“Eli Paperboy Reed meets High & Mighty Brass Band”, de Eli Paperboy Reed

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DISCOS

“Algunos lo considerarán un simple disco de versiones, pero conociendo los antecedentes, la recuperación va por el buen camino”

 

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Eli Paperboy Reed
“Meets high & mighty brass band”
YEP ROC RECORDS

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

Como un auténtico regimiento de infantería. Así apareció el torbellino Eli Paperboy Reed en 2008 con su “Roll with you”. Y además haciendo rehenes. Temas como ‘Stake your claim’, ‘(Doin’) The boom boom’ o ‘The satisfier’ lo convirtieron en la gran realidad del soul y el blues del nuevo siglo. Pronto, nombres como los de Eddie Hinton, Sean Costello o Nick Curran se asociaron al suyo, quizá con demasiada rapidez. Aquel tipo mofletudo al que todos apodaban “chico del periódico” por la forma en que se calaba una gorra que había pertenecido a su abuelo confirmaba en directo lo que apuntaba aquel disco.

No era su debut, algo que pocos sabían. “Walkin’ and talin’ and other smash hits!” había parecido dos años antes —por supuesto, se iba a redistribuir aprovechando el tirón— con bastante más pena que gloria. Pero poco importaba. El disco era magnífico, se mirara como se mirara. El revivalismo soul tenía en él su máxima expresión y aquellas once canciones lo habían convertido en una auténtica estrella. El problema fue su fugacidad: subir demasiado rápido puede hacer que caigas con la misma o más velocidad. Los mismos que lo habían encumbrado apenas aguantaron un disco más, “Come and get it” (2010) y, en el siguiente, “Night like this” (2014), empezaron a repartir sopapos. Lo cierto es que Reed patinaba, se mostraba inseguro, poco inspirado y notoriamente perdido. Acercándose, incluso, a la música disco y al rythm and blues más mainstream. No había por dónde cogerlo, y él lo sabía.

Con “My way home” (2016), Eli Paperboy Reed demuestra síntomas de recuperación. Evidentes, de hecho. Incluso aparece en su portada en un ring, sentado en un rincón, cual púgil recuperándose de un k.o. Regresa al formato cuarteto, abandona una multinacional como Warner y vuelve a la independencia de Yep Roc. Y así publica un disco notable, al que le faltaba confirmación, materializado en el disco que acaba de editar.

No cometamos dos veces el mismo error. En el fondo, este es un trabajo de situación. Un trabajo en el que Eli vuelve a resituarse en el mapa, aunque no deja de ser también un álbum de revisiones de sus propios temas con alguna novedad. Pero lo importante es que hay fluidez. En una especie de contraste con la desnudez de su disco anterior, Reed se rodea de la exuberancia de la neoyorquina High & Mighty Brass Band, con sus vientos y su actitud desenfrenada para redescubrir algunas de sus propias canciones como ‘Come and get it’, ‘Take my love with you’ o ‘The satisfier’. Se atreven a versionar además a Beyoncé en ‘Love on the top’ e incluso aportan un tema nuevo, ‘As I live to breathe’, que parece marcar el camino de lo que debe venir. Algunos lo interpretarán como un simple disco de versiones, una anécdota, pero conociendo los antecedentes, prefiero quedarme con la impresión de que la recuperación va por el buen camino. Este muerto está muy vivo.

 

 

Anterior crítica de discos: “Nota en do”, de Sofía Ellar.

 

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