Iván Ferreiro: Solo un artista de mierda

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«Es un honor, lo digo con orgullo, soy un artista de mierda pero he conseguido hacer, por lo menos, una canción buena»

En «Confesiones de un artista de mierda», Iván Ferreiro selecciona una parte de su repertorio para releerlo en nuevas versiones y en directo. Juan Puchades ha hablado con él.

 

 

Texto: JUAN PUCHADES.
Fotos: PABLO ALMANSA.

 

 

Hay quienes aseguran que Iván Ferreiro es hiperactivo. Que no puede estar mucho rato en el mismo sitio ni haciendo la misma cosa. Tal vez por ello parece que era reacio a retomar en una antología sus canciones y quizá esa sea la razón de haberlo hecho en directo, ofreciendo nuevas lecturas y en un decorado muy especial. Al otro lado del teléfono se muestra disparatado y salpica la conversación de continuos joder, hostia, mierda, puta… Iván Ferreiro, tal cual.

¿Lo del artista de mierda es una provocación, una broma o responde a como te sientes?
Es un poco todo. De entrada es una manera de reírme de mí mismo, de no tomarme muy en serio con esto de recopilar temas y toda esa mierda. De alguna forma quería quitarle hierro al asunto antes de que le llamaran «Grandes éxitos», cuando nunca hubo ningún éxito ni nada de eso. Quería acercarme con humildad: es el resumen de lo que he hecho. Soy un tío que hace canciones de pop, me estoy acercando a ellas y no quiero hacerlo con la cabeza agachada y con una sonrisa en la cara.

Pensaba que igual había un doble juego en el título, por aquello de la actual desconsideración hacia el artista en general, y al musical en particular.
Algo de eso también hay, creo que me servía para muchas cosas, porque es muy abierto y muy sugerente. En principio puede parecer una frase muy clara, pero, realmente, sirve para un montón de cosas. Hoy en día se cuestionan los derechos de autor, se cuestiona si nos merecemos cosas de las que tenemos. Por otro lado, yo soy un músico al que le ha tocado vivir su época en este periodo de crisis, vamos, que no he llegado a pagar mi casa ni a tener chófer. Digamos que si hay pintores que pintan en un estudio de puta madre y exponen en Nueva York y hay otros que pintan en su casa, pues yo soy como los que pintan en su casa, que imagino somos los pintores de mierda, los que sobrevivimos. La gente cree que la música está integrada solo por los que venden discos, pero hay un montón que ejercemos el oficio y nunca hemos llegado a hacernos ricos, y trabajamos como cualquier otra persona.

E imagino que la intención tampoco es hacerse rico, es algo que, si surge, pues bienvenido sea, ¿no?
Claro, pero a lo que me refiero es a que es un oficio, y en el escalafón de los artistas cuando nos ponen ahí, al lado de los Beatles, de Prince, de Michael Jackson, ¡pues somos unos artistas de mierda! Joder, qué le vamos a hacer, por otro lado creo que también es un honor, lo digo con orgullo, soy un artista de mierda pero he conseguido hacer, por lo menos, una canción buena.

Los discos en directo tienen algo de resumen, de fin de una etapa o de punto de inflexión. ¿Este tuyo tiene algo de eso?
Sí, tiene que ver con que necesitaba recapacitar y mirar un poco hacia atrás, tengo la sensación de haber llevado un camino hacia delante durante muchos años y nunca haberme parado a verlo, sí que lo hice con Piratas, pero no fue lo que más me satisfacía ni me apetecía en ese momento, y ahora me apetecía revisar los temas, ver cómo puedo cantar ciertas cosas que escribí con veintitantos años a los cuarenta y uno, ver en qué artista de mierda me he convertido.

¿Qué sentido le dabas a grabar como si estuvieras en una habitación?
El tema es que nosotros queríamos hacer un disco grabado en directo, no un directo. Y nos parecía una pena que no hubiera unas imágenes, pero la verdad es que no se nos ocurría muy bien qué hacer porque lo nuestro no es el audiovisual, pero tenemos la inmensa suerte de que en Nysu Films nos hacen caso y a Jesús, de Nysu Fims, le dijimos «qué se te ocurre», y él, que conoce mis canciones y conoce nuestra carrera, dijo «yo creo que una habitación de hotel en un estudio de grabación, que se note que es un plató, que se note que es un decorado y que sea una metáfora de dónde estás tú todo el rato», y rodeado con mis canciones. Era una forma de situar un rollo y que nos permitía que no fuera un coñazo para el vídeo. Estamos encantados con el trabajo de Nysu.

