Hombres G: El triunfo de la naturalidad

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“¿Que puede haber gente a la que no le gusten nada los Hombres G? Lo entiendo perfectamente, a mi también hay artistas que no me gustan una mierda, pero tengo más sensación de que la gente nos tiene un cariño enorme, que incluso a los que no son fans no les caemos mal”

 

Coincidiendo con la reedición de su primer disco, “Hombres G”, entrevistamos a la banda madrileña treinta años después de aquel lanzamiento y solo unas semanas antes de embarcarse en la gira “30 años y 1 día”.

 

Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ Y ARANCHA MORENO.

 

 

Tardaron solo nueve noches en grabar su primer disco, pero probablemente fueron de las mejores de su vida. Entonces eran cuatro chavales, con muchas ganas y muy poco que perder, y con canciones que empezaban a gustar entre los amigos. Producido por Paco Martín para Twins, su debut discográfico se llamó como ellos, “Hombres G”, y fue el punto de partida para una carrera que se ha prolongado –a pesar del parón de más de una década– hasta nuestros días. Justo cuando se cumplen 30 años de la salida de aquel disco, David Summers, Dani Mezquita, Rafa Gutiérrez y Javi Molina se reunieron para soplar las velas en su bar de siempre, el Rowland, en una pequeña fiesta en la que agradecieron a los periodistas y amigos su apoyo durante este tiempo. Horas después, el grupo madrileño recibe a Efe Eme en una de las salas de la discográfica Warner, sello que relanza su primer disco en vinilo y cedé, junto a un documental con grabaciones inéditas en el que cuentan los vericuetos que rodearon aquella grabación del disco que les cambió la vida. Delante de la grabadora se transportan a marzo de 1985, a esas nueve noches en las que inmortalizaron el disco que tienen ahora mismo sobre la mesa en formato vinilo (el de ‘Venezia’, el de ‘Marta tiene un marcapasos’), que miran de reojo sin perder la sonrisa.

 

Acabáis de reeditar el elepé con el que debutásteis en 1985, junto a un documental en el que David dice que Hombres G “sólo tiene canciones”. ¿No hay nada más?

David: No, no es que sólo tengamos canciones, me refiero es que nuestro gran patrimonio es nuestro repertorio, nuestra música. Como el de cualquier grupo bueno, su música y su repertorio es lo más importante. Lo que pasa es que no sólo es eso, hay otros factores: nuestra manera de tocar, el sello en la ejecución de esas canciones, nuestro estilo personal, ese compendio hace que le gustes al público o no. Pero desde luego el gran patrimonio de un artista es su repertorio.

 

En esa afirmación del documental rechazabas que existiese un marketing detrás.

David: Claro, nosotros nunca hemos trabajado eso. Nunca hemos tenido una estrategia de imagen, nos hemos mostrado siempre tal como somos, no nos hemos comido mucho la cabeza a la hora de vestirnos o de presentarnos al público de una manera que no fuera como somos de verdad. No hemos tenido nunca equipos de gente pensando en que esto pudiera ser mejor. Estábamos los cuatro, hacíamos nuestras canciones, grabábamos nuestros discos y todo salía porque sí. Así ha sido siempre.

 

El primer elepé incluyó dos versiones, una de Alice Cooper que dio lugar al ‘No lloraré’, y otra de Richard Sanderson que llamasteis ‘Sin ti’. ¿Con qué otras influencias llegásteis a la grabación de aquel trabajo?

Rafa: Con las influencias más extrañas. En el primer disco las influencias eran toda la música que escuchábamos desde pequeños, desde el rock de los 70 hasta los Beatles, pero justo en esa época enganchamos con la explosión del punk. En ese momento nuestras influencias eran los Sex Pistols, los Clash, Police…

David: Nunca volvimos a meter versiones en nuestros discos, esas dos fueron porque eran dos canciones que escuchábamos en nuestros guateques: el ‘I never cry’ de Alice Cooper y el ‘Reality’. Y en los guateques siempre sonaban esas canciones.

Rafa: Bajábamos la luz de la habitación y… (risas)

Dani: No teníamos ninguna balada, además. La pusimos para cerrar el disco (ríe).

 

Era un disco muy impregnado por el humor.

