El disco del día: Revólver

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«El nuevo trabajo de Revólver incorpora armonías árabes y asume de lleno la tromba de sonoridades de la tierra mahometana. Tarea compleja, pues ‘Argán’, a pesar de todo, es una obra de rock. De rock exótico, multicultural, que mantiene y preserva el estilo clásico de Revólver»

Revólver
“Argán”
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Texto: EDUARDO TÉBAR.


Carlos Goñi es una equis segura en la casilla. A punto de cumplir treinta años en el negocio, presume de sentirse el músico más libre del mundo. Ventajas de mantener el tipo en un confortable y convocante perfil medio, alejado de focos centrales de popularidad. Muchos de sus seguidores ya peinan canas. Y no le exigen más de lo que procede en un disco de Revólver: canciones apasionadas, resueltas con elegancia y construidas sobre la convicción melancólica y la reconocible afectación de serreta de su líder. Sin embargo, “Argán” evita la fórmula comodona. Goñi lleva unas cuantas temporadas coqueteando con las culturas colindantes. Pero nunca había ahondado así en su indagación de las cuerdas fronterizas.

¿Destino? Marruecos. Sí, como Robert Plant y Jimmy Page. Como el Bunbury inspirado de finales del siglo pasado. El nuevo trabajo de Revólver incorpora armonías árabes y asume de lleno la tromba de sonoridades de la tierra mahometana. Tarea compleja, pues “Argán”, a pesar de todo, es una obra de rock. De rock exótico, multicultural, que mantiene y preserva el estilo clásico de Revólver. Grabado casi al completo en Marrakech a la vera del ubicuo acordeonista Cuco Pérez, el cancionero se viste con bases de guitarras eléctricas y ropajes de mandolute, violines, karakebs o el tar. El experimento logra escenas mayúsculas. Como cuando el argelino Redouane Hamani –¡road manager de la banda!– introduce versos nativos en ‘Lo que me hace feliz’.

Ambicioso crisol de ritmos étnicos al servicio de la historia que cuenta Goñi. Su viaje iniciático a la casa de los vecinos desconocidos de abajo. Letras más conciliadoras que reivindicativas. “Mi norte siempre apunta al sur”, declara con el corazón abierto. Abundantes vivencias de calle y la tan sobada denuncia de ese mar teñido de sangre que nos separa. En definitiva, otra cara de Carlos Goñi. La exploradora, la del aprendiz. Un punto de inconformismo que resulta saludable para un artista que ya acaricia la cincuentena. Si comulgas con Revólver, atento al viraje. Si lo escuchas en Spotify, te pierdes la lujosa presentación en formato de libro-disco con el DVD documental añadido, “Argán, del árbol del silencio pende el fruto de la seguridad”.

Anterior entrega del disco del día: La Bien Querida.

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