El disco del día: «The Celluloid Records story (1979-1987)»

Autor:

«Este doble cedé supone un documento único acerca de uno de los sellos alternativos más personales de principios de los años ochenta: Celluloid Records»

Varios
«The Celluloid Records story (1979-1987)»
STRUT/EVERLASTING

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.

 

 

El sello Strut –una de las mejores direcciones a las que hay que acudir últimamente si quieres soul, world y rock alternativo de calidad y con vocación cosmopolita– publica este doble cedé que supone un documento único acerca de uno de los sellos alternativos más personales de principios de los años ochenta: Celluloid Records. Mientras en Inglaterra teníamos casas como Factory, Beggars Banquet, 4AD y Rough Trade –cuya historia es mucho más conocida–, en Nueva York llevaba operando desde 1979 esta pequeña independiente fundada por un francés, Jean Karakos, que no tardó en asociarse con la persona que mejor conocía el entramado sonoro de la Gran Manzana en aquellos años tan bisagra: Bill Laswell.

Primero como catapulta de los propios lanzamientos de Laswell y su grupo Material, pero poco después abriéndose en abanico para incorporar a una fauna tan ecléctica como Suicide, The Last Poets, Richard Hell & The Voidoids, Fab 5 Freddy o Timezone, trío este último en el que también aparecía Afrika Bambaataa (no olvidemos que el electro estaba ya ahí, operando a fondo). Otro invitado prominente y con una carrera tan establecida como Nile Rodgers quiso picotear también por aquí. Y no lo hizo mal en “I’m the one”, divertimento que firmaron al alimón Material, Michael Beinhorn, Bernard Fowler, Bill Laswell y el propio Rodgers, que no se separaba un ápice de su funk marca Chic. Como factor exógeno tampoco hay que olvidar a The Clash, que participaron de su “combat rock” a los muchachos de Futura 2000 en esa pieza llamada ‘The escapades of Futura 2000’.

Así, hasta un total de 26 piezas, este doble CD recoge hallazgo tras hallazgo, dispersos en una discografía que muy pocas veces llegó por España. Podemos hablar de ‘Day breaks, day heals’, que es piedra de toque de ese imprescindible álbum que firmaron juntos Thomas Leer y Robert Rental. Está ese maravilloso dub jamaicano que es Downing Street rock, firmado por Winston Edwards & Blackbeard. O esa declaración de principios de Manu Dibango que es ‘Makossa rock’ y firmada como Deadline (también se incluye una versión más discotequera, más “electro”, de su célebre ‘Abele dance’).

No hay que olvidar que por estos años la llamada World Music era todavía un nicho muy alternativo y por eso era fácil verla integrada en la actividad cotidiana de un sello tan especial como este. Sus aportaciones apuntaban a una fusión interracial y ofrecían opíparas demostraciones de polirritmia y metales afrobeat, aunque atiborradas muchas veces de cajas de ritmo. Aparte del mencionado saxofonista camerunés, no era raro ver dentro de Celluloid a gente como Bobongo Stars, Toure Kunda o incluso a Ginger Baker, el flamante batería de Cream y Blind Faith, que tras fundar su propio estudio en Nigeria cambió de tercio (la pieza recogida, ‘Dust to dust’, es sin embargo un maravilloso y delicado instrumental de blues terroso).

El sueño acabó en 1987. Karakos vendió su parte del sello y se volvió a Francia, donde precisamente muy cerquita, en Bruselas, sellos independientes como Crammed! o Les Disques Du Crepuscule ya habían tomado muy buena nota de su concepto intercultural. Como anécdota decir que lo primero que hizo Karakos fuera de Celluloid fue la famosa ‘La lambada’. Lo que son las cosas.

Anterior disco del día: Apenino/Pumuky.

Artículos relacionados