El disco del día: Rodrigo Leão

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«Las doce piezas recogidas son de una extraordinaria y delicada belleza, presentan a Leão en un estado de gracia inigualable y se suceden como un viaje mágico donde lo importante no es el destino sino el recorrido»

Rodrigo Leão
«La montaña mágica»
RESISTENCIA

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.

 

 

Extraordinario y sublime. Música soñada hecha realidad. De entrada no encuentro mejores palabras para definir esta importante vuelta de tuerca que el compositor y teclista portugués le ha dado a la mayor de sus habilidades: su facilidad para dar con esa esquiva tecla que convierte música en sentimientos, relatos en expresiones mismas del alma humana.

Estos últimos años lo estuvo haciendo en compañía de su Cinema Ensemble, su bohemio grupo de cámara con el que además de salir regularmente de gira nos regaló uno de los mejores trabajos de su carrera: “Cinema”. Ahora –ya sin ellos– Leão retorna a sus momentos de poderoso alquimista sonoro, de realizador imaginativo y generoso en texturas y elementos armónicos. Nuevamente con la producción conjunta con Tiago Lopes y Pedro Oliveira.

Y se nota que ha disfrutado manejando instrumentos como el bajo o la batería que hacía bastante no tocaba. No es necesario remontarse a las bellísimas instrumentales de Sétima Legião para encontrar algo relacionado, pero sí es cierto que Leão hacía mucho tiempo que no situaba la acción en el campo de los sonidos, que no lo olvidemos es –junto con la composición– la gran especialidad por la que siempre fue distinguido. Me alegra saber que él no lo había olvidado.

El trasfondo argumental se lo han dado los recuerdos de su infancia y adolescencia, probablemente atizados por el hecho de ver crecer a sus propios hijos. Es una montaña mágica, imaginaria –con títulos que parecen tomados de los cuentos del «Barco de Vapor»–, en la que llevaba trabajando más de un año y que definitivamente fue rematada este verano durante una aislada estancia en el Alentejo (paradójicamente en plena llanura). Una metáfora de refugio inexpugnable (a los niños les encanta esconderse).

Las doce piezas recogidas son de una extraordinaria y delicada belleza, presentan a Leão en un estado de gracia inigualable y se suceden como un viaje mágico donde lo importante no es el destino sino el recorrido. Son cortas y cuentan con apenas pausa entre medias para acentuar la sensación de obra global no sujeta a fraccionamientos. Pero todas son tan diferentes como lo es una hoja a otra durante el otoño. Sabemos que la exposición es de pintura impresionista pero luego ningún cuadro se parece a otro.

Curiosamente –aunque con Leão eso no es difícil– en la misma categoría de “instrumental” se pueden contar también las tres piezas cantadas por invitados como Scott Matthew, Thiago Petit o Miguel Filipe, que incluyen desde la más delicada canción brasileña al fado más transfigurado, y asentando esos frecuentes momentos “noir” que tanto gustan a Leão (por aquí anda Tó Trips, el “twangero” guitarrista de los Dead Combo). La lánguida “Terrible dawn” –con la rota voz del berlinés Scott Matthew– queda como sólida recomendación en un trabajo en el que no sería honesto sugerir un solo título.

La cuidada edición del álbum incluye también un DVD grabado en directo en el casino de Estoril en marzo de 2011 que ya muestra la gestación de muchas de las melodías que han acabado en esta deliciosa “montaña”.
Muito obrigado, maestro.

Anterior disco del día: Traffic Sound.

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