David: Sí, el sentido del humor no nos ha abandonado nunca. En esa época sobre todo era sentido del humor. No había casi canciones románticas, en este disco metimos ‘No te puedo besar’, pero justo antes de eso éramos muy punkis, muy irreverentes.

 

Al escucharlo ahora, da la impresión de que suena muy fresco. En aquella grabación no hubo preproducción, y –según reconocéis ahora– los tonos estaban forzados.

David: No había experiencia, nadie sabía nada. Yo había escrito una canción en ese tono porque me venía bien, porque era de los pocos acordes que me sabía. Tenía que cantar en falsete porque no llegaba, y no había un productor que dijera: oye, vamos a bajar el tono y buscar un tono mejor para ti. Había una inexperiencia global, nuestra y de los que trabajaban con nosotros. En ese momento todos empezábamos, todos queríamos hacer pero no sabíamos.

 

¿Cuántos días duró la grabación?

Dani: Nueve días, grabado y mezclado. Bueno, nueve noches, empezábamos a las ocho de la tarde, el turno de noche es más barato (ríen). La primera semana grabamos casi todo, de lunes a viernes, y la siguiente semana teníamos que terminarlo, íbamos un poco asfixiados.

 

El primer single que se extrajo fue ‘Venezia’, ya lo habíais grabado antes en un EP, y no pasó nada. ¿Por qué lo sacáis finalmente?

David: Sí había pasado, habíamos grabado un single con ‘Venezia’ y ‘Milagro en el Congo’, y aunque lo grabamos todo en el mismo día, a los pocos meses sacamos ‘Marta tiene un marcapasos’ y ‘La cagaste Burt Lancaster’ y fue un éxito local, vendimos todos nuestros singles y flipamos. De hecho, decidimos regrabar esas dos canciones, ‘Marta tiene un marcapasos’ y ‘Venezia’, porque sabíamos que a la gente le gustaba un huevo.

Javi: Fue primero ‘Sufre mamón’, y luego ‘Venezia’, y fue la confirmación.

 

Le preguntamos ayer a vuestro productor, Paco Martín, y él recordaba que el primer single fue ‘Venezia’.

David: Primero fue ‘Sufre mamón’, no fue número uno en la radio, pero ‘Venezia’ sí, fue el estacazo bestial.

 

En la reedición del disco no habéis regrabado las canciones. ¿Queríais mantenerlas tal cual las concebisteis en su día, sin cambios?

David: No se pueden tocar ya, cambiarlas sería un crimen, eso es así, así fue y así va a ser siempre. Aunque volviéramos a grabar ‘Sufre mamón’ en un estudio no sería igual, eso tiene una magia, un sonido de ese momento, y ahí está, grabado para siempre en una cinta. Si haces el solo distinto sería otra canción, habría gente que se cabrearía muchísimo.

 

Aquel disco fue fruto de la ingenuidad, porque según confesáis en el documental creíais que lo estábais grabando para vosotros solos.

Dani: Sí, pero está muy bien esa ingenuidad. Ahora que hemos escuchado el master hay cosas muy buenas, está muy bien tocado, suena muy bien, el piano, las guitarras. Esa ingenuidad tampoco era tan mala, lo escuchas y está muy bien grabado.

Rafa: Lo grababas para llevarlo a casa y enseñarlo a los amigos.

David: Lo hacíamos lo mejor que podíamos (ríe).

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Vuestro estreno podía enmarcarse en la línea de grupos como Los Nikis, ecos de Ejecutivos Agresivos, o quizá la vena más pop de Siniestro Total, pero con el tiempo el público os sitúa al lado de Los Secretos o de Duncan Dhu. ¿Cómo vivís esta evolución desde dentro?

David: Nosotros tenemos mucho que ver con Los Secretos, Siniestro Total, Los Nikis… Tenemos más o menos la misma premisa: hacer canciones bonitas, sencillas, que a la gente le gusten y se lo pasen bien. En ese sentido estamos relacionados, pero siempre hemos huido de ser etiquetados, siempre hemos querido que Hombres G sean diferentes a todo, aunque una cosa es lo que quieres conseguir y otra lo que te sale. Nosotros somos de otra manera, hacemos nuestra música, dirigimos nuestro camino y hacemos la carrera por nuestra cuenta, pero tenemos mucho que ver con esos grupos en el sentido de que todos hacemos canciones, intentamos hacer melodías y letras cachondas, estamos muy hermanados.