Antes de ver el DVD, cuando se publicaron algunas fotos, lo de la habitación parecía sugerir que este iba a ser un disco acústico, pero para nada. Habéis salido con todos los cables…
En Warner también pensaban que iba a ser acústico [risas]. ¿Sabes qué pasa? Me encanta todo lo acústico, pero muchas veces lo más acústico que suena en mis discos está saliendo de un ordenador, creo que la electricidad es indispensable para ciertas emociones, hay temas que se pueden desnudar de puta madre, pero si vamos a hacer un disco con todo, necesitábamos la maquinaria pesada, y también queríamos incluir los metales, queríamos que tuviera la energía que tiene realmente tal y como nosotros lo vivimos. Nosotros tenemos muchos conciertos acústicos, y lo acústico es un mundo hermoso. Por otro lado, para que hubiera una parte acústica, pusimos la segunda parte del DVD, con Rubén [Pereza] y tal, e hicimos un set acústico de seis o siete temas.

Esa segunda parte, más que acústica, es íntima.
Claro, son las dos partes que existen en mi gira y que existen en mi vida, una eléctrica y desbordante y otra que es en pequeñito.

Hablabas de los metales, creo que te apetecía mucho incluirlos, ¿no?
Yo soy un fan absoluto de los metales, toda mi vida he sido fan de ellos y durante toda mi carrera he tenido la mala suerte de que no he tenido oportunidad de trabajar con secciones de metal, y llegué a convertirme en un gran experto en cortar trozos de otras canciones y meterlas en las mías. Y este año, cuando llega Warner con la propuesta y llega Suso [Saiz] y me propone qué hacer, yo digo que la única condición que pongo es que quiero metales, quiero saber lo que es tocar y que unos tipos soplen como cabrones poniéndomela bien dura, y quiero tenerlos al lado, los quería cerquita.

Ahora tocas temas de Piratas, ¿eres de los que han tenido inconveniente en interpretar canciones de sus grupos anteriores?
He tenido mis propios problemas, sí. Por ejemplo, ‘Años 80’, hasta hace un año era incapaz de tocarla, no tenía ganas.

Que es un himno, casi.
Sí, pero en su día acabé hasta la polla, y de alguna manera la letra me llevaba a un sitio en el que ya no estaba, no me veía cantando esa canción, pero, tal vez, por circunstancias personales, sí siento que la canción tiene un sentido y que canto algo de mí. Eso es lo malo de las canciones, que en ocasiones haces una que habla de un estado de ánimo muy concreto, algo muy definido y es jodido cantarlo cuando no te ves ahí. Hay canciones de Piratas que me sonrojarían, y que ahora mismo las oigo y no me sonrojan, porque me veo a mí mismo y digo, «tenías veinte años», pero, sin embargo no podría cantar la letra.

¿Cuando te enfrentas a estas canciones, sientes nostalgia de aquellos días, del grupo?
La verdad es que no. Sí siento nostalgia, pero no sé cómo explicarlo, porque es un sentimiento bastante íntimo en el sentido de que se parece mucho a esa sensación que tienes cuando ves a una exnovia a la que quisiste mucho, con la que tuviste una buena relación y se acabó, entiendes por lo que se acabó y eres feliz viéndola con su novio nuevo. Es ese tipo de nostalgia, no es una nostalgia insoportable. Lo cierto es que es difícil sentir nostalgia cuando estás muy bien acompañado. La banda que me acompaña ahora es maravillosa y me cuidan de la hostia, así que estoy en un sitio muy bueno.

Vamos, que te gusta mucho tu novia actual.
¡Claro!

Por lo menos lo suficiente como para no añorar a la anterior.
Efectivamente, pero eso no significa que no pueda ir a los mismos restaurantes que iba con la anterior.

«Hay una personita que hace una canción con todo su corazón y que en el fondo está deseando que le encante a la gente»

Al ver a Xoel López y a Rubén Pereza en el DVD, he recordado el Laboratorio Ñ, ¿qué quedó de aquello, sigue la amistad entre aquel grupo de gente que os reunisteis en aquella experiencia única?
Quedan muchas cosas, queda la amistad, que es lo principal. Pereza han ido a Argentina en varias ocasiones y tienen allí un público. Xoel está en América y me ha contado que Laboratorio Ñ fue lo que le abrió los ojos para ver hacia dónde quería ir. Esos me parece que son los resultados que se buscaban con Laboratorio Ñ. Yo a nivel personal saqué mucho de Laboratorio Ñ, y creo que es un tipo de beneficio diferente al que muchas veces se espera en la música, pero son inversiones muy necesarias.

¿Cómo funcionó el regalar, hace tres años, «Mentiroso mentiroso» por internet?
Salí muy contento, de todas maneras hoy ya está pasando todo el rato. Ahora mismo estamos presentando una canción a la semana en Youtube y creo que es un norma que empezamos a entender todos. Si he de decirte la verdad, ese año las ventas de discos fueron muy bien y con los conciertos fue una de las mejores giras que hice en mi vida. Ahora estoy hablando en frío, en números, que es lo primero que nos planteamos, pero sí fue muy agradable. Lo mejor de todo fue el “feedback”, colgarlo y a la hora y media empezar a tener los mensajes de la gente comentando lo que le parecía el disco, cada canción. Mi ego, que está aquí conmigo siempre, pues se siente muy halagado, es mejor que el sexo casi.

