El disco del día: Melody Gardot

Autor:

«Todo es tan ineludiblemente Gardot que los estilos aparecen difuminados, dinamitados, y ahí está la gran magia que tienen todas estas canciones»

Melody Gardot
«The absence»
DECCA/UNIVERSAL

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.
 

 

Mucho ha viajado literalmente hablando Melody Gardot después de la publicación del grandísimo “My one and only thrill” de 2009 y se nota. Ella dice que no llegó a escribir ninguna nota “en la carretera”, pero pasar largas temporadas en Marrakech, Lisboa, Buenos Aires y la costa brasileña no es algo de lo que pueda o deba prescindir ningún músico y ella no lo ha hecho.

En un “todavía más, mucho más”, la Gardot aspiraba a resultados cada vez más cosmopolitas y alineados con la expresión narrativa y bohemia de las grandes divas históricas de la canción (bossa nova, chançon, fado, jazz, tango… ya sabemos de qué hablamos) y éste es EL DISCO. Pero luego todo es tan ineludiblemente Gardot que los estilos aparecen difuminados, dinamitados, y ahí está la gran magia que tienen todas estas canciones.

Fue su posterior encuentro con el brasileño Heitor Pereira –suyos son los arreglos y producción– lo que despertó en ella todo ese caudal turístico acumulado. Él le ayudó a ordenar ideas y puso a su disposición los mejores músicos de sesión imaginados. Y ese inmenso caudal pasó a ser su propia y definitiva forma de “saudade”, muy bien empleada por aquí y en piezas tremendamente epidérmicas. Insisto: ella es el estilo.

Poco más queda por analizar que escucharla en esos momentos de tanta inquietud emocional que es posible cortar con un cuchillo. Canciones de la profundidad y belleza de ‘So we meet again my heartache’, ‘Lisboa’, ‘Impossible love’ o esa bellísima bossa nova llamada ‘Se voce me ama’, que entran en esa categoría tan Trueba de “música pra machucar teu coração”.

¿Debe uno recordar de nuevo el tópico de las plácidas escuchas veraniegas de atardecer? ¿En esos momentos en los que la modorra del día se va convirtiendo en placentero amanecer a los lánguidos colores del crepúsculo y no podemos sino dejarnos atrapar?

Anterior disco del día: “Unpictured land 2″.

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