 

Precisamente, esa actitud divertida y sincera, de mostrarse sin pudor, es la que ha conectado con la gente.

David: Todos los artistas hemos decidido que nuestra vida sea puro exhibicionismo, porque lo que haces es para que la gente te vea. Cuando has tomado esa decisión, es un poco absurdo no querer mostrarte, no querer desnudar tus emociones. Si tienes las ganas de exhibirte en un escenario y no quieres decir a la gente quien eres tienes un conflicto de personalidad. Nosotros siempre nos hemos mostrado como somos, nuestras canciones hablan de cómo somos, de nuestros amigos, de nuestro entorno más cercano.

Javi: La actitud influye a la hora de que alguien se enganche a un grupo, no voy a decir carisma porque suena muy fuerte, pero sí actitud, lo que transmites grabando, actuando en vivo, incluso a la hora de hacer el gilipollas delante de una cámara.

 

Desde el principio queréis poner vuestro acento y se levanta un fenómeno fan descomunal que quizá os sitúa en sitios que ni siquiera os planteábais. Y hay mucha crítica por el éxito…

David (interrumpe): ¿Cómo se puede criticar el éxito? Lo veo absurdo…

 

Se criticaba desde fuera, por ejemplo Pabellón psiquiátrico subrayó esa crítica en una canción, ‘G de Gilipollas’. ¿Llegásteis a hablar con ellos sobre ese tema, o llegaron a pediros disculpas?

Rafa: No, creo que eso es un acto infantil de envidia, probablemente a él también le hubiera gustado tener nuestro éxito, si no no hubiera hecho un grupo. Se habló de él hablando mal de nosotros.

Dani: No quiero pensar cuales fueron sus motivos, a lo mejor ni tiene envidia, es perder el tiempo. No le dimos más de veinte minutos al tema, ya está olvidado. Aquí cuando tenías éxito y muchas chicas en los conciertos se criticaba, hay otros países que al revés, están orgullosos de tener artistas que crean esas emociones. Pero de eso hace muchos años.

 

¿Cómo habéis vivido esos prejuicios contra vosotros?

David: Te digo la verdad, de corazón: no leo jamás las críticas, nunca en la vida. Ni siquiera he visto todavía el DVD del disco. No tengo esa ansiedad de ver qué dicen de mí, de nosotros. No sé si nos criticaban, probablemente pero nunca lo vi, por eso no me hizo mucho daño. Tampoco leo las críticas buenas, no sé, no me da por leerlo. He vivido siempre ajeno a esas cosas y tengo la sensación de que somos mucho más queridos que otra cosa. ¿Que puede haber gente a la que no le gusten nada los Hombres G? Lo entiendo perfectamente, a mi también hay artistas que no me gustan una mierda, pero tengo más sensación de que la gente nos tiene un cariño enorme, que incluso a los que no son fans no les caemos mal. Tengo más sensación de afecto del público, nos sentimos muy agradecidos por lo que nos han dado en estos treinta años. ¿Que un crítico nos ha puesto a parir? Pues mira… mejor para él.

 

La prueba es que estáis aquí, celebrando los 30.

Rafa: Ahí está.

David: Además, lo decía mi padre siempre, ser crítico es muy fácil: coge tu caquita y dice que huele mal. Lo difícil es sentarse y que te salga algo, eso es lo jodido. Podría ser mejor, y tú también podrías ser muy guapo.

 

Hablando de tu padre, David, la actriz Ana Millán cuenta en el documental que acompaña al disco que se encontró con él una vez, y le dijo que le gustabas mucho. Y Manuel Summers le contestó: “¡Con lo mal que canta!

David (ríe): Sí, a mi padre le gustaba mucho el flamenco, aunque se sentía muy orgulloso de nosotros el rock y el pop nunca fue… Él escuchaba flamenco y música clásica. Estoy seguro de que estaba muy orgulloso no sólo de mí, sino de nosotros.

 

Sin embargo, en aquellos comienzos todos tuvisteis que pelear en casa, porque vuestros padres no comulgaban mucho con la idea de que dedicaseis tanto tiempo a la música.

