El disco del día: The Leopards

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«Los llamaron los Kinks de los Estados Unidos por su estilo, actitud y las costumbristas letras de sus canciones, que recordaban poderosamente a las de Ray Davies aunque estaban adaptadas a la iconografía norteamericana»

The Leopards
«Kansas City slickers»
SING SING

 

 

Texto: ÀLEX ORÓ.

 

 

Los llamaron los Kinks de los Estados Unidos por su estilo, actitud y las costumbristas letras de sus canciones, que recordaban poderosamente a las de Ray Davies aunque estaban adaptadas a la iconografía norteamericana. Su nombre, vaya nombre, era The Leopards, una banda de Kansas City que grabó tres de LPs entre 1977 y 1997. Solo tres discos de larga duración en veinte años. “Kansas City slickers”, autoeditado en el sello Moon Records y del cual se prensaron un millar de copias, fue el primero de ellos y el más buscado por los coleccionistas. Si aparece alguno en las ferias o los portales de subastas su precio suele ser realmente indecente para los tiempos que corren. The Leopards supieron aunar con pizpireta simpatía las influencias del pop y el garaje de los sesenta con el punk, el power pop y la new wave. Ahora, el sello de Nueva York Sing Sing ha reeditado “Kansas City slickers” en vinilo y reproduciendo su gráficamente pobre portada original. Solo se diferencian en la referencia del sello Sing Sing que aparece en la parte inferior derecha de la portada y que sustituye la numeración de Moon Records.

«Kansas City slickers» adolece de los defectos propios de un disco grabado con pocos medios pero tiene en su haber la magia de once canciones compuestas mayoritariamente por Dennis Pash, un tipo educado en represivas escuelas católicas, según las notas que acompañan esta reedición. Pash se refugiaba en el sótano de casa de sus padres, donde había ingentes cantidades de discos de todos los estilos pero también instrumentos. En ese subterráneo, Pash compuso canciones inspiradas en los Beach Boys, los Beatles o los Kinks, dedicadas a un Chevy del 57 o a la chica que había visto esa mañana en el tren. A principios de los setenta, el joven compositor tocaba sus canciones junto a versiones de clásicos de los sesenta en una banda llamada Delta Mud que se pateaba el circuito de clubs de Kansas con muy poca fortuna, El público les pedía que sonaran como Deep Purple o Black Sabbath. Finalmente, Pash se alió con con Kevin Sanders, un amigo de la infancia y se conviertorn en el eje vertebrador de The Leopards, una banda de los setenta que aspiraba a sonar como una de los sesenta. Eso les convirtió en una rareza.

No obstante, la eclosión del punk y la new wave les permitió encontrar su lugar bajo el sol tocando sus amables canciones de tres minutos, aunque no encajaran al cien por cien con el paradigma de estos movimientos. Sea, pues, bienvenida esta reedición que gustará a todos los amantes del pop hecho con gusto y clase y será bienvenida la que se prepara para este año de su segundo LP, “Magic still exits”, que fue editado por el sello Vox en 1987.

 

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