¿En serio?
Esto está mal que lo digamos, pero hay una parte de uno, que, joder, a niveles prácticos en la vida a mí me da igual lo que piensen los demás, grabo los discos para mí mismo, todo eso que te puedo decir como artista de mierda, pero la verdad es que hay una personita debajo que hace una canción con todo su corazón y que en el fondo está deseando que le encante a la gente.

Un artista de muy largo recorrido me decía que cuando tiene un concierto multitudinario, plagado de jóvenes que cantan sus canciones, bajaría y le pegaría un polvo a cada uno de ellos…
Estoy totalmente de acuerdo. Hace poco hice un concierto con gente joven delante y alguien que lleva viniendo toda la vida se fijó porque venían chavalitos, y le dije «mira, la buena salud de mi carrera viene dada por el grado de juventud de la gente que hay abajo». La gente de mi edad sigue viniendo, pero cada vez que veo a una niña de 18 años que llega y que acaba de entrar, me llevo una alegría porque siento que mis canciones están vivas. No quiero que algo que yo haga esté vivo de cualquier manera, no, quiero que mi canción, que tiene una forma concreta, una estructura concreta, que habla de algo concreto, le llegue a una niña de 18 o a un niño de 16 o a alguien de 14, que a lo mejor no entiende la letra en su totalidad, pero entiende algo, pues habré hecho una canción de puta madre porque al chaval le emociona. Considero que es un síntoma de muy buena salud.

En directo, y eso lo recoge bien el DVD de este disco, pareces un tipo que disfruta en escena, ¿es así?
A mí es que me encanta mi trabajo, es un oficio de puta madre, tengo una suerte tremenda. A mí mismo me veo y sé de donde vengo, la casa de mis padres está en mi cabeza, mi vida, y considero que tenía muchos sueños de pequeño, que me gustaba una cosa y que la he acabado haciendo, que es totalmente distinta y mucho mejor de lo que yo creía. Además, lejos de aburrirme de tocar, de componer, cada día me lo paso mejor y me llena. Conozco otras ciudades, y es la música la que me permite conocer gente. Me parece que estaría palmando el tiempo si no disfrutara. ¡Tengo tanta suerte! Hay mucha gente que está con una raqueta delante de un espejo, jugando a hacer lo mínimo de lo que yo hago. Y tengo toda esa suerte siendo un artista de mierda, un artista que está ahí abajo. Me pones al lado de Prince y me quedo en la nada misma. Sin embargo, vivo de esto y hay gente que me para en la calle y me dice que soy de puta madre y que le encantan mis canciones y que les acompaño… ¡Hostia, macho, como para quejarse!

Estás ofreciendo conciertos en acústico, ¿vas a combinarlos con gira convencional, con el grupo?
Ahora estamos haciendo tres formatos. Tal y como están los tiempos, estamos viviendo una situación muy complicada para todo dios y todos nos hemos adaptado un poco. Y si nos llaman para un concierto grande, vamos toda la banda, y cuando hay menos dinero y es una sala para cien o doscientas personas, pues nos adaptamos. Parte de lo que nos motivó a hacer el disco también tiene que ver con eso, que las canciones a veces funcionan solas, y que la gente quiere oír un repertorio, que a veces vamos con todo pero que, de repente, estamos solos Amaro [Ferreiro] y yo con la guitarra y un pianito y conseguimos emocionar a las personas. A mí me encantaría tocar con una sección de cuerda, otra de viento, un coro de cantigueiras, un montón de samplers y dos tías que estén buenas bailando, y ojalá los tiempos me permitan hacer algún día ese show, que siempre he querido y que al final salen Papa Noel, Drácula, Spiderman… ese sería mi show perfecto. El final sería ese, con todos ellos mientras yo me desnudo y me echo leche por encima… si pudiera pensar en el espectáculo, me encantaría flipar, pero si lo que toca es un piano y yo solo, voy a darte la misma ilusión.

Oye, pues tú en una sala pequeña, sobre un piano y echándote leche por encima, también es una idea.
Sí, pero hay un problema, he descubierto que cuando estás mucho rato sentado tocando el piano te suda el culo, porque yo estaba acostumbrado a estar de pie, con el culo aireado y mirando a la gente a la cara y cuando llega el piano me doy cuenta que veo mi reflejo, el de mi puto careto, yo que no soy muy amigo de los espejos, y cuando me levanto siento que sudé mucho y que tengo miedo de darme la vuelta al público por si tengo el culo mojado.

¿Estás de coña?
[Risas, seguidas de un largo silencio.] No, lo digo en serio… y en coña, las dos cosas [más risas].

Esto es un final glorioso para una entrevista: Iván Ferreiro hablando de la transpiración de su culo.
¡Ponlo con elegancia! ¿Vale?

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