EL RITMO DE LA SEMANA
«La pasión por la música y la lectura va a ser, sin duda, la mejor de nuestras herencias»
Con la tendencia social que asoma estos últimos años en las ferias del libro como telón de fondo, Sara Morales aborda hoy, en su columna de los lunes, los conciertos más sonados de esta semana y un disco unificador que verá la luz en verano.
Una sección de SARA MORALES.
Foto: ALBERTO SÁNCHEZ.
Los Guns N’ Roses desembarcan hoy en Barcelona; así, para arrancar la semana. Igual que Morrissey lo hará el jueves en Madrid, para continuarla. Dos citas únicas por estas lindes que compensan el desplante de los Who, no solo a España, sino a toda Europa, con esa gira de despedida que comenzará en agosto en Florida y concluirá en septiembre en Nevada. Quién sabe, quizá se líen a ampliar fechas tras su resacón en Las Vegas. Esperemos a ver, que el verano se avecina inquieto.
Inquieto e ilusionante, porque la gran banda de celtic punk de las últimas décadas, los Dropkick Murphys, ha fechado la publicación de su nuevo disco para el 4 de julio. Sí, señor, en plena celebración de la independencia de los Estados Unidos; es lo que tiene ser irlandés asentado en Boston, es lo que tiene ser disidente. Un álbum que se llamará For the people, con toda la intención a cuestas, en esa insistencia histórica del grupo por el llamamiento a la unidad y por la denuncia de la división social impulsada por el poder, por los de arriba. «Siempre hemos tenido el mismo mensaje: no tener miedo de hablar de lo que es importante. Hoy pienso más que nunca en el futuro de mis hijos y en la próxima generación», comenta Ken Casey, vocalista y bajista de los Dropkick, desde el comunicado lanzado con motivo de este nuevo álbum.
Una preocupación por el porvenir de los que hoy son niños y adolescentes, jóvenes todavía, que inhala esperanza, una vez más, gracias a la cultura. Y ocurre a través de esas pequeñas (aunque enormes) tradiciones y cotidianidades que los de abajo intentamos mantener y perpetuar en el tiempo, con la transmisión de valores y rutinas sobre nuestros pequeños. Se está viendo estos días en las diferentes ferias del libro que dibujan nuestra geografía, con una presencia cada vez mayor de chavalería interesada, de niños que acompañan a sus padres en un apetecible plan familiar y también con la proliferación de casetas dedicadas a la literatura infantil y juvenil. Cada año más y cada año mejor. Ese es el camino.
Como también lo es seguir inculcándoles el buen oído, y el buen paladar musical, a pesar de los tiempos sonoros que les está tocando vivir. Incluso hacerles partícipes de los conciertos y de la música en directo, en citas que, por supuesto, se presten a ello. Las salas y los festivales, aunque enarbolados en su particular juego de tronos estival, ahí lo están haciendo bien y andan poniéndolo cada vez más fácil.
La pasión por la música y la lectura va a ser, sin duda, la mejor de nuestras herencias. «Es bueno que lo niños lean, pero tiene que ser ordenadamente: de los 5 a los 7 años, literatura infantil especializada (los libros del Hematocrítico, por ejemplo); a partir de los 7, clásicos (El lazarillo de Tormes, Moby Dick, Asterix el galo…); y a partir de los 9 ya pueden empezar con el Marqués de Sade, William Borroughs y los surrealistas. ¡Ya tendrán toda su vida adulta para leer tonterías!», me decía ayer Julián Hernández, alma máter de Siniestro Total, mientras cerrábamos el chiringuito 67, tras dos horas de cervezas firmando ejemplares de ¿Cuándo se come aquí? El gran golpe de Siniestro Total. «A pesar de los pesares, el mundo de hoy es mejor que el mundo de ayer. Si alguien duda, que pasee por El Retiro, por la Feria del Libro llena de niños. No se me ocurre mejor vacuna contra el desánimo», comentaba Julio Valdeón, tras hacer lo propio con su Autorruta del sur, unas casetas más allá.
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