El espejo, de Da Loma

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DISCOS

«Un disco muy nutritivo y sin apenas fisuras, despachado con la madurez de quien las ha visto de todos los colores»

 

Da Loma
El espejo
LIMBO STARR, 2019

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

En una escena tan generalmente adocenada y previsible como es la del indie estatal, ya debería recibirse como agua de mayo el vitriolo y la mala leche (contenida, pero palpable) que supuran las canciones de David López. Si alguien conoce bien la evolución desde los intestinos de esa escena es precisamente él, desde sus tiempos como A&R en RCA (rol importante en la fase de consolidación de Los Planetas en ámbito multi) y sus pinitos como músico al frente de los efímeros Kebrantas, a mitad de los años noventa. Algunas de las reflexiones que el capo de Limbo Starr va dejando caer en canciones como “Del revés” o “En el festival” en torno a los influencers, los community managers, el ya insufrible pop de tintes seudoépicos y los grandes festivales, tienen poco desperdicio. Y van cayendo a golpe de rock and roll desafiante, incluso algo chulesco, en la onda de los Primal Scream más sedantes o los Jesus and Mary Chain menos tensos.

En ocasiones enlaza también con la retranca post punk de Ornamento y Delito (otro grupo de su sello), como ocurre en “De Madrid al suelo”. Podríamos acudir a ese lugar común que dice que posiblemente no valga la pena facturar nada si no se tiene algo medianamente relevante que decir. Y a eso se ha aplicado tras tantos años sin facturar. Pero al margen del fuste lírico, hay aquí además algunas canciones espléndidas, que elevan considerablemente la valía del álbum pasado su ecuador: “Fin de semana” y “T.a.M” suenan a efervescentes reformulaciones contemporáneas de aquel noise rock estatal de los noventa, sin signo alguno de obsolescencia, mientras “Tus mentiras” bebe con credibilidad en la eterna fuente de inspiración velvetiana. Todas redondean, en síntesis, un disco muy nutritivo y sin apenas fisuras, despachado con la madurez de quien las ha visto de todos los colores.

 

Anterior crítica de discos: Help us stranger, de The Raconteurs.

 

 

 

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