El disco del día: Patti Smith

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«Musicalmente ‘Banga’ es estimulante. Es rock maduro, el que su autora lleva destilando desde ‘Gone again’ aunque más atmosférico, más suave aunque bien trazado»

Patti Smith
“Banga”
COLUMBIA/SONY

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.
 

 

Con Patti Smith es fácil acabar teniendo una relación amor-odio. Su figura hace años que es sinónimo de cultura progresista, con todo lo bueno y todo lo malo que esto implica, desde cercar sus propios parámetros artísticos hasta alienar a parte del público que no desee comprar un pack de idealismos varios. Su identificación con actos culturales de distinto pelaje es una constante, igual que es adecuado decir que en muchas de sus entrevistas Patti se sabe pichichi de liga y se muestra más que encantada de marcar el gol que todos esperan en forma de crítica política constructiva y seguramente poco concreta. Eso es un hecho. Eso es lo que impide que se la reverencie como merece muchas veces, que no se sabe a quién se honra, si a Patti Smith, la músico de larga carrera, o a la otra, la mujer hambrienta de suplementos culturales.

Cuando la música suena todo esto importa poco, ciertamente, aunque ahí nos estaremos aferrando a lo único que queda de Smith cuando se habla de su obra discográfica. Y afortunadamente no es poco. Su producción de los últimos años es correcta cuando no notable, tampoco ha publicado jamás un disco vergonzoso y su ritmo es asequible. Además, en directo mantiene el tipo y seguir contando con Lenny Kaye como guitarrista (también productor) es garantía.

“Banga” viene repleto de referencias literarias, históricas, solidarias (¡peligroso adjetivo en estos tiempos de buenrollismo!) e innecesarias elegías a las que no vamos a dar más voz. De todo ello se pueden tomar interesantes ideas, también desechar nimiedades, pero musicalmente “Banga” es estimulante. Es rock maduro, el que su autora lleva destilando desde “Gone again” aunque más atmosférico, más suave aunque bien trazado. El problema es el ritmo, que se rompe y se estrella a cámara lenta. ‘Amerigo’ y ‘April fool’ podrían haber sido los puntos cardinales adecuados, sin embargo son sobrevolados para caer en una hermosa parsimonia que, aunque digna, no deja de ser lastre.

Anterior disco del día: Ultravox.

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