y esta vez somos cuatro (Dani Patillas, Toni Brunet, Alejandro Riquelme y yo). En los anteriores directos estaba muy enfocado, aparte de cantar, en tocar la guitarra eléctrica. Con esta formación repartimos el trabajo de guitarras y gana protagonismo la guitarra acústica. Además tendremos invitados, como Laura Rubio (Garaje Jack), Nacho Mur, Ignacio Khoury y Angie Sánchez, que colaboraron en el disco.

 

¿Cómo lleva un guitarrista de pro como tú, compartir las cuerdas con otro emblema como Toni Brunet?
Para mí ha sido un lujo. Mi idea desde un principio era que Toni llevara el peso como guitarra arreglista. Siempre he sido guitarrista de banda y con mi repertorio tenía ganas de desentenderme de esa faceta. Toni es un guitarrista extraordinario y creativo al que le interesa la canción mas allá del instrumento que esté tocando.

 

Él además ha ejercido de productor del álbum, ¿cómo ha sido el trabajo mano a mano?
Ha sido muy sencillo. Desde que le empecé a mandar las canciones compartimos el enfoque. Yo buscaba un sonido sencillo pero cálido, clásico. Hablamos de The Band, Neil Young, Ben Harper… A parte de su enorme talento como músico, tiene muchos conocimientos sobre el funcionamiento de un estudio, lo que agiliza mucho el trabajo. Creamos un grupo de trabajo fantástico. Toni trajo a Alejandro Riquelme para tocar las baterías y yo venía trabajando como siempre con Dani Patillas al bajo. Lo grabamos en Subsonic estudios. Creo que ha sido la grabación de la que mas he disfrutado durante todo el proceso.

 

Con tu anterior disco y debut, «Mejor perder que huir», este papel de músico colaborador y productor lo desempeñó Leiva, solo que a la batería. ¿Te gusta rodearte de los mejores o es sencillamente cuestión de empatía?
Rodearte de grandes músicos, a parte de ser bueno porque mejoran tu trabajo, hace que te pongas la pila y te obliga a salir un poco de tus malos hábitos. Muchas veces uno se enroca con una idea, un arreglo, mil dudas y necesitas a alguien en quien confiar que te de aire. Que el productor sea parte de la banda puede generar un nivel de implicación y comprensión mayor hacia las canciones.

 

Estas nuevas composiciones destilan un claro código rock acústico, pero también podemos verlas habitando ciénagas folkys, souleras e incluso jazzeras. ¿Tenías claro que este compendio sonoro era el ideal para este segundo trabajo, o han sido las canciones las que han guiado su propio camino?
Desde el principio el tipo de canciones que manejaba me obligaba a moverme por estos géneros. Siempre he tenido querencia por estos sonidos y tenía ganas de hacer un disco con ese ritmo.

 

En cuanto a la intensidad emocional, demuestras la misma entereza desentramando pasajes más crudos como ‘Viejos fantasmas’ o ‘Apocalipsis’, melancólicos como ‘Adiós’ y ‘Para Laura’ e incluso algo rebeldes y sarcásticos como ‘En tablas’ o ‘El trato’. ¿Qué prima a la hora de escribir: la sinceridad o la ocurrencia?
Me gusta pensar que la sinceridad. Que la canción me obligue a mojarme de alguna manera, que muestre lados de los que no estoy orgulloso y de los que sí. Que siempre contenga una verdad. La ocurrencia puede ser un ingrediente, pero no la base.

 

“Solo una canción te amará cada día, estés o no estés”, cantas en ‘Nunca una canción’. ¿Cuál de todas las que conforman «Tu luz danzando» podría conseguir este efecto en los receptores?
No me atrevo a elegir por vosotros, pero si consiguiera eso con alguna de las canciones del disco podría decir «misión cumplida».                           

 

¿Y en ti?
‘Para Laura’.

 

 

Artículos relacionados