Javi: Estábamos estudiando en la Facultad, empezando, y se te pone el niño a tocar la batería o la guitarra y que se va a tocar a un garito, y hace pellas… Nosotros no estábamos en el parque fumando porros, nos íbamos toda la mañana y la tarde a ensayar, alquilábamos un local de pena con quinientas goteras y estábamos todo el día ahí. Pero tu padre se preocupa, lógicamente: te estoy pagando la Universidad para que te vayas a tocar el tambor.

David: Yo también castigo a mi hija, que ha suspendido seis en la última evaluación, la cabrona, y la castigo sin ir a clase de canto. Luego pienso que no debería castigarla con eso, pero como sé que es lo que más le gusta del mundo, es lo único con lo que la puedo castigar. Mi padre hacía lo mismo, me decía que como no aprobase se me acababan los ensayitos, incluso me confiscaba los instrumentos.

 

Desde “Hombres G” en el 85 hasta la publicación de “Historias del bikini”, último de vuestra primera etapa, y tras regresar en el 2002, habéis tenido muy buenos productores, como Ollie Halsall. Son muchos los músicos con los que habéis trabajado en todo ese tiempo. ¿Con qué músicos os habéis sentido más a gusto?

Rafa: Ha pasado por ahí Antonio Vega, fue la hostia.

Dani: Para mí lo mejor fue cuando grabamos en el Estudio 2 de Abbey Road, donde han grabado los Beatles. Fui con 15 años, lo abrían como museo, te sentaban en una silla y te ponían tomas falsas de las grabaciones de los Beatles. Recuerdo haber llevado los master, estuvimos trabajando allí, llegaron todos los músicos y se sentaron y empezaron a tocar, creo que fue ‘Dulce belén’, o ‘La primavera’. Se me puso la carne de gallina. Para mí fue la grabación más emotiva.

David: Esos días nos sentíamos muy identificados con los Beatles, por la historia paralela que nos ocurría un poco. Jugábamos a que éramos los Beatles, nos hacía mucha ilusión trabajar en Abbey Road, en sus mismos ambientes. Me acuerdo que salieron los discos de los Beatles en CD aquellos días.

Javi: A mí los estudios nunca me han gustado mucho, me gustan más las actuaciones en directo. En Abbey Road, más que por el mito en sí, fue trabajar con esos músicos, que habían trabajado con los Rolling, los Beatles, los Led Zeppelin… y tocaron con nosotros. Y era precioso porque cuando tocaban un tema, subían corriendo al control a escuchar cada toma, y nos pedían que les contásemos de qué hablaban las letras, querían saberlo. Tenían mucha pasión, ahí se aprende mucho. Es un momento mágico.

 

Todos los que os conocen bien destacan vuestro buen carácter y la buena relación que tenéis como banda. ¿El ego es el peor monstruo de un artista?

Rafa: El ego es malo para todo el mundo. No ver las cosas desde la perspectiva real, no eres nadie sin los demás, y menos en un grupo.

Dani: Muchos grupos han desaparecido por el ego, por no saber cuál es tu papel, o querer ocupar el papel de otro. Nosotros no.

David: Eso te pasa en el momento en el que crees que ya has conseguido todo y a vivir del rollo. Nosotros nunca tenemos esa sensación, siempre estamos como aprendiendo, intentando hacer algo diferente, rizar el rizo. En tantos años ya es difícil hacer algo que nos motive, que nos sorprenda, y siempre estamos buscando eso. Queremos hacer cosas que nos hagan ilusión, si vamos a hacer esto como el que va a la oficina, será el final.

 

Cuando os separasteis la primera vez, David siguió en solitario, pero todos seguisteis vinculados a la música de maneras distintas.

Rafa: Yo estuve trabajando en compañías y tenía un grupo también.

Dani: Yo seguí aquí, en Warner, once años.

Javi: Mi mayor relación con la música fue que tenía abierto el Pop and Roll, un bar de copas que tengo hace 25 años, allí hicimos muchas actuaciones, estuve dos años tocando casi todas las semanas en la Pop and Roll Band. No estaba en el mundo de la música, con manager o medios, estaba más desconectado, pero he seguido estando rodeado de música, tocándola, pinchándola y escuchándola todas las horas del día.

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El disco “Hombres G” marcó un antes y un después en vuestras vidas. ¿Hay otro disco u otro momento con la misma importancia que éste?

