From Elvis in Memphis. La última gran evasión de Elvis, de Eduardo Izquierdo

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LIBROS

«Tiene esa magia de los libros de música con discos que te gustan, una magia en la que tú lees y parece que te lo esté contando un amigo»

 

Eduardo Izquierdo
From Elvis in Memphis. La última gran evasión de Elvis
EFE EME, 2025

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

La Colección Elepé de la editorial Efe Eme sigue un ritmo de publicaciones periódico, poniendo en el mercado volúmenes en los que discos emblemáticos, llenos de buen hacer, pasión y hálitos míticos son desgranados hasta el mínimo detalle. En esta ocasión, Eduardo Izquierdo encara From Elvis in Memphis, el disco que devolvió a El Rey a primera fila, poco antes de que volara a otra primera fila, la de los escenarios de Las Vegas. Se trata de un disco lleno de soberbias canciones y más soberbias interpretaciones que dejan a los compañeros que grabaron esos mismos temas a la altura del betún, incluyendo entre ellos a Frank Sinatra. Es, por otra parte, el disco cronológicamente más antiguo de los dieciséis con los que cuenta la serie.

Serie que marca porque sus libros poseen una estructura muy regulada, a la que este se ajusta. En principio, una introducción que da cuenta de la necesidad del volumen; en este caso, un artículo en la revista Ruta 66 donde catalogaba todos los discos de Elvis en orden cualitativo. Tras ello, acude a la figura del protagonista, con un pequeño glosario de los nombres que van a ir apareciendo en el muy concreto periodo de grabación del disco. Básicamente su mánager, el Coronel Parker, Felton Jarvis y Chips Moman —los productores—y la Mafia de Memphis.

La revisión de la carrera de Elvis tampoco es que sea muy completa, ni falta que hace, un aficionado medio ya conoce a grandes rasgos toda la historia. Ilumina, eso sí, sus visitas de muy jovencito a la calle Beale y a la comunidad negra de Nashville y, sobre todo el Comeback Special, su regreso a televisión, a los conciertos y al éxito.

Desde luego, gran parte del cuerpo del relato se dedica al disco en sí. A sus antecedentes, a los contratos en Las Vegas, a la grabación en un estudio no habitual para él —los American Sound Studio— y a la búsqueda de los compositores. Se trata de un Elvis exultante que, por primera vez, parece que va a manejar su carrera. La personalidad del productor, Chips Moman, ayudó a ello, puesto que lo primero que hizo fue expulsar del estudio a la mafia que rodeaba al cantante y lo siguiente cortar relaciones con el mánager. Así que Elvis se encontró solo y, todo hace deducir esto, fue feliz.

Pasó acatarrado los primeros días de la serie de sesiones inicial, pero ello no impidió que las interpretaciones llegasen a un culmen emocional al que nunca había accedido. Cada tema —el mayor porcentaje, sobre los desgastes sentimentales— se analiza de manera exhaustiva y brillantísima. Ahí están “Only the strong survive”, canción de Jerry Butler, que ya estaba vendiendo un millón de copias en ese momento. También “Long black limousine”, la primera que grabó, y la más lúgubre, “I’m movin’on”, con su crescendo final, o “Power of my love”, la más cercana al blues. Y así, recorre todo el disco con anécdotas sobre el Dúo Dinámico, sobre intentos de robo de las cintas por parte del productor o sobre canciones que entran en el disco por culpa de un error.

Pero, sobre todo, se extiende en algún tema como “In the ghetto”, la que ha pasado a la memoria popular, el número uno que desbancó a los Beatles con el “Get back”. Y se lo merece, es la cima del disco. Recuerdo que en, el 79, cuando toda la new wave que me embelesaba estaba en marcha, era una de mis canciones preferidas, un tema de hacía diez años que ya no tenía aparentemente nada que ver con lo que estaba ocurriendo. Eso es lo que se llama clásico. Recaba, para explicarla, las palabras de su compositor, la manera de acceder a ella por parte de Elvis y, por supuesto, la interpretación.

El siguiente capítulo es el de los descartes, y ahí también se explaya con dos grabaciones que quedaron fuera —de las seis que aparecieron en la reedición del álbum de 2006—: “Suspicious minds” y “Kentucky rain”, sobre todo a la primera. Atiende a su gestación, al resultado comercial y a los quinientos millones de escuchas en redes.

Deslizándose hacia el final, la obra aborda muy brevemente las circunstancias posteriores de Elvis que tienen que ver con el álbum, la estancia definitiva en Las Vegas —donde apenas interpreta canciones de From Elvis in Memphis— y su etapa de maravillosa decadencia.

Los anexos también cuentan con material jugoso. De principio, unas cuantas citas de reportajes o libros sobre el disco, las ediciones y reediciones, la remasterización del año 2000 y las grabaciones, las tomas y las rarezas que se han rescatado. Concluye el texto con unos créditos completísimos de cada canción.

El libro es magnífico, para leer de una tacada por varias razones. Primero, porque el tema ya es atrayente de por sí. En segundo lugar, por el estilo coloquial y cercano. En tercero, por el gran dominio del asunto por parte de Izquierdo, que sabe perfectamente de lo que está hablando y conoce como hacerlo. Tiene esa magia de los libros de música con discos que te gustan, una magia en la que tú lees y parece que te lo esté contando un amigo.

Anterior crítica de libros: Hasta aquí todo va bien, de Estela Sanchis.

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