Fotopress: Carlos Marcos

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«El ‘Matrícula de honor’ de Tequila se lo presté a un amiguete, lo dejó en el coche en pleno verano y se dobló el vinilo. Estuve un mes sin hablarle. Todavía conservo ese vinilo»

Carlos Marcos comenzó de becario en la sección de deportes del diario «El País», para pasar, ya como crítico musical y redactor jefe, a la «Guía del Ocio». También ha sido redactor jefe de la edición española de «Rolling Stone», donde ahora ejerce labores de responsable de la web (rollingstone.es). Nunca ha dejado de colaborar en «El País», donde realiza tanto reportajes como críticas de discos y de conciertos.


Fecha y lugar de nacimiento.
El 7 de agosto de 1965. Y nací en Madrid, por eso soy del Atleti.

¿Qué música sonaba en tu casa cuando eras niño?
Mis padres no eran nada musiqueros, aunque recuerdo la sintonía de «La saga de los Porretas», la radionovela a la que estaba enganchada mi madre, y yo. Mis hermanas mayores se compraban discos sin mucho criterio. Yo le llegué a pillar el punto a algunos: Camilo Sesto, Jackson Browne (‘Stay’) y el orondo cantante este de country-pop que ahora no me sale el nombre… Ah, ya lo recuerdo: Kenny Rodgers.

¿Cuál fue el primer disco que compraste?
Fueron dos: “Matrícula de honor”, de Tequila, y “Fiebre de vivir”, de Moris. El de Tequila se lo presté a un amiguete, lo dejó en el coche en pleno verano y se dobló el vinilo. Estuve un mes sin hablarle. Todavía conservo ese vinilo.

¿Y el último?
Una recopilación de Chuck Berry.

Selecciona tres discos internacionales esenciales de tu colección.

“Ragged glory”, de Neil Young; “Songs from Northern Britain”, de Teenage Fanclub; y “Tattoo you”, de los Rolling Stones. Probablemente no están en mi lista de los mejores de la historia (ni siguiera entre los mejores de estos grupos), pero por razones emocionales son los que más escucho.

Selecciona tres discos nacionales esenciales de esa misma colección.
“Agila”, de Extremoduro; “Échate un cantecito”, de Kiko Veneno; y “Barriobajero”, de (sí, qué pasa) Ramoncín.

Un disco doble al que no le sobra nada.
Creo que no existe. Ni siquiera al Blanco, de los Beatles.

Un grupo o cantante a quien rescatarías del olvido.
Lone Star. Todavía los escuchas y te preguntas cómo podían hacer esa música.

¿Cuál fue el primer concierto al que asististe?
Tequila, una matinal de El Parque de Atracciones de Madrid.

¿Y el mejor concierto que has visto?
Complicado. De los últimos, Coldplay hace un par de años en el Palacio de los Deportes de Madrid. Y de los míticos, me quedo con el que dio Neil Young en A Coruña en un megafestival con un montón de leyendas. Por cierto, sin Crazy Horse.

Elige y razona tu elección:

Serrat/Aute.
Serrat, pero porque a Aute le he escuchado poco. Le hincaré el diente en breve. Mejor tarde…

Sabina/Calamaro.
Uf. Venga, Sabina. Lo de siempre: las letras.

Nacha Pop/Los Planetas.
Más uf. Me lanzo al barro: Los Planetas. Es que en el 92 andaba yo escribiendo mis primeras críticas.

Nacho Vegas/Quique González.
Quique González, sin dudarlo. Vegas me parece sobrevalorado.

La Mala/La Bien Querida.
Antes La Mala, ahora La Bien Querida en disco (en directo debe mejorar mucho).

Jacques Brel/Serge Gainsbourg.
Serge. Con lo feo que era y lo que ligaba…

Frank Sinatra/Elvis Presley.
Prefiero a Little Richard antes que a Elvis. Así que me quedo con Frank, que es insuperable en lo suyo.

Marvin Gaye/Bruce Springsteen.
Cuanto más mayor me hago, más me voy yendo a Marvin.

Tom Waits/Lou Reed.
El problema con Lou Reed es que lleva muchos años siendo un pesado. Así que Tom Waits.

Michael Jackson/Prince.
Michael, por los Jackson 5.

The Rolling Stones/The Velvet Underground.
Los Stones, porque los puedo escuchar siempre. La Velvet entran mejor en periodos turbulentos, y eso, afortunadamente, no es tan frecuente.

Bob Dylan/John Lennon.
Dylan es un capullo que siempre te sorprende.

Neil Young/Elvis Costello.
Costello me encanta, pero es que Neil Young es el mejor.

Youssou N’Dour/Fela Kuti.
Fela, por lo que consiguió socialmente con su música.

¿Por qué decidiste dedicarte a la crítica musical?
Prefiero pensar que soy un periodista que cuenta historias relacionadas con la música. No me gusta mucho hacer crítica musical, aunque la hago.

¿Quién fue tu maestro periodístico?
Juan Antonio Carbajo y Luis Martínez, dos tipos con pocos conocimientos musicales, pero sabios en periodismo.

Un equipo de fútbol.
El Atlético de Madrid, siempre, y sobre todo en las malas.

Un político.
Por citar a uno actual, me impresiona la cabezonería utópica de Llamazares

Una ciudad para vivir.
Sólo he vivido, de forma continuada, en Madrid. Así que es lo que hay.

El disco que detestas y que despierta alabanzas entre tus compañeros.
Me parecen ofensivos los que se saben los títulos del disco de descartes de Sufjan Stevens y no conocen a Radio Futura.

¿Vinilo, CD o mp3?
El vinilo para recordar de dónde vengo, el CD porque tengo una amplia colección y será el legado que le deje a mi hija, y el mp3 para trabajar.

La película que nunca te cansas de volver a ver.
“Dos hombres y un destino”. No es la mejor, pero me siento bien cuando la veo.

El libro que nunca te cansas de releer.
No releo libros. Poco tiempo, mucho que leer.

Una serie de televisión.
De las antiguas, “Canción triste de Hill Street” (qué grande), y de las de ahora estoy enganchado a “Breaking bad”.

Si estuviera en tus manos elegir la música que suena en los supermercados, ¿qué discos seleccionarías?
Siempre al servicio de los clientes: Lady Gaga, Shakira, El Canto del Loco…


Anterior entrega de Fotopress: Diego A. Manrique.

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