El disco del día: Rainbow Ffolly

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«Una auténtica rodaja de la psicodelia británica, comparable en espíritu e intenciones y pese a la escasez de medios con la que contó el grupo, a obras como ‘Magical Mystery Tour’, de The Beatles o ‘S. F. Sorrow’, de The Pretty Things»

Rainbow Ffolly
«Sallies Fforth»
GUERSSEN


Texto: ÀLEX ORÓ.


La génesis de “Sallies Fforth”, el primer y único álbum de Rainbow Ffolly, es una historia psicodélica. Forma parte de una época, la segunda mitad de los años sesenta del siglo XX, en que las decisiones en el negocio de la música no se tomaban más con el corazón que con la cabeza (seguramente porque en el momento de decantarse por una opción u otra había más de un cerebro “desconectado” o “viajando”).

Rainbow Ffolly era la banda de los hermanos Jonathan y Richman Dunsterville, que habían iniciado su carrera artística en una formación llamada Force Four, cuyo estilo se inspiraba en las harmonías vocales de los Everly Brothers. Influenciados por el ambiente de la escuela de arte de la que eran alumnos y la rápida y cambiante evolución de los paradigmas musicales durante los sesenta, los hermanos Dunsterville y sus compañeros, el batería Stewart Osborn y el bajista Roger Newell, acordaron teatralizar más su propuesta musical y cambiar el nombre del grupo por Rainbow Ffolly, en homenaje a Wally Ffolks, un dibujante de tiras cómicas de «The Daily Mail». Viajaban en una vieja ambulancia, se fabricaron un equipo de luces, usaban telones con dragones fluorescentes pintados… Todo muy, muy psicodélico.

En 1967, grabaron una demo de cinco temas en un estudio regentado por los hijos del innovador y reputado DJ de la BBC Jack Jackson, especializado en mezclar efectos sonoros y jingles entre las canciones. De ahí los Dunsterville tomaron la idea de incorporar todo tipo de trucos sonoros y arreglos a esa maqueta. Era la manera de intentar reproducir en disco todas las propuestas experimentales de sus directos. La demo acabo siendo un disco completo, una carta de presentación perfecta, pensaba la banda, para que la compañías de discos conocieran su potencial creativo. La cinta llagó a manos de Parlophone y… la editó tal cual sin que todavía hoy se sepa a ciencia cierta porq ué ni quién tomó la decisión. Cosas de la era psicodélica.

“Sallies Fforth” es una auténtica rodaja de la psicodelia británica, comparable en espíritu e intenciones y pese a la escasez de medios con la que contó el grupo, a obras como “Magical Mystery Tour”, de The Beatles o “S. F. Sorrow”, de The Pretty Things. El disco se abre con ‘She’s allright’, una canción que ejemplifica a la perfección la propuesta de la banda, con sus efectos iniciales, armonías de los Beach Boys más lisérgicos. El oyente deberá también prestar atención a canciones como ‘Goodbye’, con sus aires de bossa nova o ‘Montgolfier’, más cercana al folk-rock. En cambio, toda la intensidad de la tradición británica de bandas como The Kinks y el “psych-pop” se puede percibir en ‘Sun Sing’. También hay espacio para propuestas más comerciales como ‘Drive my car’ (nada que ver con el tema de los Beatles), lo que convierte a este disco, reeditado por primera vez en vinilo, en una excelente paleta sonora que ejemplifica una de las épocas más fructíferas de la historia del pop.

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