David: El disco de “Peligrosamente juntos”. Cuando volvimos fue un momento clave que nos ha permitido estar otros trece años tocando. Si hubiésemos vuelto con una canción flojita, o hubiéramos decepcionado a nuestro público, quizá esto no se hubiera producido. Pero ‘Lo noto’ y ‘No te escaparás’ tuvieron un exitazo enorme y nos permitieron trabajar con más regularidad.

 

El próximo 26 de mayo lanzáis una Box Set con grandes éxitos de vuestra trayectoria, cuatro temas nuevos, maquetas, rarezas, actuaciones inéditas… En este tiempo habéis trabajado con muchos músicos, con Santi Millán haciendo la canción de ‘Divina’, David con Costas haciendo ‘Assumpta’, también con Mojinos Escozíos y Edurne en ‘Qué bueno que estoy’, habéis grabado ‘Pienso en aquella tarde’ con Pereza, ‘Por qué no ser amigos’ con El Canto del Loco…

David: Eso es porque te llama uno para cantar y los demás dicen: “Ah, ¡este se presta!”, y te llaman todos. He cantado con casi todos los compañeros que me han llamado: con La Guardia, con La Musicalité, con Albert Hammond… Encantado, si la canción me gusta. Cuando Miguel Costas me llamó para cantar ‘Assumpta’ casi le doy un beso en la boca. ¡Me encanta la canción! A mí me encanta Siniestro Total, creo que son buenísimos, me pareció un honor participar en el disco de Miguel, es un genio, un letrista tremendo.

 

A su vez, os ha rendido tributo gente tan dispar como La Cabra Mecánica, Piratas, Javier Álvarez… Cuando escucháis el disco homenaje, ¿qué sentís, en la parte emocional?

David: El disco tributo me encanta. Los discos de tributo pueden ser buenos o malos, las versiones pueden ser más afortunadas o menos, pero en este caso todos los artistas lo hicieron con un rollo muy especial, no se limitaron a cantar la canción, quisieron hacer una versión personal, se comieron el coco. Y no sólo el español, en América se hizo un disco tributo extraordinario, con artistas de México, Colombia, Venezuela, todos de Sudamérica y Estados Unidos, y me parecieron buenísimas, me encantan.

 

El próximo trabajo tiene varias canciones nuevas, pero habéis publicado poco material desde ‘En la playa’. ¿Ahora componéis menos que antes?

David: Van a salir cuatro nuevas: ‘Esperando un milagro’, que ya la hemos sacado en internet, ahora está sonando ‘Depende de ti’ en la radio, saldrá ‘Un millón de años más’… No es que compongamos menos, es que no queremos grabar diez canciones de golpe para meterlas en un disco del que se van a extraer dos singles, preferimos dosificarlos. Tenemos un montón de canciones nuevas, pero no queremos grabarlas todas de golpe.

Rafa: Hacemos singles.

 

Entre las últimas hornadas, ¿qué grupos os interesan del panorama latinoamericano y español?

Rafa: Yo sólo escucho grupos desconocidos, como Pantones y Kitai, son súper graciosos. Está saliendo gente nueva, muy buena.

Dani: Yo hace años que no escucho nada bueno o que me llame la atención.

David: El disco de Leiva está bien y el de Dani (Martín) también está muy bien, pero no son artistas nuevos, están consolidados. He oído un par de canciones nuevas de Maná y me gustan más que otras cosas que han hecho antes. Pero no son nuevos.

Javi: Por supuesto, Pedo sangriento (ríen).

Rafa: No han grabado, pero son la hostia. Esos eran nombres que barajábamos antes de Hombres G, qué cabrón.

“Eran nombres que nos decía mi padre para nuestro grupo”, aclara Javi mientras la banda se levanta de los sillones y se despide rumbo a la próxima sesión de fotos. Una broma privada que acaba formando parte de la esfera pública, como han sabido hacer siempre. En unas semanas, seguirán haciéndolo en la carretera, en la gira “30 años y un día”, que arrancará el 12 de junio en la Plaza de Toros de Murcia y pasará por Las Ventas el 26 de junio, en un total de treinta conciertos (quince en España, quince en México) con el que seguirán celebrando, más que su éxito, sus canciones.

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