El disco del día: Vivian Girls

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«Déjenme que proclame un supremo olé ante el tercer disco de las Vivian Girls. En primer lugar porque es magnífico; en segundo, porque la crítica siempre ha tratado a este trío de Brooklyn en la horquilla que va desde la apatía al ataque»

Vivian Girls
«Share the joy»
POLYVINYL

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Déjenme que proclame un supremo olé ante el tercer disco de las Vivian Girls. En primer lugar porque es magnífico; en segundo, porque la crítica siempre ha tratado a este trío de Brooklyn en la horquilla que va desde la apatía al ataque. Seguramente –y sobre eso habría que negociar– no llegan a ser tan explosivas como las Dum Dum Girls, por poner un ejemplo cercano dentro de la misma estética “costa oeste-chicas-actualidad”, pero son honestas y tienen grandes canciones. Sí, es cierto; algunas de ellas superan los seis minutos, y eso en una estética lo-fi y devota de la intensidad suele ser pecado. Pero las afectadas, ‘The other girls’ y ‘Light in your eyes’ tienen desarrollos instrumentales impecables y las guitarras –parecen tocar hacia dentro– crecen como olas en la noche.

Siguen con ese deje ramoniano, guitarras y melodías a piñón fijo, pero parecen haber reposado la fuerza, tirar más de coros y de texturas calmadas y hacerlo todo como si el impulso se volviese evanescente, a veces da la impresión de ser otro grupo que el que impactó con su álbum de debut hace tres años, con lo cual la acusación de inmovilismo también resulta falsa.

En esencia, dos son los caminos que más destacan entre las diez canciones. Uno lleno de guitarras rugosas y esencias tribales; es el de ‘Trying to pretend’ o ‘Light in your eyes’ y en él acaban resultando atmosféricas. El otro –resuelto de forma notable, magnético– plagado de esencia luminosa, de pop de escuela Phil Spector. Es el de ‘Take it as it comes’, con un inicio recitado a lo Blondie que de golpe se convierte en un dulce «sixties», la banda sonora de una «high school», y hay que hacer esfuerzos para notar que la voz que suena no es la de Leslie Gore. Chicle pop de primera división. También sucede con ‘Death’, ésta mucho mas “arty”.

Son unas Vivian Girls diferentes, cierto. Han perfilado todo para llegar a donde apuntaban en el primer disco. Siguen teniendo espíritu amateur, fantasía, una honestidad sin límites. A pesar de ello, se les van a achacar defectos, falta de prestancia en las canciones, sonido poco perfilado. Es igual, una legión de fans seguiremos disfrutando con aquello que otros han abandonado.

Anterior disco del día: Gurrumul.

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